Revista digital de Artes escénicas -Año 12º-

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Tríptico sobre El Brujo

brujoMe hago la pregunta de por qué estos textos cuando asisto a esta triple representación de Rafael Álvarez, El Brujo, en el Teatro Cofidís de Madrid. Francisco de Asís, Cristo y San Juan de la Cruz son los personajes seleccionados. ¿Cuál es el motor que para el intérprete puede haber tras esta selección de textos? ¿Hay un estudioso tras el juglar que a sí mismo se autodenomina? ¿De dónde nace el impulso que le lleva a contarnos esa visión suya tan particular de estos y otros personajes históricos?.
¿Hay un denominador común en ellos? ¿Qué hace para acercárnoslos? En muchos casos, quizá por primera vez.
Ayer mismo, en la última de las tres representaciones a las que tuve el gusto de asistir: “La luz oscura de la Fe”, él decía: “Esto es lo que pasó, bueno, en el libro no está contado así, pero es lo que pasó”.
Los espectadores que acudan por primera vez se encontrarán con este aspecto didáctico que a veces nos muestra el teatro, y además a un intérprete que es el relato en si mismo porque poco a poco nos va embaucando introduciéndonos en él, al tiempo que su presencia se muestra dividida entre lo que nos viene a contar y lo que allí mismo se va generando. No se le escapa una de entre las reacciones en el patio de butacas, y trata de jugarlas cada vez que puede, le divierte, se le nota. Así asistimos a la representación única porque siempre está viva por ese contacto de inmediatez con el público y a la consecución de una serie de escenas con varios personajes que él va relatando uno a uno.
Ellos aparecen en los espacios que nos regala en el paso a paso del relato y comprendemos de inmediato lo bonito de la convención, eso de que en el teatro lo que se dice es. Es decir, la imaginación en su estado puro. Ya todo colabora. Estás dentro.

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Acompaña una luz, maravillosa por sencilla de Miguel Ángel Camacho. En “San Francisco, Juglar de Dios” unas bombillas que cuelgan del peine hasta prácticamente el suelo harán las veces de un montón de lugares. En “La luz oscura de la Fe” asistimos a la celda angosta del santo y a la plenitud de un cielo de estrellas o de una constelación infinita, según se mire, porque pareciera que tras el relato puede haber varios niveles de entendimiento, tantos como preguntas pueda tener alguien al enfrentar el misterio de la vida, del hombre, de lo más elevado de cada uno de nosotros.

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Hay momentos muy poéticos, y otros de ironía, chiste, crítica, actualidad. El sentido del humor que siempre conecta con el público; cuando se ríe de sí mismo y su gesto se transforma en el de un niño travieso haciendo de las suyas, es también verle tocar el cielo porque conecta con la propia inocencia que todos queremos seguir llevando dentro.

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La música en directo a veces sutil, determinada otras. Los que asistimos al “Evangelio según San Juan” disfrutamos de un grupo de músicos espléndidos y yo especialmente me sentí muy bien acogida al inicio de la representación por una especie de espiritual negro que podría venir del Mississippi, o un blues, no sé exactamente. Lo que si se es que me predispuso a lo que iba a ver a continuación.

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Crear atmósferas a través de los sentidos, impresiones recibidas, un olor a incienso en otro momento, casi imperceptible pero penetrante al olfato. Estímulos y empatía, aprendizaje de una parte de la historia, divertimento, y misterio. Se queda corta la descripción porque además de pasar una agradable velada, y esto ya sí que es muy personal, permitan la licencia, a mi estos textos, personajes, historias y su manera de contar el cuento me inspiran, me motivan, me dejan más preguntas, me animan a comprender un poquito más lo inabarcable. ¿A ver qué les parece a ustedes? Les animo. Es toda una experiencia.
Chusa Barbero


La Odisea de El Brujo en el Teatro del Canal

El brujo chamán surje de entre las velas detenidas del barco en el que ha hecho el trayecto a La Odisea, como lo hizo el intérprete al Monasterio de Silos, para viajar más allá de la realidad. El público, que siempre abarrota las salas donde este personal actor se presenta, ya sabe qué va a ocurrir en el escenario o no…Los espectáculos de El Brujo parten de una premisa para transitar por la realidad y la fantasía…el pasado y el presente…Y ese es el viaje emocional y sensorial que los espectadores esperan y desean. En La Odisea, además, todo el que no ha leído ese maravilloso relato, podrá recorrerlo de la mano de El Brujo…Asistirá a los paisajes y hazañas a través de las palabras. Un nuevo reto para Rafael Álvarez que resuelve magnificamente.
Adolfo Simón

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