Alejandra Torray: El teatro me es necesario porque es mi segunda piel, un modo de entender la vida, un punto de encuentro y comunicación
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
No recuerdo mi vida sin imágenes muy tempranas de escenarios y camerinos. Acompañaba a mis padres desde muy pequeña en las obras en que mi madre actuaba, mi padre dirigía, o producían juntos, y siempre quise ser actriz -más concretamente- de teatro. Luego compaginé mis estudios de Historia del arte con los de arte dramático y empecé a trabajar a finales de los ochenta, principios de los noventa; aunque de niña había intervenido en alguna cosilla.
Quitando el hecho de haberme responsabilizado de la producción de algún espectáculo en el que he intervenido y haber intentado adaptar alguna obra no he ejercido nunca otra tarea en el teatro que no sea la de actriz.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
El teatro es para mi el modo de aliviar mi curiosidad hacia el ser humano, es el mejor terapeuta que he encontrado para mis debilidades, es un medio para volver a ser pequeña, para evadirme, para jugar, para desfogarme y soltar los demonios que a veces llevamos, es mi biblioteca favorita: en la que encuentro respuestas, pero sobre todo ganas de buscar… El teatro me es necesario porque es mi segunda piel, un modo de entender la vida, un punto de encuentro y comunicación… No sé si me explico…El lugar al que siempre quiero volver, mi lugar en el mundo…Es… tantas cosas…
Hago teatro por egoísmo (yo lo necesito). Y además porque creo firmemente en que el teatro es un modo saludable de compartir emociones, de crecer y hacer crecer, de darse y recibir. Un medio maravilloso para compartir y ser libres y donde el ser humano cobra una importancia que a veces no tiene en la vida real. Es un lugar para entenderse.
¿Qué balance harías sobre tu larga trayectoria?…
No sé que balance hacer sobre mi trayectoria, aún la siento muy corta. Sólo me gustaría que durara más… Seguir accediendo a grandes textos, personajes distintos…Seguir soñando.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
El teatro debe ser lo que lleva siendo desde los griegos un lugar de encuentro para reír, llorar, pensar, educar, reflexionar… Debe actuar de espejo de la sociedad para ayudarnos a mejorar, a cambiar las cosas, a identificarnos, pero tampoco debe olvidar su aspecto lúdico y, por tanto, debe entretener y liberar. Acudir al teatro sin otra meta que divertirse u olvidarse de lo cotidiano, o de uno mismo, ya es en sí muy positivo, si además te enseña, te da un toque de atención, te abre los ojos, te descubre un camino o alguna ventana…Estupendo.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Este último año (2014) he participado en Calígula, un proyecto bonito porque además de ser un texto fundamental para el teatro contemporáneo se hizo con la ilusión de los actores y, para poder ponerlo en pie, formamos una cooperativa. Acabamos en octubre en el Teatro Fernán-Gómez y en un clásico de Moreto: De fuera vendrá… que se presentó en el Festival de Teatro Clásico de Almagro. El 2015 ha empezado con esta Pechuga de la Sardina de Lauro Olmo.
¿Cómo surgió tu participación en el montaje que se estrena en el CDN?…Háblanos de este trabajo…
Mi participación en este proyecto es gracias a Manuel Canseco, director de la obra y con el que he trabajado en otras ocasiones. Él creyó que me iba el personaje de Soledad y cuando decidió abordar el proyecto me llamó. Me explicó que se iba a hacer un homenaje a Lauro Olmo y aquí estoy, encantada con Manuel, con el texto, con mis compañeros y con mi Sole: Un personaje precioso y difícil de hacer, un personaje universal que sigue y seguirá estando actual porque habla de como se siente una mujer que comienza a envejecer. La Soledad de La pechuga de la sardina transita, como el resto de los personajes de la obra, en la España de los sesenta, en la pensión de Juana y con la presión y ambiente asfixiante que oprime también al resto y que era producto de la moralina de la época. Soledad es una mujer criticada y abocada al fracaso porque no cumple con las reglas establecidas socialmente. Quitando el momento histórico, el resto sigue siendo universal…Se habla de la mujer que se obsesiona por la belleza porque sin ella cree que ya no sirve para nada o ya no es visible o importante para nadie… el miedo a quedarse solo… el miedo a la muerte… la necesidad de amor, de sexo… la relación con el sexo opuesto… Se habla de malos tratos… De… De tantas cosas que están ahí …
Bueno, mejor venís a verlo… jajajaja.
¿Cómo creas tus personajes?…¿Tienes un método?…
Ahora estoy con mi Sole, pero a todos los personajes que interpreto los quiero muchísimo. Intento trabajar desde mi verdad para aproximarme a los sentimientos de mis personajes porque no dispongo de más herramientas que mis emociones. Desde ahí, elaboro todo lo que hago y, luego -artesanalmente-intento ir modelando una personalidad añadiéndole características externas, pinceladas que lo adornan… Todo eso y la técnica, por supuesto están muy bien, pero para mi lo fundamental es creerme lo que hago y creerme a mis compañeros… la relación de tu personaje con el resto es fundamental; así que hay que escucharse y reaccionar, adivinar a tu compañero. Creo que es fundamental la química o empatía que tengas con el resto de los actores, el director y todo el equipo.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Creo que es indecente aplicar el 21% de I.V.A. a la cultura en general, no sólo al teatro. La educación es el futuro y hay que facilitarla. Esa es la misión de cualquier gobernante responsable sea de la ideología que sea.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Todavía no he visto un montaje que me haya interesado más últimamente que El misántropo que dirigió Miguel del Arco. Creo que eso es acercar a los espectadores de hoy un texto clásico. Me gustó muchísimo.
¿Proyectos?…
Como te decía antes… Seguir soñando.










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