L’elisir d’amore en el Teatro Real
El elixir de amor de Gaetano Donizetti regresa al Teatro Real, en la versión creada por Damiano Michieletto con su producción original, transfiriendo la acción de esta ópera a una playa popular llena de vacacionistas de verano. Transforma el «Elixir» del libreto original, un vino de Burdeos ofrecido como poción mágica, en una bebida energizante. Una de las arias de esta ópera «Una furtiva lágrima» está considerada entre las composiciones y melodías más populares de la historia. Dos repartos destacados son liderados por Erwin Schrott, Javier Camarena, Francisco Gatell, Sabina Puértolas y Brenda Rae, entre otros grandes artistas.
Con una escenografía pop, alegre, descarada, ingeniosa y colorida que nos sumerge en una playa mediterránea, Damiano Michieletto, director de escena, nos hace partícipes de la alegría y distensión propias de las óperas bufas, crítica con la sociedad de consumo, de la venta rápida en la que juega más el aspecto musical, acertado y que imprime calidad a la obra que la propia historia, de trama sencilla y previsible.
Luis Mª García Grande
«Historia de una semilla» en el Teatro Real

La compañía «La Maquiné» nos propone este espectáculo, ganador del Premio Lorca de Teatro Andaluz 2018. Una propuesta a medio camino entre el teatro de títeres, la música clásica y proyecciones llena de ternura y de compromiso por el medio ambiente en manos del ser humano. La escenografía e interpretación están muy cuidadas y la música tocada al piano en directo crea el ambiente óptimo para que «Historia de una semilla» se convierta en un pequeño caramelo escénico para que los más pequeños se vayan introduciendo al lenguaje teatral y se sensibilicen sobre determinados temas que los mayores descuidamos.
Luis Mª García Grande
«Carmen» en el Teatro Real

Calixto Bieito nos propone una reflexión sobre determinados símbolos a la hora de revisitar «Carmen», ópera que creó un mito y símbolo a la vez de una España en un tiempo determinado. Para ello despoja el escenario de adornos e introduce dos grandes componentes: La bandera española y la figura del famoso toro de Osborne. Los personajes que transitan por este vacío escénico son a su vez otra serie de símbolos del poder, lo impuesto, la tradición y la sensualidad, la pasión y, como no, la libertad representada en la figura de Carmen. Los símbolos pueden condicionar toda una serie de comportamientos en la población, banderas, iconos, uniformes… nos hacen reflexionar sobre la necesidad de crear símbolos y suscitar pasiones para aferrarse a ellos o la necesidad de experimentar la libertad.
Luis Mª García Grande
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Desde su estreno en París en 1875, Carmen, de Georges Bizet, es una de las óperas más representadas de la historia, se ha convertido en un mito y ha servido de inspiración a grandes artistas de otras disciplinas: pintura, danza, cine… El Teatro Real la recupera en esta ocasión con dirección musical de Marc Piolllet y escénica de Calixto Bieito.
El director de escena español destapa en Carmen una historia de violencia y marginación, de sensualidad a flor de piel, de lucha de sexos, en la que la verdadera protagonista es la violencia de género. Bieito traslada la acción a una Ceuta o Melilla de los años setenta, con un decorado minimalista que desnuda el lado más marginal de la ciudad.
Despojando la ópera de símbolos estereotípicos, Calixto Bieito logra que el protagonismo recaiga sobre las pasiones que transitan por el escenario. Un escenario casi desnudo que representa una España sórdida, atávica y machista, donde la fábrica de tabaco se relega a los márgenes de un cuartel militar en la frontera de lo que podrían ser Ceuta y Marruecos. La bandera española izada en medio de un territorio africano es el símbolo perfecto de algo que se quiere imponer, aunque no quede muy claro exactamente qué es ese algo. El universo de esta Carmen es el de los trapicheos, la testosterona y el turismo de sol y playa. Producción concebida originalmente para el Festival de Peralada, fue repuesta en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y propuesta de nuevo por la Opéra national de Paris. Es esta última producción la que llega ahora al Teatro Real.
‘El holandés errante’ en el Teatro Real

Àlex Ollé nos propone una buena revisión a esta pequeña joya de Wagner modificando la textura escenográfica y mostrándonos su propio concepto de lo infinito, lo trascendente y su mirada metafísica sobre la muerte. Con una impactante escenografía se nos adentra en ese mundo de Wagner intentando recrear una nueva visión del romanticismo.
La dirección musical de Pablo Heras-Casado hace resaltar los momentos del coro, tanto femenino como masculino, y más dispersa en lo que se refiere a los solistas.
Ahora que poseemos tanta tecnología para hacer mutar un mar tenebroso en una playa en un segundo, para convertir una gran proa de un navío en un cementerio naval, para hacer aparecer a los espíritus trepando por las paredes sin cuerda ni arnés…ahora que podemos escarbar infinitamente en eso que nos quería contar Wagner sobre la escoria humana que aún sigue siendo capaz de vender a personas por dinero o vendernos nosotros mismos, ahora, merece la pena ver esta propuesta impecable que nos acercará un poco más a su autor.
Luis Mª García Grande
«El retablo de maese Pedro» se retransmitirá en directo desde el Teatro Real
Mañana viernes 29 de diciembre a las 10h30 «El retablo de maese Pedro» se retransmitirá en directo desde el Teatro Real, y de forma gratuita, a todos los colegios y centros educativos del país.
