Carlos do Carmo en el Festival FADO de Los Teatros del Canal
Carlos do Carmo es el rey del Fado. Es como un Raphael en España o como un Aznavour en Francia. Aparece en el escenario con una voz insuperable a sus setenta y cuatro años y con una energía que más quisieran muchos artistas más jóvenes. Se hace acompañar de grandes fadistas como Cristina Branco, Marco Rodrigues y Raquel Tavares interpretando dúos que ha grabado para su último disco “O Fado é amor”.
Carlos ha representado a su país por todo el mundo, ha colaborado con el cine, ha investigado las raíces de su música, tiene incluso un premio Goya por la película «Fado» de Carlos Saura pero sigue siendo humilde, un gran anfitrión que lleva a Portugal por bandera, saliendo al escenario nervioso, sonriente, disfrutando de lo que hace y disfrutando cuando ve que nuevos artistas toman el relevo del fado, que el apoya desde que abre el ojo en la cama hasta que se acuesta.
Apuesta por grandes músicos, apenas conocidos, algunos, como Antonio Serrano, intérprete de armónica que ha colaborado en giras y discos de los artistas másd importantes de jazz, y flamenco de España, como son Perico Sambeat, Chano Domínguez, Jorge Pardo, Carles Benavent, Tino di Geraldo, Guillermo Mac Gill
Una frase suya para una entrevista reciente resume toda su gran trayectoria artística:
«El fado tiene que ver son la disponibilidad del ser humano. Es un canto profundo, de vida que refleja la angustia, la alegría, al tristeza, la esperanza y hay que estar dispuesto a entregarse a él»
Ójala que podamos disfrutar durante muchos años de sus actuaciones y de esta gran institución.
Luis Mª García Grande.
Una propuesta sobre EL GRAN TEATRO DEL MUNDO en el Matadero
Al menos, una vez, en el programa de mano y el cartel dejan claro que no vamos a ver la obra escrita por Calderón de la Barca sino una versión libre de Carlos Saura. Y se agradece porque, en aras de la modernidad, se realizan verdaderos disparates sobre obras clásicas dejando solo la responsabilidad al autor que la escribió cuando, moviendo escenas, cortando textos o añadiendo parlamentos, finalmente puede aparecer una propuesta dramatúrgica que poco tenga que ver con la original. Aquí, Carlos Saura ha querido situar el texto de Calderón en un ensayo previo a la representación, añadiendo momentos de discusión o ajuste sobre cómo hacer la obra, esta idea de teatro dentro del teatro suele ser efectiva y dar buenos resultados, aquí no consigue clarificar lo que el autor nos quiere contar, más bien complejiza el discurso de Calderón con los trasiegos de actores y preparativos del estreno. Hay momentos de plasticidad y audiovisuales muy sugerentes, algo lógico ya que firma la puesta en escena un gran director de cine.
Adolfo Simón
Que Revienten los Artistas 
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