De exposiciones por Valladolid: Miguel Delibes y Pablo Genovés
La propuesta pública cultural en Valladolid es extensa y dispone de cuatro salas públicas y gratuitas, con visitas guiadas, para ver exposiciones de todos los géneros. Hoy proponemos tres:
Miguel Delibes. Cinco horas con Mario
Sala de la Casa Revilla
C/ Torrecilla, 5
Un recorrido por la historia de cincuenta años de esta novela es el objetivo de la exposición que a muchos les recordará una época de sus vidas y a los más jóvenes les permitirá acercarse a un mundo quizá para ellos desconocido, aunque no tan lejano en el tiempo.
El 7 de mayo de 1966, en una carta dirigida a su editor, Josep Vergés, Miguel Delibes incluye, como de pasada, estas dos líneas: «Estoy terminando mi nueva novela Cinco horas con Mario. Creo que podré mandártela el mes que viene». Tenía entonces Miguel Delibes cuarenta y cinco años, casi los mismos que Mario, y era ésta la novena novela que enviaba a Vergés. Aunque la idea era que el libro hubiera estado listo en diciembre, antes de Navidad, los primeros ejemplares de la obra salieron de la Editorial Destino el 3 de enero de 1967. Así pues, se cumplen ahora cincuenta años de la llegada a las librerías de la que habría de convertirse en la novela «urbana» más representativa de su autor y también en una de las más leídas.

—–
Pablo Genovés. Cronologías y precipitados
Sala de San Benito
C/ de San Benito, s/n
De martes a domingo y festivos, de 12 a 14 y de 18.30 a 21.30 horas.
Las imágenes de Pablo Genovés (Madrid, 1959), uno de los fotógrafos españoles de mayor proyección internacional, componen un relato sobre una civilización que se desmorona. En el proceso de creación de sus imágenes, se apropia de estampas antiguas y fotografías del primer tercio del siglo XX, encontradas en mercados y anticuarios de Europa y posteriormente las combina con otras imágenes, apropiadas y originales, mediante técnicas digitales, dándoles un nuevo significado.
Los collages de Genovés son herederos de los primeros fotomontajes realizados por los dadaístas berlineses en los años veinte y treinta del pasado siglo, aunque ya existían antes trucajes fotográficos y tarjetas postales igualmente obtenidas por yuxtaposición de imágenes. También el surrealismo cultivó las posibilidades que ofrecía el fotocollage y el fotomontaje, para subvertir el lenguaje lógico de la imagen fotográfica, aunque los recursos de los que se sirvieron esos fotógrafos de la era analógica no pueden compararse a lo que ha aportado la revolución digital.
Gracias a las herramientas digitales, las fotografías de Genovés se acercan a la pintura y tienen la capacidad de crear ficciones.
_________
Maestros de la pintura en la Colección Lladró
Sala del Museo de la Pasión
C/ de la Pasión, s/n
De martes a domingo y festivos, de 12 a 14 y de 18.30 a 21.30 horas.
Selección de 35 originales de la Colección Lladró, que datan desde finales del siglo XV hasta mediados del siglo XX. Nombres de la talla de Juan de Juanes, El Greco, Rubens, José de Ribera o Francisco de Zurbarán dan cuenta de la importancia del conjunto.

Visitas Guiadas… Ven a la zarzuela, ¡Arsenio, por compasión!
Cuando un niño tiene miedo a la oscuridad, canta. Cuando de niños hemos vivido tiempos de oscuridad, la música nos ha permitido escapar. Hay canciones o melodías que forman parte de nuestra memoria colectiva…Mi madre cantaba canciones de zarzuelas que nunca se pudieron ver en mi pueblo, la radio y su posibilidad de llegar hasta el último rincón, hizo el milagro de que esas melodías se convirtiesen en la banda sonora de un tiempo gris. Cada vez que suenan los primeros compases de algunas canciones, tarareamos y marcamos los rítmos con los pies. Los teatros como el de la Zarzuela de Madrid, tienen mil historias escondidas entre sus muros, camerinos y palcos. Ahora, gracias a la deliciosa y kitch visita guiada que se realiza allí, podemos recorrer los rincones y pasillos buscando al joven Arsenio que un día se fue a por una horchata, en el descanso de la función y nunca más volvió. Como niños asistimos al viaje emocional a un tiempo que nos pertenece y al final cuando miramos el patio de butacas desde el escenario y el personal del teatro nos aplaude, nos sentimos los protagonistas de un sueño.
Adolfo Simón


Debe estar conectado para enviar un comentario.