Más info en: http://www.teatro-real.com

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Staatsballett Berlin Contemporáneo en el Teatro Real
La semana pasada asistimos a la presentación en el Teatro Real de la versión de La Bella durmiente de Nacho Duato para el Staatsballett Berlin. Esta semana hemos tenido la ocasión de disfrutar de tres piezas excelentes de lo que será el programa contemporáneo que Duato aportará a la Compañía berlinesa. And the Sky on that Cloudy Old Day de Marco Goecke y Static Time seguida de White Darkness, ambas del propio Duato, conformaron un tríptico exquisito de lo que ha sido la creación y producción de este coreógrafo a lo largo de su carrera y que se muestra en los mejores teatros del mundo. Tres piezas en las que se demuestra que el tiempo no pasa para las buenas creaciones, más bien se enriquecen, como el buen vino. Y sobre todo, ha sido una oportunidad única para ver a un elenco excelente, técnicamente hablando, que, aporta desde su formación clásica, una ejecución que se acerca a la perfección. Sin duda, este ballet volverá pisar los escenarios de nuestro país en breve.
Adolfo Simón
La bella durmiente de Nacho Duato para el Staatsballett Berlín en el Teatro Real
La bella durmiente de Nacho Duato para el Staatsballett Berlín programada en el Teatro Real ha sido la presentación de su trabajo en esta nueva etapa como director artístico de esta emblemática compañía. En la monumental pieza que es este ballet con música de Chaikovski, Duato no ha osado en alterar en exceso el libreto original, ha dado algún toque personal pero es fiel a la narración de la historia. Tampoco ha dado un giro radical a la coreografía clásica, sigue siendo un ballet de aire tradicional con su formato de dos bloques y un epílogo de solos y dúos finales con la excusa de la fiesta en Palacio. Casi toda la obra está en puntas, salvo breces retazos con los que aparece, de puntillas, el estilo Duato que seguro dará mucho que hablar en próximas producciones con un elenco de tanta calidad como el que tiene esta formación. La estética en la puesta en escena, tanto en el espacio, el vestuario y la luz, sigue la línea clásica para no desentonar en lo que es una visión museística de la pieza. Esperamos con curiosidad las próximas creaciones del coreógrafo español.
Adolfo Simón
Goyescas y Gianni Schicchi en el Teatro Real
Un curioso programa el que nos ofrece el Teatro Real estos días. La primera parte consiste en una dramatización sencilla de Goyescas, casi una puesta en escena de cámara. A continuación, Plácido Domingo, acompañado de ilustres colegas del bel canto, nos ofrecieron un breve recital de algunas arias deliciosas que entusiasmaron al público asistente. Tras un descanso, en la segunda parte, disfrutamos de una excelente e inteligente puesta en escena de Gianni Schicchi dirigida por Woody Allen. La tercera obra de Il trittico de Puccini, Gianni Schicchi, una ópera cómica inspirada en un episodio de La Divina Comedia de Dante –entretenida y pícara descripción de una astuta codicia– muy pronto se alzó como la predilecta del público, con un lenguaje musical que se revela como el más audaz y moderno de la trilogía. La que se considera última gran obra maestra de la ópera cómica italiana se ha presentado en el Real de la mano del humor ácido y mordaz de Woody Allen. Tres piezas para diferentes paladares que completan una programación sugerente en esta temporada del coliseo madrileño.
Adolfo Simón
El retablo de Maese Pedro en la semana de la ópera en el Teatro Real
¿Quién dijo que la ópera no puede ser popular y atraer a todo tipo de público?…Pues si alguien lo ha dicho, se equivocó y como muestra de ello, la repercusión y convocatoria que ha tenido la semana de la ópera organizada por el Teatro Real. Un sin fin de actividades para animar a todo tipo de espectadores a acercarse a este templo del bel canto. Creo que habría que hacer más iniciativas de este tipo, es necesario crear y renovar un público que está interesado en este tipo de propuestas. Una de las actividades más sugerentes y ricas artísticamente fue la presentación para niños-as y jóvenes de El retablo de Maese Pedro de Manuel de Falla, un espectáculo que juega al teatro dentro del teatro con una realización excepcional por parte de la Compañía Etcétera. Teatro de formato mediano para animar al público a sumergirse en estas poéticas exquisitas donde el teatro, los títeres, la música y el canto se funden para hacernos vivir una experiencia inolvidable.
Adolfo Simón
Muerte en Venecia, una danza de la muerte de John Neumeier para el Ballet de Hamburgo en el Teatro Real
“Danza macabra” es el subtítulo que acompaña al ballet Tod in Venedig, una adaptación libre del coreógrafo John Neumeier de Muerte en Venecia de Thomas Mann, narración que ya había fascinado con anterioridad a creadores como Visconti y Britten. En este ballet, estrenado en la Staatsoper de Hamburgo el 7 de diciembre de 2003, el personaje de Aschenbach se reencarna en un prestigioso coreógrafo en crisis. Dividido en diez escenas, utiliza la música de Bach y Wagner para ilustrar el viaje de Aschenbach del arte a la vida… y la muerte. El montaje es sobrio y estéticamente muy bello, los bailarines crean con sus cuerpos un sin fin de espacios reales e imaginarios. Durante la crisis emocional y creativa, el personaje protagonista vive en una pesadilla donde lo que imagina se confunde con la realidad. Un espectáculo complejo, de gran factura técnica y estética.
