“no despiertes el camino que duerme”…
Cuando M-A-M-Á es silencio, porque el horror dejó paso a la locura…
Cuando un coro de voces bernardinas
claman “no despiertes el camino que duerme”…
una comprometida dirección escénica respirada profunda, serena-mente por Adolfo Simón, sobre un repleto texto de verdad del dramaturgo Otso Kautto, inauguraba ayer en el Matadero el Festival Eurodrama 2015 dedicado este año a Finlandia, con la lectura dramatizada ¡Es niña! en la Casa del Lector.
Sobre un blanco lienzo la infancia como juguete sexual del adulto: sin edad, sin rostro, sin condición social, con la identidad del mundo…, apisonando a una indiferente sociedad, de la suave y violenta mano de un estremecedor Blas Nusier que trazó interminables caminos de confusión, caos, negruzca culpa, roja vergüenza…
Unas sucias manos portadoras del candado de la casa-coche,
en un viaje a ninguna parte de una, dos, tres… miles de hijas
en el asiento contiguo del padre.
Hablando de lo que no puede hablarse, diciendo lo que no puede hacerse…
tal vez por ello, deba ser pintado con los colores del mundo…
A los pies… los restos de un secreto naufragio
en los inmundos mares de la vieja Europa.
Y en medio, caricias de maestro en mi corazón,
despertando un camino que nunca debió dormir.
Paloma Martín

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