Danzad malditos dirigida por Alberto Velasco en Matadero Madrid
Hay una metáfora poderosa suspendida entre el polvo que deja en el aire las zancadas de los caballos humanos que transitan desbocados y perdidos por esa tierra yerma que va engullendo lo que fuera un salón de baile…y en medio de ese lugar de lucha y muerte inútil…una pequeña planta da muestras de vida, de futuro posible. Habría sido fácil reconstruir la película, la desazón de bailar hasta la extenuación para nada, pero el equipo de esta propuesta ha sido más inteligente y se ha quedado con esa pelea animal que habita en el fondo trayéndola a nuestros días…a esta constante lucha por sobrevivir y existir en la nada, por querer acceder al triunfo y al éxito aunque sea pisando al otro o llenándote la boca de tierra…El espacio escénico es de una belleza dolorosa, inquietante, la luz ciega a los personajes para que pierdan aún más la orientación…y el grupo de intérpretes se dejan la biografía personal entre los pliegues de la ropa…Félix Estaire ha ido al corazón de la historia para exprimirla y dejar solo arañazos de palabras en boca de los cuerpos exhaustos…Y Alberto Velasco acompaña sin titubeo este engranaje poético al abismo, esta experiencia salvaje para el imaginario del espectador.
Adolfo Simón
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