Revista digital de Artes escénicas -Año 12º-

Miguel de Molina al desnudo de Ángel Ruiz en el Teatro Infanta Isabel

En la dictadura franquista había pocos oasis en los que respirar un poco de libertad, como siempre, el teatro era el espacio donde poder huir del horror de aquel tiempo. La escena en todas sus expresiones, salas convencionales o al aire libre se convertían en lugares de encuentro y comunicación. Recuerdo que en las fiestas de mi pueblo, en verano, se montaban verbenas en descampados donde actuaban los cantantes populares de esa época. A esos eventos acudían hasta los que no iban nunca a ningún festejo, como mis padres, por ejemplo. Un año, se anunció como gran evento la actuación de Rafael Conde «El Titi», un cantante de copla peculiar y pintoresco. Días antes del evento, de la mano de mi madre, pasamos por una calle donde estaban el cartel de dicha actuación y mi madre me dijo…»Mira, el sábado iremos a ver a El Titi»…quería decir que irían ella y mi padre porque no era apto para menores. Aquella imagen de El Titi se quedó grabada en mi cabeza…Un personaje con pose provocadora y vestuario extravagante. Años después, cuando pensé en esos festivales de cante entendí porque iban a este tipo de actuaciones, seguramente, les haría olvidar la grisura del día a día y poner fantasía y humor a sus vidas. Anoche, viendo a Miguel de Molina al desnudo pensé en ese tiempo y en lo difícil que debió ser sobrevivir a tanta miseria. Miré alrededor mío, en el patio de butacas y vi de nuevo a mucha gente que acudía a recordar unas canciones, un tiempo y unas experiencias que por suerte ya son pasado…La emoción se instaló entre las butacas y durante hora y media disfrutamos del enorme talento de Ángel Ruiz que por momentos parece la reencarnación absoluta de aquel mito de la canción.
Adolfo Simóntiti

titi1

Deja un comentario