Lope y el amor en los veranos del Olivar
Las grandes ciudades son laberintos de hierro y cemento, difícilmente se encuentra un espacio natural que perdure en ellas desde su origen. En Madrid, hay un pulmón de olivos sorprendente, cuando se entra en el Olivar de Castillejo, a espaldas de la plaza de Cuzco, uno cree que ha viajado lejos de Madrid, física y temporalmente. Es casi un milagro que se conserve un espacio así en pleno centro de la ciudad. Ahí, acompañados por los olivos, el canto de los pájaros y de fondo, el sonido del mar artificial del trafico, en la balconada de una de las casas, se viene desarrollando desde el año pasado un ciclo de lecturas dramatizadas, puestas en pie por el Nuevo Teatro Clásico. Ayer domingo día 7 se cerró el ciclo de este segundo año con una selección de poemas al que se llamó: Lope y el amor. Ana Martín Puigpelat, acompañada de un grupo de profesionales de la escena ha creado el paisaje emocional donde transcurrían los cantos amorosos.
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