El público de Federico García Lorca dirigido por Àlex Rigola en el Teatro de la Abadía
Àlex Rigola construye su propuesta a partir de dos premisas del texto, la de un teatro bajo la arena y la de un lugar frio. A partir de aquí, los personajes transitan por espacios que se acercan más a los mundos que habitan en la mente del autor que a las pulsiones emocionales del mismo. El espectador se sumerge en un viaje por las zonas más oscuras y prohibidas del deseo que de algún modo, plantea el texto. Todo el trabajo está diseñado como si se viera el miedo y la pasión a través de un microscopio en el laboratorio del deseo. Una propuesta dura que obliga al público a entrar en un laberinto de pasiones amordazadas y de precipicios inquietantes suspendidos en la razón.
Adolfo Simón

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