Morente más Morente y Poveda más Poveda

La primera noche del homenaje a Enrique Morente en el Price se presentaba fría y tristona, climatológicamente hablando, pero al comenzar a oír las primeras notas de Pepe Habichuela y una siguiriya dedicada a «su hermano». Pepe acompañó más tarde a José Mercé con la «Elegía a Sijé» que morente había grabado hace cuarenta años con el propio Habichuela. Mercé nos mostró su lado de cantaor flamenco con un estilo sencillo y puro, alejado de discos y famoseríos.
Tomatito llegó como Pedro por su casa, sin henchirse de orgullo, tal y como le gustaba a Morente. Tocó y convenció con todo, primero una balada y más tarde por bulerías.
Todos estuvieron bien como artistas pero poco nos contaron de la figura de Morente… cosa que remedió Miguel Poveda al soltar un discurso sobre las vivencias compartidas con el maestro y con su hija, Estrella. Un discurso que convenció y que suplió a las escasas presentaciones de Juan Luis Cano, de Gomaespuma y que es lo que esperábamos los asistentes: no sólamente ver a artistas y amigos de Morente, sino saber algo más sobre su vida, su cante y su forma de ser.
Poveda se soltó con toda la maestría y fuerza que pudo mamar de Morente, empezando con una versión de Serrat de «Para la Libertad» que inundó de repente de calor la noche. Con un público ya extasiado, Poveda se lanzó por bulerías y tanto se lanzó que acabó bailándolas y creando un espectáculo que podría hacer desmerecer a muchas estrellas del pop.
Por último Eva la hierbabuena nos trajo su baile más puro, haciendo un homenaje a la silla del cantaor, a la silla de Morente, en forma de coreografía sobre una gran silla montada en el escenario para que La hierbabuena zapatease sobre ella con la sobriedad y contorsionismo artístico al que nos tiene acostumbrados.
Luis Mª García.
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