Revista digital de Artes escénicas -Año 12º-

Inmortales en Cuarta Pared

El espectáculo que ha dirigido Javier G. Yagüe hablaba de las luces y sombras de la condición humana en un futuro que empieza ya. Antes, las ferias de monstruos donde los charlatanes nos recibían para vendernos pócimas milagrosas, se hacían sobre carromatos y en descampados. Pero eso era antes, cuando lo que nos parecía misterioso y enigmático era la mujer barbuda y el hombre de dos cabezas. Ahora y en el futuro próximo, los lugares de seducción serán espacios asépticos, virtuales. En ellos nos venderán de nuevo la idea de la vida eterna, sin lastres religiosos, al alcance de la mano de cualquiera, bastará con hacerse socio de una entidad que pueda prometernos recambios corporales. El recorrido planteado por la sala, siendo recibidos y despedidos por sujetos uniformados que nos informan de los beneficios y las necesidades de la organización que controla el futuro de nuestra existencia, es inquietante, por momentos estamos en un espacio claustrofóbico donde nos preparan para la experiencia de encontrarnos con los seres creados genéticamente. Dentro, en la sala, un tríptico escénico repetido, como los seres que allí se muestran. No podemos distinguir entre creador y ser creado porque ambos parecen ser una copia de algún original que tal vez ya no existe. Conforme la gente se va acumulando en la sala, vuelve la sensación de estar encerrados en un lugar sin salida, en un futuro maldito. Una propuesta muy sugerente que nos despierta múltiples preguntas sin respuesta.

Simón Ribes

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