Adolfo Simón
El público de Federico García Lorca en el Teatro Real
Siempre es una buena noticia que se estrene una obra lírica española y más si está inspirada en un texto como El público. Cuentan que cuando Lorca le enseñó a Dalí su poemario del Romancero Gitano, el pintor, le hizo una crítica tan destructiva por lo popular de la obra que el poeta entró en crisis y se marchó de viaje a América. De ese viaje volvió con unas experiencias transformadoras y quedó constancia de ello en Poeta en Nueva York. Su obra ya no volvió a ser la misma, ya estaba escrita en otro papel y con otra tinta. El surrealismo se alojó en su cabeza y de ahí surgieron sus piezas más transgresoras y modernas; si Lorca no hubiera sido asesinado, habría sido el precursor de muchas corrientes dramatúrgicas que marcaron la segunda parte del siglo XX. El silencio que instauró la dictadura española hizo que su obra quedase dormida durante décadas. El propio Lorca no quería que El público viese la luz; seguramente era consciente de lo adelantado que era este texto para su tiempo, aún hoy, es un misterio para muchos y hay que ser muy atrevido para enfrentarse a él. Pero hay que intentarlo, El público no puede quedarse sin subir el telón. En la ópera que se estrena en el Teatro Real hay todos los medios y elementos necesarios para hacer una gran obra de arte. Tal vez se ha pecado en la primera parte de permitir que la obra se sumerja en algunos pasajes con aroma flamenco, no sé si Lorca reconocería esos rasgos en su texto. La segunda parte vuela mucho más y la puesta en escena salta a otras dimensiones plásticas y poéticas, más libres y abstractas. Aún así, un equipo espléndido se deja la piel en todos los frentes de este monumental proyecto que deja constancia que nuestros artistas pueden acceder a los templos internacionales de la opera.
Adolfo Simón
«Hänsel und Gretel» en el Teatro Real
«Hänsel und Gretel» de Engelbert Humperdinck, märchenspiel en tres actos con libreto de Adelaide Wette basado en un cuento de Kinder-und Hausmärchen de Jacob y Wilhelm Grimm producida por el Festival de Glyndebourne. La combinación de canciones populares alemanas con una refinada orquestación de tintes wagnerianos resultó una fórmula magistral para consagrar Hansel y Gretel, una de las primeras Märchenoper u óperas de cuentos de hadas típicas del siglo XIX, entre las más interpretadas del repertorio lírico. Estrenada en 1893 en Weimar por Richard Strauss, quien la calificó como “una obra maestra de eximia calidad, original en todo, nueva y auténticamente alemana”, esta versión edulcorada del cuento homónimo de los hermanos Grimm, que Humperdinck compuso a instancias de su hermana, autora del libreto, conquistó muy pronto al público. Fue la primera en ser retransmitida íntegramente por la radio desde el Covent Garden y también la pionera en ser radiada en directo desde el Met. Los dos avispados hermanos, los niños de pan de jengibre, el hada del sueño, la bruja y la casita de mazapán y chocolate llegó, en esta ocasión, al Teatro Real bajo la dirección de Laurent Pelly, a cargo también de los figurines, con Barbara de Limburg en el equipo artístico como escenógrafa. Esta puesta en escena acerca la historia al público adulto, dejando espacio para que los niños y jóvenes sigan disfrutando y aprendiendo de esta fábula. Para conseguir esto se juega con una propuesta plástica en escenografía, vestuario e iluminación con rasgos de comic y estética pop, algo que ayuda a seguir cada una de las situaciones de manera cercana, sin que el cuento parezca que les ocurre a otros; todos podríamos ser Hanser y Gretel en estos tiempos en los que está tan dividido el acceso a las necesidades básicas para el ser humano. La interpretación es muy acertada porque no se cae en tópicos de personajes y musicalmente estuvo muy bien dirigida por Paul Daniel.
Adolfo Simón
MIGUEL HERMOSO ARNAO: Creo que debemos aspirar a un espectáculo del que un espectador salga distinto a como entró, con más dudas y nuevas inquietudes en la cabeza.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Entré en la RESAD cuando todavía se hallaba ubicada en el Teatro Real. Recuerdo aquellos años como un despertar constante… El teatro se me manifestó como una oportunidad de “arte total”, no era lo que yo imaginaba cuando leía textos en mi adolescencia, iba mucho más lejos. Era capaz de reunir música, acción, narración y estética en un lugar sagrado, frente a unos espectadores -que yo por aquel entonces siempre imaginaba hastiados o aletargados- deseosos de emociones.
