Revista digital de Artes escénicas -Año 12º-

De pícaros y reyes en Santianes de Pravia

En este verano de ruta cultural, me gusta pasar, en el recuerdo, de una función en San Clemente a otra en Almagro o recordar lo vivido ante el inconmensurable teatro de Mérida, pequeñas y grandes satisfacciones para este espectador nómada. Y también me da placer perderme en aldeas asturianas donde el teatro es una ceremonia popular para que, como en otros tiempos, los vecinos del lugar se encuentren alrededor del rito más antiguo del mundo y reconocerse en las historias que les cuentan. Ayer nos acercamos hasta la Iglesia de San Juan Apóstol y Evangelista de Santianes de Pravia para disfrutar de la propuesta que Higiénico Papel Teatro realizaba en la puerta del templo y después en su altar. Hasta allí, habíamos llegado unas cincuenta personas convocadas por el rito teatral, para cambiarlo, por un día, por el rito eclesiástico. Dos cómicos y un músico mudo salen a nuestro encuentro muertos de hambre, pidiendo un trozo de pan que llevar se a su estómago… El templo les ha guardado entre sus paredes para que lleguen hasta nuestros días y contarnos lo que realmente ocurrió allí; ya se sabe, la historia se cuenta según quien la escribe y para eso está el teatro, para devolver a las piedras la verdad de los acontecimientos y su memoria. Los cómicos irreverentes juegan con el público entre anécdotas y travesuras, dando una lección didáctica y divertida. Cuando nos fuimos de allí, tuvimos la sensación de saber un poco más sobre la historia, haber descubierto un bello lugar y…con una sonrisa en los labios.
Adolfo Simón

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