Miguel del Arco nos habla sobre el teatro en vísperas del estreno del Misántropo
¿Cómo surge la elección del Misántropo?…
Yo me enredo en los textos por muchas razones. Porque se te quedan pegados de los tiempos de escuela, porque utilicé el texto de Moliére como base de mi primer guión cinematográfico, porque me ofrecía la posibilidad de hacer un reparto entre los actores de la compañía, porque el talento de Molière es inmenso, porque cuanto más lo he trabajado más me gusta, porque me permite hablar de cosas que realmente me importan…
¿Qué enfoque le has dado desde la dramaturgia para acercarla a nuestro tiempo?…
Hemos cambiado los salones parisinos del siglo XVII donde se encontraban las clases pudientes que vivían de las rentas por el patio trasero del edificio de un corporación sin identificar donde se celebra una fiesta. Desechamos la idea de hacer una versión en verso tal y como Molière lo escribió pero hemos tratado de mantener una prosa viva y elaborada.
¿Cuál ha sido tu planteamiento desde la puesta en escena?…
El callejón infecto al que los invitados salen a fumar, drogarse o solo para huir un poco de la fiesta manda en el espacio. La fiesta nunca se ve pero se intuye a través de las sombras que proyecta su desmedida luminosidad cada vez que se abre la puerta para dejar paso a uno de los invitados.
¿Qué referentes estéticos y éticos hay en tu propuesta para hacerla interesante al público de hoy?…
Hemos tenido dos libros de cabecera a lo largo del proceso creativo y los ensayos, además, evidentemente, de la obra completa del propio Moliére. El primero Discurso y verdad en la antigua Grecia, un ensayo de Michel Focault. El otro Vida del señor de Molière de Mijail Bulgàkov.
¿Cómo ha sido el trabajo plástico poético con los creadores de la luz, espacio escénico y vestuario?…
Queríamos recrear en un espacio único que sin embargo evolucionara con las atmósferas que plantea el texto. Encontramos lo que nosotros llamamos «las fisuras» de Alcestes, momentos de irrealidad del protagonista en las que se ve a sí mismo mirando una forma de vivir de la que, a cada segundo que pasa, se siente más alejado. La luz y el sonido eran fundamentales para crear estos espacios irreales y las paredes de este callejón inerte debían acogerlos como un organismo vivo. El trabajo de video también ha sido básico para conseguir nuestro propósito.
Háblanos del trabajo con los actores…¿Hay diferentes enfoques actorales entre el personaje del Misántropo y el resto de personajes?…
No quise plantearlo así desde el principio. Antes de hacer el reparto definitivo estuvimos un tiempo jugando a defender los personajes tal y como nosotros, en nuestra vida personal, tratamos de reivindicarnos en el grupo. Casi nadie tiene una mala opinión de sí mismo. Por una simple cuestión de supervivencia todos tratamos de justificar nuestras acciones. Quería que los personajes tuvieran esa misma fuerza vital para defender su forma de estar en sociedad. Los actores se intercambiaban los personajes y trataban de defenderlos. Esto nos ayudó a profundizar en cada uno de ellos y ahondar en sus diferentes caracteres.
¿Cómo ves la situación teatral en estos momentos en nuestra ciudad?…¿En nuestro país?…
Me preocupa mucho la precariedad en la que parece estar instalándose la profesión. Estamos retrocediendo a pasos agigantados en cuestiones que costaron mucho conseguir. Celebro la efervescencia creativa pero es necesario tener mucho cuidado con las formas profesionales. No se puede confundir teatro pobre con teatro cutre. Cuando me dicen que La función por hacer se ha convertido en una especie de referente para muchos profesionales siempre recuerdo que nuestros seis actores cobraron los ensayos cuando ni siquiera teníamos un local donde representarlo y cuando entramos en el hall del Lara todos estaban dados de alta. Si nosotros no luchamos por la dignidad de nuestra profesión nadie lo va a hacer.
Has estado recientemente con La función por hacer en un Festival Internacional…
¿Cómo has visto el teatro en aquel lugar?…¿Qué respuesta hubo allí para vuestro trabajo?…
Bogotá es un hervidero teatral gracias a su inmenso festival. Me contaban que la crisis también ha hecho estragos con respecto a otras ediciones pero lo que yo vi fue una ciudad volcada y orgullosa con una fiesta mayor. Viendo esto aún me parece más equivocada la decisión de esparcir nuestro festival de otoño a lo largo de un año haciendo que su presencia sea prácticamente irreconocible. Tuve un encuentro con el público en la universidad donde el interés y la formación de las nuevas generaciones me dejó admirado. Han crecido viendo el mejor teatro del mundo al menos durante un mes al año. En cuanto a la recepción del espectáculo fue muy curiosa. El público convirtió La función por hacer en una comedia delirante. La peripecia existencial de los personajes les producía unas carcajadas tan enormes que a veces interrumpían la acción con aplausos para darse tiempo a reír tranquilamente.
¿Cómo ha evolucionado La función por hacer desde su estreno en el Hall del Lara?…
Llevamos muchas funciones y aún sigue viva. En todos los sentidos. Tratamos de mantenerla. Nos reunimos después de las funciones y hablamos, ensayamos, rehacemos. La función por hacer, un título que aspiramos a que se quede entre nosotros como una manera de trabajar. En el teatro todo debe tener ese espíritu inacabado, con aspiraciones a la repetición como única forma de avanzar y mejorar.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?¿Qué te anima a participar en ellos?…
La emoción. Se debe producir algún tipo de reacción química en el cuerpo que me ponga en marcha. Si no me emociona el material que tengo entre las manos jamás venzo la pereza de ponerme a trabajar.
¿Ha sido importante tener unos colaboradores habituales en los equipos artísticos y técnicos?…¿Es posible hoy una Compañía Estable?…
Nosotros los somos, si por estable entendemos un grupo que disfruta trabajando juntos e inventa cuanto puede para tratar de vencer la absoluta inestabilidad en la que vivimos. El grupo es abierto, dinámico. Está vivo. Hacemos cosas fuera pero de momento mantenemos intactas esa necesidad de volver a un espacio habitado por personas que te permitan jugar, perderte, investigar, fallar, probar con humor y con mucho, mucho amor.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
El más reciente La cortesía de España. La joven compañía del Teatro Clásico Nacional dirigida por Josep María Mestres. Mucha gente joven alentando un Lope brillantísimo.
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis
Como diría el amigo Alcestes, honestidad.
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