Buena gente de David Lindsay-Abaire en el Teatro Rialto de Madrid
Hay una idea equivocada sobre los teatros de nuestro particular Broodway madrileño, parece que en él, en la Gran Vía, solo pueden verse propuestas de musicales y ballets, pues no, también podemos encontrar espectáculos de los mal llamados, comerciales que, pueden ofrecernos una tarde deliciosa riendo y pesando…emocionándonos. ¿Por qué el humor no puede ser un arma contra el aburrimiento que alimente nuestra inteligencia?…No cualquier humor, claro… David Serrano está deparándonos gratamente, en los últimos tiempos, con versiones y dirección de textos muy interesantes como Lluvia constante y esta Buena gente que se está representando en el Teatro Rialto de Madrid. La historia no es de gran complejidad pero si tiene una trama ingeniosa que no voy a desvelar aquí y sobre todo, tiene un elenco elegido con minuciosidad para llevar a cabo la función de forma ingeniosa y emotiva. Parece que David Lindsay-Abaire hubiera escrito el personaje protagonista para Verónica Forqué, la actriz despliega su amplia experiencia y técnica para llenar de vida un personaje de la galería de anti-heroínas que mueven el mundo gracias a un espíritu de lucha por sobrevivir. Junto a ella, un grupo de interpretes entregados con entusiasmo para defender este mundo sin sentido en el que nos ha tocado vivir y del que solo salen triunfando aquellos que hay elegido bien los números de su bingo personal.
Adolfo Simón
Diana Palazón: El teatro es el espejo donde nos miramos los seres humanos, donde nos reconocemos
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Con el Burgués Gentilhombre de Moliere, con la compañía Teatre Micalet, en Valencia, cuando tenía 18 años…
¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
No, siempre me he dedicado a esto.
¿Qué es el teatro para ti?…
El teatro es el espejo donde nos miramos los seres humanos, donde nos reconocemos. Tanto los que estamos en escena como los que vienen a mirar, aunque más bien vienen a compartir…
¿Por qué haces teatro?…
Me cura, me da felicidad, me hace conocerme, me muestra lo peor y lo mejor de mi. Comparto lo que vivo en cada momento, sin normas sociales, sin límites, sin juicio. Es un acto de amor hacia mi misma. De honestidad.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
Aún es pronto para hacer balance.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
La que siempre tuvo. La de conectarnos con lo divino, con nuestra alma, con nuestros pensamientos. Masajear las emociones, poner en duda lo establecido, de uno mismo y de sociedad. Comunicarnos. Dar forma a lo abstracto.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?… Estos últimos 2 años han sido tres montajes teatrales: La Dama Duende, el que fue el último montaje de Miguel Narros. Los Miércoles no Existen, primer montaje teatral de Peris Romano y Héroes, de Antonio Hernandez Centeno, que representamos ahora en La Pensión de las Pulgas. Y varias colaboraciones en televisión: La que se avecina, El Don de Alba, Sin Identidad.
¿Cómo surgió tu participación en el montaje de Héroes?… Antonio y yo somos amigos y nos apetecía volver a trabajar juntos. Esta es nuestra tercera vez. Háblanos de este trabajo…Es un trabajo de mucha intimidad, de mostrar la soledad y el conflicto que no nos deja amarnos a nosotros mismos, a los otros, porque son diferentes, porque pensamos distinto. Por las heréncias. Por las cargas, por los odios antiguos arrastrados durante generaciones.
¿Cómo creas tus personajes?…
Con análisis profundo del texto, con acercamientos a lo personal para tender un puente hacia el personaje, con referencias, con improvisación, y sobre todo con el otro.
¿Tienes un método?… Utilizo herramientas de método, pero no soy nada ortodoxa. También uso mucho mi instinto.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Completamente. Es abusivo, injusto y sin sentido. No se valora la cultura como tal. No se le da el sitio que merece. La cultura es un derecho, no un lujo.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?…
El Misántropo, Lluvia Constante, Insolación.
¿Por qué?…
La magnífica dirección de las tres, el texto, los actores con una verdad y una generosidad abrumadora. Son piezas muy diferentes y con un trabajo lleno de amor, de dedicación, de profesionalidad. De las que remueven los cimientos de la conciencia.
