Don Giovanni en el Teatro Real
La historia de Don Juan ha sido contada desde múltiples perspectivas. Todos los grandes creadores han sido seducidos por este personaje, al igual que la larga lista de mujeres que han caído en sus redes amatorias. Wolfgang Amadé Mozart y Lorenzo Da Ponte también tuvieron la necesidad de crear alrededor de este inquietante ser. En el Teatro Real se ha presentado una nueva producción coproducida por el Festival de Aix-en-Provence, Teatro Bolshoi de Moscú y Canadian Opera Company de Toronto. Este drama en dos actos dirigido musicalmente de manera magistral por Alejo Pérez y con la concepción escénica de Dmitri Tcherniakov ha provocado de nuevo a un público que parece no aceptar que los tiempos cambian y que para contar a Don Giovanni no hace falta que los actores lleven pelucas y se comporten con decoro. La lectura de esta propuesta es rabiosa y caótica. Empieza en un mundo civilizado y cuadriculado para ir degradándose y mostrando que no solo Don Juan es un manipulador y abusador si no que él, también es víctima de un sistema que muchas veces aprovecha la figura del díscolo para desviar la atención de las catástrofes humanas. Por suerte, los cimientos de la opera también se mueven, le pese a quién le pese.
Adolfo Simón
Macbeth de Giuseppe Verdi en el Teatro Real
Siempre que se da vida a Macbeth en un escenario se le suele dibujar como a un ser anodino que se tropieza con la posibilidad de acceder al poder, surgiendo de este modo el monstruo ambicioso y torpe que todos llevamos dentro. En esta nueva producción del Teatro Real, dirigida escénicamente por Dmitri Tcherniakov, aparece un nuevo aspecto de la personalidad de este personaje…Aquí, se le muestra como un juguete en manos del poder de una sociedad adocenada que necesita un títere para desbancar al tirano que les ha oprimido, convirtiendoles en clones que viven en un mundo de frios recortables. Cuando Macbeth destruye el poder establecido y se instala en la comodidad de un espacio íntimo y acogedor que podría haber soñado el pintor Hooper…La bestia de la masa decide que ya no quiere este juguete y que otro ha de ocupar su lugar. Así, Macbeth acaba siendo victima de su misma trampa…el que a hiero mata… La propuesta es muy novedosa, a través de un audiovisual, dirigen nuestra mirada, a vista de pájaro, hasta el lugar donde la masa se pone de acuerdo contra Macbeth y tras otro recorrido visual, aterrizamos en la íntimidad donde disfruta y sufre el protagonista su ascenso y caída del poder. Un plantel de lujo de cantantes-actores arropados de un coro espléndido…y acariciados o arañados por la genial música de Verdi que, en esta ocasión, dirigió con mano firme el maestro Teodor Currentzis, convierten este drama de otra época en un reflejo de nuestra realidad actual.
Adolfo Simón



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