“Grotowski & compañía”
Hablar del texto recién traducido al español “Grotowski y compañía” es hablar de Ludwik Flaszen, de sus pensamientos, recuerdos, experiencias y sobretodo de su presencia. Todo el encuentro estuvo marcado por la atmósfera de densa claridad que emanaba de su cuerpo enérgico y su mirada profunda. Es fácil reconocer que lo que allí se vertió fueron frutos recogidos a lo largo de la intensa experiencia de un espíritu sabio. Frutos que encarnan hoy lo que fue un momento resplandeciente de la historia del teatro europeo y mundial. Se habló de los vínculos entre España y Polonia, entre España y Grotowski, entre el barroco español y el barroco polaco y entre los místicos de aquí y el espíritu del teatro laboratorio. No es casual que al llegar al castellano este compendio del recorrido del teatro laboratorio, abordado desde el contexto en el que apareció y la reflexión acerca de su carácter, se recuerde el mítico montaje basado en el texto de Calderón de la Barca “El Príncipe Constante”. Las imágenes de Ryzsard Cieslak vestido con un paño blanco “irradiaban una altísima temperatura, abrían otros paisajes posibles”, recordó Jose Luis Gómez. El director de La Abadía también señaló que todos los allí presentes habíamos sido capaces de percibir el resplandor de un momento clave de la cultura europea a través de una de sus figuras clave; un resplandor que, según él, todos los que lo vivieron reconocerían. A los nacidos después de aquello nos quedan los reflejos de eternidad en las Palabras de Ludwik Flaszen.
Fran Martínez
Justo en medio del paralelo 38 de Pablo Iglesias Simón
Los desvanes y lo sótanos son espacios idóneos para situar una acción dramática, son lugares que nos evocan otros tiempos, otras vivencias y a veces, nos permiten reencontrarnos con fantasmas del pasado o sueños del futuro. Pablo Iglesias Simón sitúa al final de una escalera que baja al infierno de los personajes de Paralelo 38…Una trama sugerente e inquietante que mantiene atrapado al lector y estoy seguro que enganchará al espectador cuando se lleve a cabo su representación. Es una obra que se va desvelando suavemente, al ritmo de un metrónomo emocional, el del pulso de los personajes. No voy a desvelar nada de lo que hay escrito en negro sobre blanco ni entre líneas, espero que busquéis el libro y lo leáis, no os defraudará y os despertará interés por representar la función; una pieza tan interesante con dos personajes y un espacio único debería estar sobre la mesa de trabajo de muchos productores. Consiguió en su momento ser finalista del Premio Born, no sé si el ganador de ese año sería tan interesante.
Adolfo Simón
Que Revienten los Artistas 
Debe estar conectado para enviar un comentario.