Tríptico de cierre en Madrid en danza
Madrid en danza ha llegado al final de la edición de este año. Hay que valorar el esfuerzo por parte de la dirección para que, en tiempos de crisis, se pueda realizar un Festival de este tipo, con un nivel bastante aceptable. En la última semana, se han presentado en Madrid tres espectáculos de muy distinto formato.
La Compañía Tao Dance Theater mostró las piezas 4 y 5 en la sala verde del Teatro del Canal. En la obra 4, cuatro bailarines parecen moverse al compás de una onda magnética que a veces les aparta y otras les reúne sin ni siquiera tocarse. Les acompaña la música del aclamado compositor chino de Indie-folk-rock Xiao He, que también ha colaborado en la obra 5. En 5, los cinco intérpretes bailan pegados los unos a los otros; no se separan en ningún momento y se mueven como una masa indescriptible. Con estos dos trabajos – de una larga serie de coreografía numeradas – Tao Ye sigue sus experimentos minimalistas: la exploración del cuerpo humano como elemento visual desprovisto de narración o de representación. Hay referencias constantes a la animalidad y la tensión-relajación en estas dos propuestas, la primera nos recuerda a roedores frenéticos y la segunda a larvas viscosas. Un trabajo técnico excelente.
Brutal Love Poems es la última creación de Thomas Noone, que se ofrece en un mismo programa junto a Sin de Joan Clevillé y Watch me también de Noone. Tres piezas que sin tener una conexión aparente, conectan en los espacios donde los bailarines abandonan la técnica para entrar en relaciones y comportamientos más emocionales, ahí, las propuestas vuelan y atrapan al espectador.
Y el broche de oro al Festival lo puso Akram Khan con su espectáculo DESH, que significa «Tierra Natal» en bengalí y en el que dibuja una multitud de cuentos sobre el país, la nación y la resistencia, conceptos que convergen en el cuerpo y la voz de un hombre que intenta encontrar su equilibrio en un mundo estable. DESH es el nuevo solo de danza contemporánea y el trabajo más personal hasta la fecha del aclamado coreógrafo e intérprete que va más allá de la danza o el teatro ya que nos sumerge en una poética fascinante, llena de momentos en los que la realidad y los sueños se funden para crear mundos inesperados en los que el eco de la infancia y la madurez se dan la mano para sugerirnos que tras la lucha por la identidad hay un posible paisaje de vida.
Adolfo Simón
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