Close up de Angélica Briseño Ortega en La Usina
Mientras haya poesía y belleza en la escena, el teatro no morirá. La tecnología avanzará, nos volveremos máquinas pero tendremos que volver a encontrarnos en la oscuridad de una sala para preguntarnos sobre los sueños y las pesadillas, para brindar por una sonrisa o para gritar al vacio. Close up es un poema surrealista lleno de imágenes impactantes que se quedarán grabadas en el imaginario de todo el que acuda a sus representaciones. Es un ritual privado de madrugadas sin fin y es un lienzo en blanco sobre el que pintar nuestros deseos. La hora que dura se pasa volando porque ante nosotros hay dos intérpretes, la propia autora y Antonio Carrera Anaya que nos acompañan susurrando historias que todos hemos sentido en ese viaje complicado para dejar de ser niños. Gabriel Molina González les ha dirigido con sensibilidad extrema. Estén atentos a esta pieza exquisita y si la ven programada, acudan y desconecten sus relojes.
Adolfo Simón


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