Mentiras y verdades en la escena madrileña
Si hay un mandamiento que no permite mentir, será por algo. Mentimos muchas veces para ocultar la verdad, porque si dijésemos siempre la verdad, sería terrible y no podríamos convivir con los demás…
En la cartelera de Madrid hay dos propuestas que juegan en ambos bandos…en una la mentira es el eje del espectáculo y en la otra, decir la verdad a toda costa es lo que mueve la acción.
Sushi_mentiras_y_cintas_del_pelo_ de Luis García-Ferreras en Labruc, nos muestra el laberínto enloquecido de estrategias que la protagonista ha de hacer para conseguir que su pareja no asista a la primera cena con los padres de ella. Habría sido tan sencillo como decirle que tenía miedo a que al hacer pública su historia de amor, los demás la desmontasen. Pero como no somos capaces de aceptar nuestras inseguridades, convertimos momentos de placer en situaciones terroríficas. La comedia es la mejor manera para afrontar estas situaciones y en Sushi…hay muchos gags delirantes que acompañan al público en horas golfas de programación y de los que son artifices los dos actores de esta pieza… Mónica García-Ferreras y Joan Pico.
Los cuatro de Düsseldorf de José Padilla en El Sol de York, es el resultado obtenido gracias a las residencias artísticas que promueve este espacio escénico. Y aquí, el eje de la trama es, precisamente…¿Qué pasaría si siempre decimos la verdad?…Pues que esta opción se convierte en un arma potente con la que cambiar las manos de quién mueve los hilos del poder. Solo la verdad no puede existir, para que ella entre en juego ha de situarse encajada entre un par de mentiras creíbles. El ingenio de los que están manejados por los poderosos, provoca ideas disparatadas con las que conseguir que quien manda se convierta en un pelele y quien ha estado oprimido consiga desligarse de esta lacra. Rítmo escénico y juego teatral en un espacio sencillo para mostrar este loco juego del ratón que persigue al gato. Y para ello, cuatro actores entregados a la ficción: Mon Ceballos, Helena Lanza, Delia Vima y Juan Vinuesa.
Adolfo Simón



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