«El arte de la entrevista» en el Centro Dramático Nacional
La entrevista puede ser un arma de doble filo, al igual que la cámara que lo graba todo y entra a ser un personaje más en la obra teatral. Un personaje que se va a encargar de desestabilizar a todos los demás personajes solamente con su presencia callada. Esta cámara va a ser capaz de encontrar «la brecha» con la que todo buen entrevistador sueña: ese momento donde el entrevistado se rompre y se sincera ante el otro gracias a la pregunta que taladra su inconsciente. Juan Mayorga, con innumerables premios a sus espaldas, ha sabido renovar el lenguaje dramatúrgico y seguir buscando nuevos lenguajes teatrales en el panorama contemporáneo español y, aunque no es el mejor texto que podía haber exhibido en el María Guerrero, el director Juan José Afonso ha intentado mejorarlo centrándose en las relaciones entre los personajes.
Para construir todo este entramado se ha rodeado de excelentes actores: Alicia Hermida sigue siendo esa mujer que interpreta dulcemente y que convence en todos los papeles que hace, no sabemos si es porque los elige con sumo cuidado o porque los hace suyos con gran maestría. Elena Rivera me ha recordado a una joven Amparo Larrañaga interpretando y físicamente también. Por fin he logrado no ver en Luisa Martín a ese personaje que salía en esa serie de Emilio Aragón cuyo nombre no recuerdo ya…pero que ha dejado serias secuelas en mi modo de ver la interpretación de ciertos actores. Y por último Ramón Esquinas, que interpreta un papel pequeño pero al que se adapta perfectamente. De la cámara no sabemos ni su marca ni su identidad… cosa que no vendría mal si le hemos dado la importancia de un personaje.
Como he apuntado, no es lo mejor que se puede ver de Mayorga, pero ahí está.
Luis Mª García Grande.


Deja un comentario