INVENTARIO. MEMORIAS DE UNA ASPIRADORA de Bárbara Bañuelos en el TEATRO de la ABADÍA
Otro teatro que abre sus puertas, el Teatro de la Abadía y ahí estuvimos, militando en el patio de butacas, como debe ser, si antes ha sido un lugar donde encontrar vida, ahora hay que volver a ellos para demostrar que el teatro y la cultura no son peligrosos, al revés, son un espacio para el reencuentro y la emoción. Ayer entendí algo más del sentido del rito en vivo, ese temblor e incertidumbre que nos provoca un artista en frente, con sus miedos y sus certezas; eso nunca se experimenta en el universo audiovisual. Inventario, memorias de una aspiradora es un recorrido inusual por una parte de los recuerdos y objetos desde la intuición. Un juego posible que se desplaza entre la ficción y la realidad. El recorrido que cada objeto genera es inesperado, las relaciones y conexiones que se establecen no son premeditadas ni medidas y se despliegan solas a modo de memoria expandida, configurando una búsqueda no lineal. Bárbara Bañuelos utiliza su presencia escénica como un archivo vivo corporal que habita las propias vivencias y a partir de fragmentos autobiográficos devuelve cierta memoria a los objetos, creando un mapa de ramificaciones infinitas. Una experiencia curiosa donde el escenario se convierte en un espacio expositivo que el público puede visitar antes de empezar la representación y después, de la mano de su creadora, transitamos por un puzle desplegado en el suelo que se construye y deconstruye en el aire para conectar lo casual con otros mundos posibles.
Adolfo Simón
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