Yo ya había estudiado música en el Real Musical (solfeo, piano y guitarra) y excitado por la posibilidad de participar en la creación de un espectáculo total, me inscribí en una escuela de jazz y rock para aprender armonía y composición contemporánea. Llegué a formar un ruidoso grupo de Funk-Metal. Leer a Antonin Artaud y a Nietzsche me inspiró grandes ideas y quiméricas expectativas que lógicamente no pude o no supe poner en práctica pero que anduve bordeando en cada iniciativa en la que participé como creador y no como intérprete (que en realidad era el sustento de mi experiencia) Es obvio que la realidad de tener que trabajar para subsistir me acortó las alas, pero aún sueño (tal vez deliro) con un espectáculo en el que pudiera poner todos los elementos que me apasionan juntos.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
Antes era más talibán: “esto sí es teatro, esto no…”. Me he vuelto mucho más tolerante y pienso que es maravilloso que exista desde una comedia ligera que no te convulsione el alma pero que te acaricie el diafragma con terapéuticas risas hasta experiencias arrasadoras como el Medea de Pandur. Todo es teatro. Y el teatro es cualquier historia contada en vivo por actores frente a un público. Ahora mismo yo diría que lo hago porque ya no sé hacer otra cosa… pero también por esos momentos -caros y difíciles de conseguir, sí- en los que consigues sincronizar tu pulso emocional y tu voz con los espectadores. Eso es comparable al Rock and Roll.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
Que es desigual, zigzagueante y que carece de toda coherencia. Lo que me propongo es, en cada nuevo trabajo, poner toda la experiencia acumulada en anteriores -tanto la buena como la mala- para aprender o descubrir algo nuevo. He aprendido mucho, por ejemplo, de trabajos televisivos muy mercenarios y a veces no tanto de iniciativas mías en las que me convertía en productor-actor-dramaturgo y me acababa estrellando contra mi falta de flexibilidad y dominio de los elementos.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Creo, como te decía antes, que cabe todo lo que no sea aburrido. Yo mismo como espectador aprecio muchísimo un rato de pura diversión, aunque creo en el espectáculo Brechtiano, creo que debemos aspirar a un espectáculo del que un espectador salga distinto a como entró, con más dudas y nuevas inquietudes en la cabeza.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Escribí la adaptación de “El hijoputa del sombrero” de Stephen Adly Guirgis y actué en la misma producción. Fue una experiencia total, pero solventada con muchísimas dificultades: me ví en la necesidad de, como co-productor, pedir a los actores que trabajaran en cooperativa. El resultado artístico fue bastante consistente, pero económicamente todo el mundo estaba descontento. Tras esta agotadora experiencia me apunté al placentero ejercicio de mi puro oficio de actor interpretando el glorioso personaje de Quevedo en la serie de TV “Alatriste”, que ahí anda batiéndose a capa y espada en el fango de la programación actual. Después me esperaba Blanca Portillo con su tenorio…
¿Cómo surgió tu participación en el DON JUAN que se está representando en la Compañía Nacional de Teatro Clásico…?…Háblanos de este trabajo…
Blanca Portillo me habló del proyecto hace un par de años, cuando sustituí a José Luis García Pérez en “La Avería”. Ella quería enfrentar a dos hombres de un acentuado perfil masculino comprometidos con la causa de derribar un mito machista. Me apasionó la idea, tanto estética como ideológica. Eso sí, me exigió un estado de forma digno de un atleta… Y así aproveché para ponerme al día con mi más que abandonada salud. Ahora gracias a Blanca y gracias a Tenorio, me siento casi tan joven como recién salido de la escuela. De hecho el trabajo que hemos hecho me recordaba a aquellos años de ambiciosa creatividad y sacrificio físico y emocional. Don Juan ha sido como una segunda RESAD para mí, en gran parte gracias al contacto con una nueva y potente generación de actores de escuela cuya excelente preparación nos ha puesto en jaque a todos los veteranos de la compañía. Un antes y un después para mí.
¿Cómo creas tus personajes?…¿Tienes un método?…
Tengo el método de “todos los métodos”. Trato en primer lugar de amoldarme al espíritu de la producción en la que estoy participando: según eso me aproximo al personaje desde un ángulo más físico o más intelectual. Profundizar intelectualmente en la psicología no me ha dado muy buenos resultados, la verdad. Escuchar al antagonista con verdadero interés y esperar a tener una reacción lógica y emocional a lo que recibo sí me ha proporcionado muchas soluciones.
La experiencia me enseña que las decisiones tomadas de antemano son inútiles, y que es en el tránsito de los ensayos cuando uno debe ser permeable a sus compañeros y flexible con las exigencias, tanto las propias como las del director/a. Tengo la sensación de que sabiduría creativa pasa por vaciarte de prejuicios en cada nuevo espectáculo y dejar que tu instinto te guíe: el juez no debes ser tú mismo, eso te impide lanzarte al ruedo con plena honestidad. La norma de oro sería: hagas lo que hagas, hazlo de verdad. Esa es la única manera de pergeñar ese sólido y convincente engaño que es un personaje.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
No soy capaz de decirte algo nuevo sobre esto. Es una guerra abierta del Partido Popular al mundo del espectáculo. Un castigo duro y silencioso a un gremio que para una parte de los españoles es prescindible. Debemos convencer, no ya a los políticos de derechas, sino a los ciudadanos que los votaron, que se equivocan despreciando la cultura. Pero hay que empeñarse en seducir a este electorado más que en combatir a sus representantes. Hagámoslo produciendo obras que maravillen y que muestren cómo una sociedad no podrá prosperar ni progresar nunca sin esa deriva humana por su propia imaginación y su subconsciente: el arte.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
“Camisas de fuerza”, un texto divertidísimo y ácido de Nacho del Valle dirigido por Manuel Gancedo. Dos personajes en una habitación de un psiquiátrico, con la puerta abierta, que no saben salir. Inspirador…
¿Proyectos?… Una gira maravillosa con el Tenorio por los teatros más bonitos de España: el Arriaga de Bilbao, el Principal de Alicante, el Jovellanos de Gijón… Delicioso.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Leer mucho a Peter Brook. Y recordar que el teatro de verdad no requiere más que una inversión mínima de dinero y sí una máxima de talento dramatúrgico y honestidad actoral.
Y por supuesto nunca abandonar la autocrítica.
