Revista digital de Artes escénicas -Año 12º-

El hijoputa del sombrero en el Principe Gran Vía

La responsabilidad de la madurez, la amistad y el amor son los temas que Stephen Adly Guirgis a través de la versión de Miguel Hermoso, plantea en El hijoputa del sombrero, una obra dura y amarga, que se presenta de un modo que te hace reír, pues está claro que la vida real se llena de risas en situaciones de lo más trágico, dejar atrás la adolescencia o perder de vista la insolencia de la juventud que no repara en consecuencias, es un paso decisivo en la vida de quien en ese momento ya ha adquirido responsabilidades de pareja, quien ya arrastra experiencias tremendas como la cárcel y la rehabilitación de las adicciones y todavía se comporta con la inmadurez propia de la primera juventud. Todo esto se refleja perfectamente en El hijoputa del sombrero, una puesta en escena de Juan José Afonso, ágil y dinámica, con unas transiciones musicales a cargo de El Langui, que recolocan el espíritu; y unos actores, capitaneados por Juan Díaz, cada día más grande en los escenarios, que llegan y convencen, creíbles, vivos, con conflictos de verdad, una Raquel Meroño, guapísima e inteligente, dura y convincente sin ninguna afectación y una escenografía de Elisa Sanz, que es práctica, moderna y nada recargada que nos hace ir a cada unos de los sitios donde transita la obra. Un buen espectáculo teatral necesario para la cartelera de Madrid.
Ángel Savín

elhijoputa

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