Micomicón cierra su trilogía con «Santa Perpetua» en la Cuarta Pared
Afrontar con humor las barbaridades sucedidas durante la Guerra Civil Española y hacernos reflexionar sobre ellas es una tarea ardua que exige mucho tacto y mucha mano izquierda. ¿Se puede ser santa y hacer milagros? Parece ser que Perpetua puede hacerlo. Postrada en su cama durante años se dedica a ser la futoróloga y cura enfermos más famosa de su entorno. Ella ha sabido ir modelando su vida, por las buenas o por las malas, para llegar a ser una santa reconocida y de prestigio… pero nada es gratuito y pronto se dará cuenta de que el pasado siempre vuelve por muy santa que seas y por mucho que hayas predicado y sanado. Una bicicleta muerta de risa en el garaje de Santa Perpetua será el desencadenante del destino, que siempre está escrito, aunque intenten reescribirlo o borrarlo. Y… cuando menos te lo esperas, el destino te da un puñetazo en el estómago.
Laila Ripoll se ha encargado de recuperar la memoria histórica a raíz de la aparición de esas fosas de represaliados del franquismo que pusieron en pie muchos recuerdos enterrados. Y lo hace a través del sarcasmo, de la ridiculización, del esperpento y de los valores tradicionales distorsionados en visiones apocalípticas. Ripoll se atreve a representar tradiciones que encubren moralidades pacatas y mojigatas y darles una vuelta de tuerca para demostrar lo engañado que ha estado un pueblo a costa de las invenciones de dirigentes y canónicos que no han hecho más que enterrar cadáveres a su paso.
Como ya habíamos dicho en las anteriores críticas, recalcamos:una trilogía indispensable.
Luis Mª García Grande.

«Los niños perdidos» de Micomicón en Cuarta Pared
Seguimos disfrutando, y mucho, de la «Trilogía de la Memoria» de Ripoll en la Sala Cuarta Pared con estos «niños perdidos». Un espectáculo dedicado a los padres y abuelos que padecieron la Guerra Civil y el Franquismo. La obra fue estrenada en el Teatro María Guerrero en 2005 y aún hoy tiene plena vigencia debido a la denuncia social que supone. Los niños, hijos de republicanos y olvidados del Franquismo que sufrieron las calamidades de esa institución llamada «Auxilio social».
Es importante destacar la labor dramatúrgica que nos aporta la iluminación en la obra creada por Luis Perdiguero y la escenografía de Arturo Martín Burgos, que nos trasladan a la estética de comics de terror o películas de Tim Burton y que nos cuentan lo que no se ve…
El trabajo de los actores sigue siendo magnífico, metiéndose en la piel de un niño que tiene que pasar por esas calamidades o en la de una monja de esas que tanto ayudó a que el régimen funcionara como debía funcionar.
Una obra imprescindible en una lección de lo que hoy llamamos «Memoria histórica»
Luis Mª García
Micomicón y la «Trilogía de la memoria» arranca con «Atra bilis»
Durante este mes podremos disfrutar de la trilogía que Laila Ripoll ha ido construyendo a lo largo de estos años. Años difíciles en los que nos ha hecho recordar las miserias y penurias de la España negra, como la bilis de los cuatro personajes que nos presentan esta semana su vida.
Es fácil hacer humor negro con todo lo que nos ha rodeado históricamente, pero no es fácil hacerlo bien y con una crítica encubierta entre las risas del público. Atra bilis es una obra redonda, en la que vemos a cuatro mujeres, y digo mujeres, de verdad -aunque sean interpretadas por actores masculinos- que dan vida a las penurias y engaños que ya nos relataba Lorca en su casa de Bernarda Alba. Una mezcla esperpéntica y sagaz de cuatro personajes, que defienden muy bien los cuatro actores, alrededor de un féretro nos hace darnos cuenta de que no hace muchos años los sucesos macabros más habituales se callaban con total impunidad… y muchas veces me pregunto si no estamos volviendo a esta situación cuando, por ejemplo, se da un paso atrás con una ley cualquiera…como la del aborto, se me ocurre.
Son tiempos complicados, en los que debemos mirar atrás pero saltar hacia adelante y no dejar que nos atrapen las arenas movedizas del miedo y del qué dirán y eso lo sabe muy bien esta compañía que ha tenido el desahogo de poder recuperar este repertorio comprometido políticamente, aunque no se hable de política y poéticamente, aunque no se hable en verso.
Pero es mejor que ustedes mismos comprueben estos días que la realidad no es como parece y que hay maestros del humor negro y de la dramaturgia que dan una vuelta de tuerca necesaria, incluso hoy en día aunque la obra se haya estrenado hace doce años.
Luis Mª García



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