¿Proyectos?…
Haberlos, «haylos». Nada de hablar antes de tiempo.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Solo se puede seguir con amor y paciencia. Y con Valentía de proponer nuevas formas, nuevas estructuras. Hasta que volvamos a encontrar un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe…Y ahora hablo de lo puramente material.
Susi Sánchez: El arte representa la belleza, la verdad y la justicia y eso son valores eternos e indestructibles.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Tomé mi primer contacto con el teatro a los 16 años. Yo estaba estudiando estética. Nunca pensé que sería actriz, era lo más alejado de mi que podía imaginar. Era excesivamente tímida y la idea de tener que subirme a un escenario me daba terror. Pero mi hermano Ismael había entrado en un grupo de teatro universitario (era la época de la dictadura franquista) y fui a ver un ensayo. Luego me apunté a un cursillo de expresión corporal que organizaba el propio grupo, para adolescentes y ahí, algo me pasó en un ejercicio que me dejó llena de inquietud y con una curiosidad tremenda por ver más, conocer qué naturaleza se escondía detrás de un trabajo de movimiento con los ojos cerrados. Creo que ahí, descubrí lo que llaman la «magia del teatro”. Desde entonces no quise hacer otra cosa.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
El teatro para mi es un camino de aprendizaje, de investigación. Me ayuda a entender la vida, al ser humano y a mi misma. Es una vía de comunicación con los demás. Una manera de compartir lo que sé y lo que aun no sé. Hago teatro porque me siento útil, siendo canal de los personajes, siendo parte de un equipo que trabaja para que el espectador pueda vivir una experiencia emocional y humana y salga del teatro haciéndose preguntas que quizá antes no se habría hecho.
¿Qué balance harías sobre tu larga trayectoria?…
Ha sido y sigue siendo una carrera de fondo. Desde que empecé me di cuenta que la actuación era como un trabajo de atleta. Había que entrenar y estar preparada para cuando llegara la oportunidad. Pero la preparacion del actor no solo es física, tambien hay que cuidar el equilibrio emocinal y psicológico. Hubo un momento en que entré en contacto con la psicoterapia y el trabajo sobre mí misma me ayudó mucho a conocerme más y desde ahi, saber y comprender más acerca de los movimientos internos de los personajes. Creo que la conciencia de la espiritualidad es esencial para estar en contacto con nuestro arte. También he tenido grandes maestros que me han impulsado y me han dado mucha confianza: Lupa, Veronese…
¿En qué ha cambiado el teatro de tus inicios a hoy?…
Cuando empecé casi no había escuelas que impartieran técnicas de trabajo coherentes. Se hablaba de Stanislavski, de Brecht, Piscator… pero eran solo teorías que nadie sabía exactamente como se llevaban a la práctica útil para el actor. Cada actor se buscaba la vida como podia y se dejaba mucho a la inspiracion del momento. Era muy dificil crear equipos con un sentido del trabajo homogeneo. Ahora y cada vez más, los actores se forman y aprenden un lenguaje común que ayuda a avanzar y profundizar mucho más en el trabajo.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Schakespeare ya dijo, sabiamente, que era la de poner un espejo ante el mundo. Creo no puede haber mejor definición. Somos luz y oscuridad, seres complejos y con un enorme deseo de mejorar.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
El ultimo montaje de teatro en el que he participado, antes del actual: BUENA GENTE, ha sido CUANDO DEJE DE LLOVER, un texto extraordinario de teatro contemporaneo de Andrew Bovell, dirigido por Julián Fuentes Reta. Ha sido una experiencia de equipo intensa y muy honda. Hemos tenido cuatro nominaciones de los compañeros de la Unión de Actores por ese trabajo y siento que ese reconocimiento se da, en realidad, a TODO el equipo, ya que es un trabajo completamente coral. Pero en la Unión aun no se contempla un reconocimiento a la totalidad de un elenco, cosa que espero se llegue a considerar. En esta obra especialmente, el trabajo propio no tiene mucho sentido sin “tomar” el trabajo del compañero. Siento profundamente que el teatro es un trabajo de equipo y cada día lucho porque así sea.
