«Muerte de un viajante» en el Teatro Infanta Isabel
Willy Loman es un viajante de comercio que ha entregado todo su esfuerzo y su carrera profesional a la empresa para la que trabaja. Su único objetivo es darle una vida mejor a su familia, su mujer y sus dos hijos, que le adoran y a los que quiere inculcarles la ambición por triunfar y progresar en la escala social. Trabajador infatigable, ahora, con sesenta y tres años, exhausto y agotado tras una vida sin descanso, ve cómo su posición en la empresa se tambalea. Sus ventas ya no son las que eran y su productividad cae en picado, lo que provoca que la relación con sus jefes se haga insostenible. Su matrimonio tampoco va bien, y la relación con sus hijos esconde un antiguo secreto que les llena de resentimiento y que amenaza con destrozar la estabilidad familiar.
Esta obra de Arthur Miller impactó en su momento no solo por dejar al descubierto la falsa idea que tenía la sociedad americana como del triunfo del ciudadano medio si no que puso ante la mirada del mundo que se estaba fracasando al pretender conseguir un nivel de vida a costa de cualquier cosa. Aquí se pone en primera línea esta premisa del autor y el equipo artístico, encabezado por Imanol Arias, en una propuesta austera que no desdibuje la idea central de denuncia.
Adolfo Simón

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