La hija del regimiento de Gaetano Donizetti en el Teatro Real
«La fille du régiment» de Gaetano Donizetti, opéra-comique en dos actos con libreto de J.H. Vernoy de Saint-Georges y Jean-François Alfred Bayard se ha estrenado en el Teatro Real de Madrid. Coproducida por el Metropolitan Opera House de Nueva York, la Royal Opera House Covent Garden de Londres y la Wiener Staatsoper. Con dirección de escena y figurines de Laurent Pelly. La más popular ópera de Donizetti es una comedia irónica, sentimental y con una ácida carga de crítica social que aglutina distintos elementos de los dramas de la época: el mal de amores entre los protagonistas, el respeto al deber y la obediencia paterna, la confrontación de una aristocracia decadente con una burguesía emergente que se impone al Antiguo Régimen… La exaltación nacional en la que vive inmersa Francia en 1840, cuando se estrenó, mostraba el retrato amable y divertido que el compositor hizo del ejército de ocupación francés y la inclusión de algunos números patrióticos. Con su habilidad para crear formas musicales flexibles, jugar con los estilos de moda y parodiar al mismo tiempo la estética conservadora, esta obra que el director de escena Laurent Pelly considera “hilarante y conmovedora, ligera y grave a la vez”, manifiesta un humor inteligente y unos alardes musicales inolvidables. La puesta en escena presentada combina aspectos formales para reproducir las situaciones históricas que hay en la obra e intercala pinceladas irónicas en el escenario para darle una visión actualizada. El lujo de esta función fue poder ver y oír en escena al gran cantante Javier Camarena.
Adolfo Simón
MÓNICA RUNDE-10 & 10: Las instituciones en vez de ayudar a la danza contemporánea la están endeudando y lo peor es que parece que no les importa.
¿Cómo llegas a la danza contemporánea?…
Bailando la Bella Durmiente… me dí cuenta que eso era lo que NO quería hacer. Asi que un poco por la necesidad de contar cosas con un lenguaje propio, o al menos que yo sintiera que era más mío que el ballet clásico.
¿Cómo fue surgiendo tu personal lenguaje en el escenario?…
Poco a poco, escuchando mi cuerpo y dejándome llevar por el y por lo que quería contar. En el fondo y la forma el lenguaje de un coreógrafo contemporáneo está muy unido a la particular escritura de su cuerpo y como este se mueve.
¿Cómo surge 10 & 10?…
Éramos un grupo de buenos bailarines trabajando juntos en una compañía en la que no nos era posible desarrollar nuestras inquietudes como creadores y donde estábamos cada uno de nosotros demasiado encasillados en determinados papeles como intérpretes. Necesitábamos crear e interpretar otras cosas. Eso unido a que Pedro Berdäyes decidiera presentarse al Certamen Coreografico de Madrid y ganáramos el primer premio nos dio el impulso para crear nuestra propia compañía. También que en Madrid en aquella época se respiraba creatividad en las artes escénicas en general y desde las instituciones se fomentaba e impulsaba en particular a la danza contemporánea. Apareció el Festival Madrid en Danza, la Sala Olimpia y su Danza en Diciembre, el Certamen Coreográfico por donde pasaron casi todos los coreógrafos del país… era el cultivo perfecto para que naciéramos.
¿Qué balance haces de los veinticinco años de 10 & 10?…¿Qué evolución ha hecho la Compañía a lo largo de este tiempo?…
Es muy dificil hacer balance positivo desde una compañía de danza contemporánea española sin hacer comparativas con otros países europeos o americanos (¿y si hubiéramos fundado 10 & 10 en Alemania, o Francia, o Méjico, o Brasil…?) y no caer en la queja, pero siempre intento ser positiva.
Cronológicamente:
Tuvimos la suerte de triunfar con el primer programa, de formar parte de esa nueva danza de España a la que se apoyaba tanto desde las instituciones de España y en nuestro caso Madrid (*) como desde los festivales internacionales europeos. Apoyos casi desde el inicio a nivel institucional (INAEM y CAM), como particular (Lola de Ávila nos cedió parte de su estudio para ensayar a diario durante años hasta que cerró la escuela María de Ávila en Madrid). Los noventa fueron años de muchísima exhibición en Europa y de abrir camino en España. En el 2000 llegó el Premio Nacional que nos ayudó a seguir adelante gracias a la aportación económica que traía bajo el brazo. Entonces ya teníamos nuestro propio local de ensayo lo que nos dio una gran libertad para concebir escenografías más espectaculares (teníamos donde almacenarlas y al tiempo poder ensayar con ellas), tener un elenco estable y por lo tanto la posibilidad de ”rodar” con muchos programas a la vez.
Pero las ayudas cambiaron con la entrada en la CEE y el tipo de estructura que las compañías teníamos planteado pasó a ser dificil de mantener. La suerte de cruzarse en nuestro camino nuestra otra gran mecenas, Cristina Rota, que nos ofreció residencia en el Centro de Nuevos Creadores – Sala Mirador. La mudanza significó seguir teniendo un lugar donde ensayar a diario, un local donde estrenar y por fin hacer temporada – en lugar de los dos o tres días de cuando te programan en un festival-pero también trajo el deshacernos de una gran cantidad de escenografía (económicamente no nos podíamos permitir pagar un almacén y tampoco nos interesaba sino podíamos utilizarla en el diario). Rota apostó muy fuerte por la danza contemporánea, hicimos temporadas de un mes, creamos festivales y un lugar donde compartir espacio con el teatro, pero a mediados de los 2000 han vuelto a cambiar, bueno en este caso a menguar y algunas desaparecer, las ayudas a la danza y tanto 10 & 10 como la Mirador tenemos que buscar la manera de flotar dentro de este caos. Eso nos ha alejado a nuestro pesar, obviamente las Salas llenan más con temporadas teatrales que con la danza. El público de danza a bajado un 50%, es un hecho.
25 años de creación, de abrir caminos, de crear lazos con otros creadores aquí y allá, a un tiempo, sentir que estas empezando de nuevo cada año y que cuando entras en ciertas instituciones y círculos te siguen mirando con cierta condescendencia y me encantaría que me miraran como una creadora con 25 años de carrera o una intérprete con 35 y la mirada fuera más respetuosa, creo que me lo he ganado.
Anyway, la danza sigue sin tener su sitio en este país.
