Diana Palazón: El teatro es el espejo donde nos miramos los seres humanos, donde nos reconocemos
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Con el Burgués Gentilhombre de Moliere, con la compañía Teatre Micalet, en Valencia, cuando tenía 18 años…
¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
No, siempre me he dedicado a esto.
¿Qué es el teatro para ti?…
El teatro es el espejo donde nos miramos los seres humanos, donde nos reconocemos. Tanto los que estamos en escena como los que vienen a mirar, aunque más bien vienen a compartir…
¿Por qué haces teatro?…
Me cura, me da felicidad, me hace conocerme, me muestra lo peor y lo mejor de mi. Comparto lo que vivo en cada momento, sin normas sociales, sin límites, sin juicio. Es un acto de amor hacia mi misma. De honestidad.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
Aún es pronto para hacer balance.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
La que siempre tuvo. La de conectarnos con lo divino, con nuestra alma, con nuestros pensamientos. Masajear las emociones, poner en duda lo establecido, de uno mismo y de sociedad. Comunicarnos. Dar forma a lo abstracto.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?… Estos últimos 2 años han sido tres montajes teatrales: La Dama Duende, el que fue el último montaje de Miguel Narros. Los Miércoles no Existen, primer montaje teatral de Peris Romano y Héroes, de Antonio Hernandez Centeno, que representamos ahora en La Pensión de las Pulgas. Y varias colaboraciones en televisión: La que se avecina, El Don de Alba, Sin Identidad.
¿Cómo surgió tu participación en el montaje de Héroes?… Antonio y yo somos amigos y nos apetecía volver a trabajar juntos. Esta es nuestra tercera vez. Háblanos de este trabajo…Es un trabajo de mucha intimidad, de mostrar la soledad y el conflicto que no nos deja amarnos a nosotros mismos, a los otros, porque son diferentes, porque pensamos distinto. Por las heréncias. Por las cargas, por los odios antiguos arrastrados durante generaciones.
¿Cómo creas tus personajes?…
Con análisis profundo del texto, con acercamientos a lo personal para tender un puente hacia el personaje, con referencias, con improvisación, y sobre todo con el otro.
¿Tienes un método?… Utilizo herramientas de método, pero no soy nada ortodoxa. También uso mucho mi instinto.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Completamente. Es abusivo, injusto y sin sentido. No se valora la cultura como tal. No se le da el sitio que merece. La cultura es un derecho, no un lujo.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?…
El Misántropo, Lluvia Constante, Insolación.
¿Por qué?…
La magnífica dirección de las tres, el texto, los actores con una verdad y una generosidad abrumadora. Son piezas muy diferentes y con un trabajo lleno de amor, de dedicación, de profesionalidad. De las que remueven los cimientos de la conciencia.
¿Proyectos?…
Haberlos, «haylos». Nada de hablar antes de tiempo.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Solo se puede seguir con amor y paciencia. Y con Valentía de proponer nuevas formas, nuevas estructuras. Hasta que volvamos a encontrar un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe…Y ahora hablo de lo puramente material.
Héroes de Antonio Hernández Centeno en La Pensión de las Pulgas
Los héroes están muertos, todos…Se perdieron en un viaje sin retorno mientras Penélope sigue tejiendo en algún puerto o se estrellaron sobre las torres gemelas de Nueva York al quedarse su depósito sin criptonita. Ya no hay héroes ni en los sueños, ni podemos inventarlos porque los dioses han desaparecido entre mensajes en el contestador y el olor a pólvora suspendido en el aire. Héroes de Antonio Hernández Centeno habla de esos seres de hoy que en realidad son anti-héroes porque luchan contra ellos mismos, ya no hay grandes monstruos a los que destruir en alguna isla exótica o galaxia perdida. La escritura de la pieza es compleja, es una espiral constante donde se encuentran y desencuentran los personajes, a veces es más sencillo seguirles por la ciudad o por su corazón, otras veces es más difícil encontrarse con ellos frente a frente. La puesta en escena del propio autor es muy austera, sitúa a los personajes en línea como en el tres en raya, donde estos seres trazan sus sueños y pesadillas, pero también aquí, encerrados en ese laberinto sin espejos cuesta entrar a fondo en las emociones que hay escritas entre líneas. Raúl Tejón es el que está más conectado emocionalmente con lo que dice y hace, él es el Ulises que nos lleva en la oscuridad, intentando encontrar una salida del túnel.
Adolfo Simón












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