Secun de la Rosa se lanzó a dirigir una obra más intimista después de haber escrito «The Hole» y haber dirigido «Hoy no me puedo levantar». Se inspiró en El Zoo de Cristal de Tennessee Williams para trasladarnos las situaciones personales de desencanto con la vida e incertidumbre desde el universo íntimo de su personaje: Tommy Tomás, un antiguo cantante melódico al estilo de Nino Bravo, Pablo Abraira, Danny Daniel…y un largo etcétera. Cantantes que obtuvieron el éxito con un single o dos y se quedaron en eso. Cantantes condenados a repetir ese éxito eternamente en bolos mal pagados hasta morir…aunque sea en el peor antro del barrio. Un personaje que intenta conseguir que sus hijos lleguen donde él no ha podido llegar…
Una comedia bien contada, con una escenografía sencilla pero suficiente, con toques kitsch y con una carga dramática intensa y con unos jóvenes actores que acompañan a Secun y que se renueva en el Teatro Lara, donde podemos volver a disfrutarla.
El Teatro del Barrio, antigua Sala Triángulo, ha presentado una divertida y acertada revisión escrita, dirigida e interpretada por Secún de la Rosa del clásico Zoo de Cristal de Tenessee Williams, nos dice que todavía en construcción y que está por rematar y nos lo presenta como un pseudo musical entrañable, que hace reflexionar y pensar en temas tan importantes como la familia, su relación con la sociedad y el desarrollo de los componentes de esa familia entre sí y con el exterior. Hay que pelear para alcanzar los sueños y hay que levantarse siempre que uno se cae. Un elenco espléndido, jóvenes que prometen mucho como Xavi Melero y Ana Hurtado, que cantan, ésta última se marca una canción por Mina que llena de emoción. Un pellizco a la melancolía y mirar hacia delante porque es lo que hay, Secún de la Rosa despliega su talento y se muestra en su salsa, disfruta del escenario y nos hace disfrutar con él. Les acompaña a la guitarra Pablo Méndez. Muy bien iluminados por Iván del Álamo que nos recrea los distintos espacios por donde acontece la acción de una forma íntima y cálida. El público reía y estaba entregado desde el minuto uno, y los aplausos que interrumpieron muchas partes de la representación arreciaron con fuerza al final agradeciendo un rato amable que te da que pensar después de reír.
Ángel Savín
Debe estar conectado para enviar un comentario.