¿Es importante tener colaboradores habituales en el equipo artístico y técnico?… ¿En qué medida participan del proceso de creación?…
Para mi el proceso creativo es lo mejor de una producción, gestar lo que será y las reuniones con el equipo artístico.
El equipo creativo es fundamental y participan al 100% en el proceso de creación. Una idea genial de escenografía o vestuario o luz o música o…puede definir el camino a seguir, incluso el detonante de la coreografía. A mi me gusta trabajar con el equipo antes de encerrarme en la sala de ensayo con los bailarines porque se que me van a regalar un montón de ideas que luego desarrollaré en el estudio.
Me gustan mucho esas reuniones de trabajo de exponer ideas y ver como te las rebotan mejoradas, ampliadas, dadas la vuelta… y esas cenas de después – en las que sigues hablando de la creación – no tienen precio.
También es verdad que en el proceso con los bailarines se siguen gestando cambios, en los que tanto ellos como el equipo artístico participan.
Impartes cursos habitualmente…¿Cómo enfocas el trabajo en ellos…?¿Cuáles son los objetivos?…
Imparto cursos a colectivos muy distintos eso hace que el enfoque sea distinto en unos u otros. No es lo mismo impartir una clase o un taller a actores, a bailarines o a futuros pedagogos (el caso de los cursos que imparto en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila). Llevo más de 35 años impartiendo clases y con los años he aprendido la importancia de traspasar la experiencia, a veces es más importante eso que enseñar la técnica precisa de un movimiento o teoría de la composición.
Antes preparaba las clases al milímetro, ahora primero tanteo el grupo intuyo sus necesidades y desde ahí desarrollo el curso. Hace años que no preparo un curso y me dejo llevar por las necesidades del grupo.
¿Qué utilidad han tenido los premios en tu carrera?…
En este país los premios tienen poca utilidad, te dan una gran alegría cuando los recibes y suelen sacarte de atolladeros económicos, como fue el caso del Nacional de Danza que consiguió que no cerráramos la compañía y pudiéramos pagar las deudas que teníamos en ese momento. Al ser casi todos ellos anuales es como ser algo protagonista ese año, al siguiente ya pasó y la banda y la corona pasan a otra cabeza y otro hombro. Me gustaría que esos premios fueran un reconocimiento de verdad a qué has hecho y un respeto a tu obra.
En general creo que en este país te reconocen en un momento dado tu perseverancia, pero esos mismos que te entregan el premio es más que probable que no hayan visto más que uno o dos (con suerte) de tus trabajos. Por supuesto hay excepciones.
¿Cómo ves el panorama de la danza contemporánea en nuestro país?¿Qué colectivos te interesan?…
No es el mejor momento, pero tampoco es el peor como le gusta decir a algunos.
Ayer leí en el anuario de la SGAE que las funciones de danza han caído un 50 por ciento, junto con la recaudación y el número de espectadores. Eso si que es preocupante porque toda la labor de conseguir unos espacios de exhibición y un público que hemos hecho las compañías a lo largo de los años ha desaparecido en un plís plás.
Si está peor la implicación de las instituciones, tienen menos presupuesto, pero sobre todo menos interés. Somos en cierto modo el I+D+I de nuestro sector y ahora la prioridad en todos los campos es lo que es económicamente efectivo al instante.
Si no interesa la investigación en ciencia o medicina como va a interesar en artes escénicas.
Nunca hemos tenido los apoyos que otras compañías europeas tienen en sus países ni el mismo respeto como creadores y ahora…menos.
Como te he dicho, siempre han interesado los colectivos que por algo reciben ese adjetivo, colectivos…
¿Qué temas o propuestas te seducen a la hora de poner en pie un proyecto?…
Ahora mismo aquellas en las que vaya a disfrutar como creadora o como intérprete. Como creadora he necesitado hablar del ser humano, de la persona como indivíduo y ser social. Eso me llevó a hablar de temas como las drogas (su abuso, adicción y la repercusión en las personas del entorno); el amor homosexual y la no aceptación por la sociedad; el maltrato a la mujer dónde me centre en el maltrato psicológico que no deja huellas en el físico pero destroza la psique de un ser humano; la emigración y el exilio y ese desgarro que crea no pertenecer a ningún país y perderlo todo en el camino… he sido una coreógrafa con un compromiso con el ser humano ”humillado”, compromiso del que me siento muy orgullosa y continuaré creando en ese sentido, aunque no sea «moderno” y no guste al programador de turno. Es mi naturaleza y me puede. Antes de una manera más narrativa, ahora desde las imágenes y la abstracción, pero me doy cuenta que la temática sigue siendo la misma. ¡Que cosas!
He redescubierto el placer de ser dirigida y creo que ese es mi proyecto inmediato. Asi que si alguien necesita una intérprete en la cincuentena…estoy a su disposición.
¿Hay un proceso o plan de trabajo que sigues habitualmente cuando empiezas un nuevo trabajo?…Háblanos de ello…
Basicamente empiezo con mesas de trabajo con el equipo artístico, búsqueda de financiación para ver que se puede hacer de toda esa propuesta creativa, encierro en el estudio con los intérpretes y estreno. Por desgracia en este país vender danza contemporánea sin que esté estrenada y puedan ver un DVD del trabajo es prácticamente imposible, así que las compañías de danza contemporánea no tenemos la posibilidad del teatro de girar inmediatamente después del estreno. Esa parte del proceso me encantaría vivirla.
Háblanos del proyecto que estrenáis en Madrid en Danza…
EPISODIOS – (Temporada 25).
25 años de compañía y mis 35 años de intérprete encima de los escenarios.
