Alberto F. Prados: El teatro, tal y como lo concibo yo, no ha de tener una sola función

¿Cómo surge la obra presentada en La Pensión de las Pulgas?…Háblanos del proyecto…
«Veneno para ratones» nace de la necesidad de contar una historia en la que hubiera diferentes capas. Como espectador, me interesan mucho las obras en las que a medida que avanza la trama los personajes van dejando ver poco a poco sus motivaciones más oscuras. Quería mostrar al espectador una situación que comienza de una manera cotidiana y va tornándose en algo más «enfermo». Un pequeño núcleo familiar formado por una madre y su hijo, y la nueva pareja de ella, se convirtió en el mejor vehículo para contarla.
¿Hubo ocasión durante el proceso para que aportasen ideas el resto del equipo en la puesta en escena? ¿Cómo ha sido el trabajo con ellos?…
El proceso de ensayos con Isabel, Mauricio y Sergio ha sido muy enriquecedor. Son tres actores con un sentido muy cabal en cuanto a la construcción del personaje. Una de las cosas que más me gustan del proceso de ensayos es encontrar puntos en común poniendo sobre la mesa las diferentes lecturas que cada uno tenemos.

¿Hay algún referente técnico o artístico del que se ha partido para crear este espectáculo?…
No hemos partido de ningún referente concreto a la hora de crear el montaje. Supongo que detrás de cada autor, de cada director, hay un imaginario propio formado, inevitablemente, por referencias artísticas, estéticas, etc. En ese sentido, en «Veneno para ratones» puede que haya algo de mi predilección por autores como Albee o incluso Almodóvar, pero en cualquier caso, de una manera muy inconsciente. Sería una osadía compararme, por supuesto.
¿Por qué haces teatro?…
Es difícil explicarlo. Es como cuando te preguntan el porqué de tu amor hacia otra persona; podrías enumerar las cualidades de esa persona, pero lo que hizo que te enamorases de ella y no de otra con las mismas (o más) cualidades, es algo inexplicable. La respuesta que más puede acercarse es que necesito que algunas ideas, historias o conceptos que hay dentro de mí se conviertan en algo material, y el medio ha sido el teatro.

¿Qué balances haces de tus trabajos como director/autor de teatro?… Háblanos de los más recientes…
«Veneno para ratones» es el segundo texto que escribo y dirijo, y creo que goza de más grado de madurez que «Selfie», mi primer montaje. El balance de ambos supera mis expectativas; me siento muy afortunado de los profesionales que se han involucrado en ambos proyectos y han creído en ellos.

¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
El teatro, tal y como lo concibo yo, no ha de tener una sola función. Es importante que sirva de revulsivo, que muestre al público situaciones o maneras de actuar y pensar, diferentes a lo convencional. Pero además existe un teatro cuyo cometido es el de entretener y hacer que el espectador se centre en divertirse y pasar un rato agradable. Creo que esto se ha denostado bastante últimamente, incluso por parte de la profesión, de una manera muy injusta. Es necesario que estas propuestas existan.

¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?…
Negativamente. Decir lo contrario me parecería una insensatez. La cuestión es que llevamos así unos años y nadie hace nada. Me apena mucho ver como los partidos que han surgido en pro del cambio tampoco tienen programas culturales demasiado concisos. O al menos no los defienden públicamente como debieran.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
«Pulveriza», una comedia de Abel Zamora que me pareció absolutamente brillante. Creo que Abel es un genio del teatro contemporáneo.
¿Proyectos?…
Hay algo en mente pero de momento disfrutar de las alegrías que nos está dando «Veneno para ratones». Sé que suena manida mi respuesta, pero vivimos en un mundo que cada vez es más frecuente «parir» un proyecto y meterte en otro. Quiero disfrutar de este montaje, porque aún tiene que crecer y vida por delante.



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