La actriz ha muerto en la Sala TU
Siempre que acudo a un teatro me pregunto qué pasará por la cabeza de la persona que está cada día en taquilla mientras se llevan a cabo las funciones, no sé qué sentirá quien custodia la ropa, ene l guardarropía, del público que acude a la sala…¿Y los espectadores?…¿Qué piensan antes, durante o después de las funciones?…¿Se llegan a involucrar tanto que pierden la noción de esa línea frágil que separa la realidad de la ficción?. Está muy manido el tema de hacer una función porque se ha suspendido la prevista, siempre suena a excusa. Aquí, en La actriz ha muerto, escrita por el actor que la interpreta: Sato Díaz, hay una meta teatralidad inquietante…El fan que sigue a la actriz de la función programada, acude para avisar al respetable que no habrá representación ese día porque la actriz ha muerto y eso desencadena un juego de espejos muy sugerente a través del cual llega un momento en que no sabemos cuál es la máscara real del actor. Carmen Losa dirige con precisión al actor-autor para que haya credibilidad en todo momento y sea un viaje sorprendente para los que ocupamos el íntimo patio de butacas de la Sala TU.
Adolfo Simón


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