Revista digital de Artes escénicas -Año 12º-

CURRO VARGAS – AMOR Y MUERTE EN EL TEATRO DE LA ZARZUELA

La gran y extensa obra de Ruperto Chapí, tiene en “CURRO VARGAS”, libreto de Joaquín Dicenta y Manuel Paso Cano, estrenada en 1898, una aproximación a la ópera, si bien la zarzuela suele ser un melodrama, con enredos, que termina bien, en este caso termina mal, este argumento sirvió para una película. El amor verdadero sólo se redime con la muerte, el juramento de fidelidad incumplido por Soledad, se salva al reconocer el amor verdadero por Curro y la muerte se hace inevitable, tras una travesía de odio, rencor y venganza que termina por el perdón, que salva el alma de los dos. Rodeados por un pueblo en fiestas, que conocen la historia y que alimentan el chisme y el morbo como espectadores tanto del juramento, como de la palabra dada por Curro, de matar a Soledad y aquél que con ella se case. Graham Vick dirige esta zarzuela y la lleva a unos días más cercanos a los nuestros. La propuesta escenográfica y de vestuario de Paul Brown, colorista y colorida le da un aire novedoso, aunque quizás convendría recodar que España no es sólo folklore y Almodóvar, pero da un resultado bueno y agradable de ver. La dirección musical de Martín Baeza-Rubio, impecable y unos coros alegres y armónicos que hacen que las horas, casi cuatro de espectáculo, pasen felices, la Escolanía Cantorium nos emociona con unas voces claras e inocentes que piden piedad para todos. Muchos personajes y muchos cantantes y figuración en escena, más de ochenta a los que mueve estupendamente Ron Howell. La partitura revolotea por el patio de butacas con aires de antología pues traen a la memoria otras zarzuelas, ya queda poco, no se la pierdan, será una tarde/noche que merecerá la pena.
Ángel Savín

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