Invernadero de Harold Pinter en el Teatro de la Abadía
Pinter nos presenta una sátira del funcionamiento burocrático y el gobierno autoritario de un establecimiento cuya naturaleza exacta no se desvela. No está sometido a ningún control y al parecer cualquier comportamiento sobre los alojados está permitido. En plena celebración navideña, el director y su equipo se enfrentan con un nacimiento y una muerte que han tenido lugar en el interior de este lugar. ¿Quiénes serán los responsables? ¿Y cómo hay que actuar ante semejantes sucesos, tan inesperados como comprometedores?… Como en sus grandes obras y esta lo es, el autor nos sitúa ante un mundo de dos caras, la que se muestra a la sociedad y otra oculta tras el espejo en el que pretende que nos veamos reflejados. El espacio escénico juega con estas dos imágenes, en unas escenas, vemos el lugar donde se recibe y organizan las actividades de este extraño centro y cuando se da la vuelta, encontramos, en otras secuencias, las entrañas de este mundo absurdo lleno de violencia soterrada. Mario Gas lidera una apuesta escénica entre realista y esperpéntica que da jugo y juego al texto pinteriano, para ello se apoya en un reparto de lujo.
Adolfo Simón


Deja un comentario