«Dios no tiene tiempo libre» en el Teatro del Arte
Lucía Etxevarría se ha lanzado a escribir su primera obra teatral para adultos. Ya había probado suerte con una obra para niños. «Dios no tiene tiempo libre» nos cuenta una historia contemporánea con tres personajes que tienen problemas muy comunes… y no tanto. Una historia bien montada, de esas a las que nos tiene acostumbrados, y que cumple con las normas «no escritas» que hacen que se mantengan la tensión dramática y la intriga hasta casi el final de la historia, salpicada con toques de sexo, mentiras, corrupción, amor, ternura y perdón.
Pero Lucía ya se ha dado cuenta, y ha anunciado por su Facebook, que su obra era demasiado larga… Efectivamente, ese era el pero. Es una obra que puede enganchar, con referencias literarias y teatrales, con una clara reminiscencia a «Casa de Muñecas», pero demasiado larga para lo que cuenta.
Y no es que las obras largas no vendan en los teatros, es que las obras tienen que durar lo que tienen que durar. Lucía se ha dado cuenta de que no puede hacer una obra como si se tratase de una novela. La novela se abre y se lee a ratos, se va saboreando poco a poco, cuando tienes tiempo libre, ya que no eres ese Dios del que nos habla la Etxevarría. El teatro no. Al teatro vas a que te cuenten algo y entren como una espada bien afilada en tu mente sin que te des cuenta.
Por eso, ha hecho bien en ponerse a recortar y reintentar adecuar esa historia, que tiene su aquel, y que nos interesa, porque los personajes de Lucía siempre tienen recovecos y facetas que van mostrando según avanza la narración.
Los actores actúan correctamente, aunque debería existir más dirección y la escenografía se queda algo corta debido al presupuesto, de manera que dificulta que nos metamos más en la historia, pero los tiempos que corren… obligan al recorte.
Este jueves es la última oportunidad de ver la Long Play de «Dios…» en el Teatro del Arte.
Luis Mª García Grande


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