Deseo celebrar estos 25 años de compañía y 35 años de intérprete disfrutando de la creación de otros.
Normalmente las compañías celebran reponiendo pedacitos de obras, o convocando a los intérpretes que han pasado por ella… ¿Y desmarcarse y convocar a creadores para que celebren contigo dos cosas a la vez?
Tengo el lujo de contar para estas celebraciones con creadores que admiro, respeto y si pudiera les pondría la alfombra roja cada día que vienen a trabajar conmigo en un estudio: Pedro Berdäyes mi marido artístico durante 16 años, pareja de baile durante 20 y co-creador de 10 & 10; Carmen Werner compañera en la historia dancistica contemporánea de Madrid y a la que admiro por su capacidad compositiva y su forma de narrar el cotidiano; Luis Luque, director con inquietudes dancísticas con el que he compartido obras a los mandos de otros directores y con el que quería compartir proceso creativo; Daniel Abreu del que admiro su imaginario estético, onírico y del que he aprendido una nueva manera de moverme a mis 52; Claudia Faci, amiga, compañera en Ballets, coreografías y giras y una de las mejores dramaturgas de esta ciudad y sobre todo que me conoce desde el inicio de los tiempos; Elisa Sanz colaboradora y amiga desde… alguien con ese imaginario, esos aportes, esa vitalidad, ese pequeño gran genio creativo; y Juan Gómez Cornejo, quizás el mejor iluminador de este país…
De todos ellos soy fan y que ahora estén aquí conmigo es un lujo de esos que ocurren -o propiciamos – una vez en la vida.
¿Cómo está afectando los recortes y el aumento del I.V.A. en vuestra compañía?…
Creo que te he contestado antes en la cronología del balance de los últimos 25 años. Pues mal, muy mal, el arte no es lo mismo que un ordenador y no podemos tener los mismos impuestos que Apple o IBM ya que no tenemos los mismos beneficios. Y te digo ordenadores porque estoy delante de uno…
¿Cómo surge la idea de apoyar a Compañías jóvenes?…
En este país antes que creador y para poder girar, pedir ayudas o simplemente alquilar un estudio para ensayar tienes que ser EMPRESA. Es decir, que para poder ser coreógrafo lo primero es gastar un montón de dinero, que no tienes… ¿que memos que prestar tu infraestructura para que otra persona se pueda beneficiar?.
¿Se pueden plantear propuestas arriesgadas hoy?…
Si no pretendes vivir de esto si.
Si quieres vivir de esto mejor monta un clásico español.
¿Qué le dirías a un joven que empiece hoy en la danza?…
Que emigre y aprenda igual que lo hicimos muchos hace 35 años cuando la situación en este país era la que era. Yo, con 30 años menos, ni me lo pensaría.
Entonces no había compañías ni programación, ¿ahora?…
¿Qué le pedirías a las Instituciones Culturales para la danza?…
Que piensen que están haciendo y si sirve para algo.
Que colaboren con el sector que lleva dando señales años.
Que no metan en el mismo saco la danza contemporánea, el flamenco, el ballet clásico… sino meten en el mismo saco la dramaturgia contemporánea y los clásicos porque la danza no tiene también ante sus ojos esa diversidad y diferencias.
Que la danza, como el teatro (Teatro Valle Inclán, María Guerrero, Fernán Gomez,etc….), la música (Auditorio Nacional,etc) y lírica (Teatro Real, de la Zarzuela, etc) también necesita un espacio de creación y exhibición propios, un teatro de la Danza que ayudaría a crear público y a los creadores a tener un espacio escénico en condiciones para presentar sus trabajos.
Que piensen lo que significa una ayuda a gira por el extranjero o ayuda a la producción a una compañía – montones de billetes de avión, salarios de ensayos, seguridad social… – y no nos paguen esas ayudas hasta que la gira y la producción se han terminado… Están dando una ayudas que a corto plazo en vez de ayudar están endeudando a un montón de creadores, estamos representando a la cultura y una supuesta marca España en el mundo en condiciones penosas porque no tenemos medios – a tiempo – y están fomentando que las compañías desaparezcan bajo las deudas.
Las instituciones en vez de ayudar a la danza contemporánea la están endeudando y lo peor es que parece que no les importa.
¿Qué referentes en la danza internacional tienes?…
Susanne Linke y Pina Bausch son los más fuertes. Debe ser la genética, me gusta el trabajo alemán mucho más que otros. Últimamente mis referentes son más videográficos y pictóricos que dancisticos.
> (*) Quisiera dar las gracias a las personas que desde las instituciones nos apoyaron e impulsaron en nuestros inicios. En el Ministerio de Cultura el entonces asesor de danza Roger Salas y Guillermo Heras director del C.N.N.T.E. – Sala Olimpia (Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas); del Ayuntamiento de Madrid: Eduardo López que entonces trabajaba en el Centro Cultural de la Villa (Teatro Fernando Fernán Gómez ahora, más o menos…) y de la Comunidad de Madrid la que era asesora de danza Laura Kumin. Gracias a todos ellos por impulsar la danza y darle los medios para desarrollarse y tomar presencia en el desierto que entonces era Madrid respecto a la danza contemporánea.
«Movimientos 2… danzar al aire español» en el Teatro Real
Tras “Movimientos: La danza de la punta al tacón”, la Fundación Antonio Gades regresa al Teatro Real con una nueva producción para todos los públicos. En esta ocasión, en la Sala Principal nos ha brindado un acercamiento didáctico a las distintas disciplinas que integran la danza española: la escuela bolera, la danza estilizada, el folclore y el flamenco cuyo título es: «Movimientos 2…danzar al aire español» creado por Hugo Pérez de la Pica. La propuesta estética parece surgida de estampas pictóricas de la época a la que corresponde cada baile escenificado. Breves fragmentos textuales van hilvanando los distintos bailes en composiciones plásticas intensas. Tal vez debería haber algún guiño a los más pequeños, la obra resultante parece más dirigida a un público adulto.
