Revista digital de Artes escénicas -Año 12º-

«No hay mejor defensa que un buen tinte» en el teatro Lara

La laca ha hecho muchos estragos… y no me refiero a los cardados excesivos de Pitita Ridruejo, a los flequillos dilatados o a los tupés a lo Travolta. Me refiero a las locuras que genera esnifarla. No hay mejor chute que un buen chorro de laca de la mala para cometer locuras, así que imagínense lo que sufren esas peluqueras todo el día haciendo de somelier de tintes amoniacados y fijadores en spray. Y para muestra un botón: la secuela de «Lavar, cortar y enterrar» deja secuelas. Una segunda parte que nada tiene que desmerecer con la primera en carcajadas y sorpresas desorbitadas con un toque sanguinolento.

Mario Alberto Díez, Fran Arráez y Carmen Navarro encarnan a unos Ángeles de Charly a lo chipén, castizos y con desparpajo, chulos y con decisión para conseguir sus metas.

Juanma Pina escribe y dirige, supongo que debajo de un buen secador de la peluquería de su madre, esta segunda parte de locura capilar.Para ello vale todo: las pelucas, las vírgenes, las planchas cerámicas, los moldeadores, los secadores-casco, las trenzas de raíz al estilo infanta, el moño alto a lo Caballé, el postizo a lo Amy, el rodete a lo Leia, los gatos chinos que agitan su brazo, las velas a Santa Bárbara, el pelucón de color inverosímil y el travestismo a la mexicana.

Un ritmo delirante, unas ocurrencias desternillantes, unas torturas bien merecidas y unos pequeños asesinatos de nada, hacen de esta comedia un must los petardos domingos por la mañana antes de un buen vermú de grifo pa bajar el resacón, así que pasen ustedes por el Lara a cardarse la alegría y a decolorarse las penas, que nunca viene mal salir con unas mechas californianas aplicadas a la castiza.

Luis Mª García Grande.

no hay mejor

 

 

Deja un comentario