¿Cómo surgió tu participación en Buena Gente…?…Háblanos de este trabajo…
Fuí a ver Lluvia constante y salí impactada por el espléndido trabajo de los actores. Allí conocí a David Serrano. Hablé con él de la función y lo que me había gustado la sutil mano de su direccion, me gustan las obras donde no se hace protagonista la presencia del director. El ya me conocía y a los tres días me llamó para invitarme a participar en BUENA GENTE. Cuando leí el texto, me sorprendió que me ofreciera un personaje de comedia y tan alejado de lo que yo había trabajado hasta ahora, pero me gusto el reto y le di toda mi confianza. Y aquí estoy, disfrutando de mi nuevo equipo y tratando de descubrir cada dia más a GLORIA, mi personaje, el único que en apariencia no tiene un conflicto propio en la función pero que está llena de fuerza y de lealtad. De ganas de vivir y con un alto sentido de la justicia.
¿Cómo creas tus personajes?…¿Tienes un método?…
Si, tengo una guía. Pero varía dependiendo de los personajes y de su contexto. En general, antes de ponerme a memorizar el texto, leo varias veces la función o el guión. Voy tomando algunas notas, intento leer sin juicio, solo dejándome libre en mis sensaciones. Luego, busco toda la documentacion que puedo sobre lo que trata la obra y sobre el personaje (si es histórico es más fácil), trabajo sobre su caracter, por qué hace lo que hace, cual es su motor, sus deseos, sus temores… etc. Luego voy estudiando el texto y viéndo qué lugar ocupa dentro de la historia, qué parte me toca contar para que tenga un sentido en la totalidad. Y luego…, prepararme para ponerme a “su” servicio, ser su canal. Ganar cada vez más libertad y disfrutarlo al máximo. Y por supuesto, tengo a mi coach: Consuelo Trujillo.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Básicamente ha servido para que el gobierno gane más dinero con nosotros y nosotros menos dinero trabajando. (Sacrificando puestos de trabajo y destruyendo la industria)Parece como un castigo a la cultura. La verdad es que sigo sin entenderlo, pero está siendo muy doloroso. Pero no acabarán con nosotros, el arte representa la belleza, la verdad y la justicia y eso son valores eternos e indestructibles.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?..
La verdad es que haciendo teatro puedes ver muy poco teatro pero me gusto mucho, como digo, el trabajo de Lluvia constante y me conmocionó el ultimo trabajo de Peter Brook: El Valle del Asombro. Brook siempre me emociona.
¿Proyectos?…
Ahora estamos en plena grabación de la serie para TVE: CARLOS REY EMPERADOR, en la que encarno a Luisa de Saboya, madre de Francisco I de Francia. Un regalo de personje. En preparación una nueva película con Ramón Salazar, con quien tuve el privilegio de trabajar en “10.000 Noches en Ninguna Parte”. Y otra película apasionante de la que creo que aun no puedo hablar, pero ya hemos arrancado con ensayos…
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
No dejarse vencer por el desánimo. Seguir ofreciendo toda la calidad posible en cada trabajo, aunque sea pequeño. Mantener viva la imaginación y los deseos de crear y reunirse con gente afín y trabajar en equipo.
Lluvia constante de Keith Huff en los Teatros del Canal
Es difícil encontrar en el panorama teatral actual, un nuevo autor con un texto potente, de esos que sabes que sobrevivirán al tiempo y se convertirá en un clásico. Lluvia constante es un título que no hace honor al texto, la obra es mucho más que una atmósfera temporal, es un viaje complejo a la psiquis del ser humano, es una radiografía de este tiempo convulso que vivimos en el que muchas veces dejamos que se asome por nuestra boca y nuestro corazón el animal que se esconde en los pliegues de nuestra piel. En este texto, el autor nos pone frente al muro de nuestras pesadillas más profundas para encontrar la salida del laberinto. Es de una teatralidad brutal por el juego que establece con el público y entre los personajes. Te atrapa desde el minuto uno y no te deja escapar hasta el final, cuando descubres el juego que oculta este viaje. Para una propuesta tan esencial, en la que hay que dejar que las emociones y palabras atraviesen a los actores como dardos hacía falta un par de intérpretes de riesgo y compromiso total con la escena, ellos son: Roberto Álamo y Sergio Peris-Mencheta que están todo el tiempo al borde del precipicio. Y David Serrano les ha dirigido con templanza y pasión. Una obra imprescindible.
Adolfo Simón
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