Adolfo Simón
En la intimidad de la creación de La Bodas de Figaro
En otro tiempo, los grandes creadores tenían lo que se denominaba “escuela” que era la posibilidad de que los jóvenes pudieran acceder al espacio de trabajo para seguir el día a día de la construcción de una obra artística, desde que se ideaba hasta que se llegaba al resultado final. Hoy en día, la escuela es otra cosa, es un espacio donde se recibe información pero no se asiste al misterio de la inspiración, de la pelea con la materia, del boceto o el tallado en el que ir dando forma a los sueños y a los fantasmas. En las escuelas hay demasiada teoría y poca práctica y sobre todo, hay poca posibilidad de apreciar en la distancia corta la manera en que un maestro va dando forma a la obra que hay en su cabeza. Durante casi un mes he tenido la suerte de poder acudir día a día a ese espacio privado e íntimo que es la sala de ensayos, donde el director de escena, con la complicidad y generosidad del resto del equipo, va generando trazos y líneas sobre el lienzo del espacio, un lugar que empieza cargado de elementos de atrezo que van generando lo que finalmente será la ficción de la realidad. Durante varias semanas he visto como el maestro Emilio Sagi ha ido trasladando todo lo que ocurre en la ópera de Las bodas de Figaro en el espacio de la planta octava del Teatro Real, bajo la luz que se colaba por la claraboya. Pero también he podido disfrutar de cómo inventaba mil y una peripecias para que el papel cobrase vida a través del cuerpo y la voz de los intérpretes. Comprobar la complejidad de un obra de arte de estas dimensiones es un privilegio, poder ver cómo se va acumulando capa a capa cada fracción poética exhalada desde el libreto y la música equivale a asistir a esa ceremonia privada donde la pasión por la escena genera belleza, ritmo y teatralidad. Y ver que todo transcurre con tanta facilidad es sorprendente. El paso de la sala de ensayos al teatro no hizo más que continuar acumulando líneas, sombras y colores al boceto que se había realizado en el anterior espacio de trabajo. Un engranaje fascinante donde cada cual asume su responsabilidad y rol con respeto y compromiso, así se puede llegar a la semana anterior al estreno y poder mostrar previas, de otro modo no sería posible. Todos, desde los que mueven los hilos de la escena desde dentro o fuera a los que ocupan el escenario para hacer realidad la ficción, tienen su parte esencial para que esto ocurra, hacerles sentirse a todos importantes es algo que provoca un resultado de gran calado, gracias al respeto y al trabajo.
Todavía tengo en mi memoria aquella primera tarde en la que parecía que se habían reunido allí un grupo de jóvenes entusiastas de la ópera y como cierre de ese hermoso viaje de aprendizaje, la última imagen, aquella en la que el telón se levantaba para mostrar que la vida está siempre a un paso de la irrealidad y que esa leve frontera es la que hay que atrapar en las obras de arte.
Adolfo Simón
«Pedro y el Lobo» en el Teatro Real

Dentro del programa pedagógico 2014/2015 del Teatro Real nos encontramos con la ya conocida obra de Prokófiev que trata de explicar a los más pequeños los instrumentos de la orquesta mediante el dibujo de los personajes por medio de instrumentos. El compositor tomó como punto de partida un sencillo cuento con el objetivo de mostrar a los más pequeños la complejidad de la orquesta, creando una pieza musical que se considera imprescindible para la iniciación de los futuros aficionados, niños, pero también adultos. Es una de sus obras más conocidas universalmente, de composición muy melódica y que constituye un trabajo programático para narrador, instrumentos individuales y orquesta.
La compañía Etcétera lleva al Real una producción que obtuvo el premio al Mejor espectáculo infantil nacional en Teatralia 1999. Una obra innovadora y creativa que engancha a pequeños y mayores. Una pequeña introducción a cargo de personajes reales nos sumerge en el cuento de títeres que vamos a presenciar. Unos títeres muy bien diseñados a través de colores fluorescentes dentro de una cámara negra, que parece una pizarra escolar, pero mágica, casi como una tablet en la que aparecen los personajes y a la vez, desde fuera, la narradora nos va contando lo que sucede que llaman la atención de los más pequeños y convierten esta historieta educativa creada en 1936 en algo contemporáneo y atrayente para el público infantil.
Luis Mª García Grande
Las bodas de Figaro en el Teatro Real
El Teatro Real ha inaugurado la nueva temporada bajo la dirección de Joan Matabosch y lo hace con un espléndido montaje renovado de Las Bodas de Fígaro de Mozart. Esta ópera, aparentemente sencilla pero de gran dificultad técnica es, en el fondo, una estupenda obra de teatro de excelente libreto y una música excepcional, todo ello requiere de una propuesta sencilla que enmarque todo este interesante material dramático y la puesta en escena de Emilio Sagi lo consigue, gracias a una escenificación ágil en un espacio bello diseñado por Daniel Bianco, a todo esto se suma la dirección musical del maestro Ivor Bolton al frente de la Sinfónica de Madrid. Interpretada con energía y brío por los fantásticos solistas entre los que cabría destacar a Luca Pisaroni, Sylvia Schwartz, Sofia Soloviy, Elena Tsallagova y Andreas Wolf, entre otros.
Luis García Grande
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