Un viaje a las entrañas de la política, que traslada a los espectadores a un despacho de cualquier partido político. En él, dos hombres, cerca de alcanzar el poder, tras años de dedicación a la política, ponen al descubierto sus deseos, ambiciones, ilusiones y miedos. Lo que en un primer momento es una distendida reunión improvisada, acaba convirtiéndose en un tenso intercambio de reproches. Ignasi Vidal está escribiendo un teatro accesible y comprometido, tanto en su anterior obra estrenada en Madrid, El plan como en Dignidad, aborda temas candentes que pueden interesar al ciudadano medio. Aquí, la trama es laberíntica y sutil, poco a poco nos va mostrando la cara oculta de aquellos que mueven los hilos de nuestra sociedad. La propuesta de Juan José Afonso es sencilla y se agradece, ha puesto el acento en el trabajo de los actores, el propio autor y Daniel Muriel, de este modo, entramos más a fondo en la psicología de dos personajes aparentemente inofensivos que finalmente muestran lo que verdaderamente les mueve en la vida.
http://www.teatroscanal.com/espectaculo/dignidad-teatro-ignasi-vidal/
Adolfo Simón

14 de abril de 2015 | Categorías: CRÍTICAS, OPINIÓN, TEATRO | Tags: daniel muriel, Dignidad de Ignasi Vidal, JUan José Afonso, Teatro del Canal | Deja un comentario
¿Qué es el teatro para ti?…
El único lugar donde tengo la seguridad de que escucho y puedo ser escuchado.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Verás, si te soy sincero siempre he estado dentro de un teatro. Mi padre era empresario de teatro y mi madre actuó en muchísimas Revistas así que mis inicios no están muy claros si se remontan a mi niñez entrando y saliendo de los camerinos del viejo teatro Apolo de Barcelona o cuando decidí estudiar interpretación.

¿Cómo surgió que escribieses y dirigieses teatro?…
Escribir vino primero. Antes que nada soy lector. Tuve la suerte de tener un maestro que me despertó el interés por leer teatro. A todas horas leía teatro, de todo tipo. Me daba igual el estilo, la cuestión es que adoraba estar tirado en el sofá y leer sin parar. Un día, hace ya muchos años intenté escribir algo. No me gustó lo que hice pero sé que en ese error inicial se encendió en mí la pasión por la escritura. Escribir es, ante todo, tener pelotas y yo las tengo. Es exponer una parte muy íntima de ti, ponerla a la vista de todos, pero lo importante, lo realmente jodido, no es lo que piensen los demás de lo que has escrito sino lo que piensa uno mismo de lo que ha escrito. Por todo esto, escribir es pura necesidad.
Dirigir ha sido una consecuencia de la maduración personal dentro del teatro. Seguramente tenía la necesidad de dejar de pensar en mí, de olvidarme de mi culo y para ello no hay cosa mejor que pensar en un todo fuera de ti, de pensar con una consciencia fuera de tu cuerpo, que planea sobre la escena pendiente de cada pequeño detalle. Sí, dirigir me vino por la necesidad de dejar de ser el centro del universo.

¿Cómo surge el texto de El Plan?…
Hace años pasaba por una pequeña crisis existencial en la que andaba necesitado de encontrarme con mis amigos más queridos. A la vez, en un momento de éxtasis económico allá por el año 2007, veía gente a mi alrededor que no encajaba con el modelo del español de clase media de entonces, un triunfador sin miedo al futuro, que podía comprar casas, coches, vacaciones caras a la otra parte del mundo. Sencillamente me preguntaba quiénes eran aquellos que no podían hacer todas estas cosas. Un día vi una revuelta por el cierre de una fábrica de coches que trasladaba la planta a un país del este y junté todo esto con temas de actualidad. Jugué con los elementos, me divertí y sufrí a la vez y el resultado fue El plan.

Háblanos de la propuesta escénica…
La propuesta escénica actual está condicionada por el espacio en el que exhibimos El plan, La pensión de las pulgas. Es un espacio que le va como un guante al texto pues la acción transcurre en el salón de la casa de uno de los personajes. Pocos elementos pero muy característicos de un hogar en crisis. El elemento vital de la función son los actores y la necesidad del texto de ir a un hiperrealismo que hace que su presencia en escena sea mucho más contundente.

¿Hiciste algún tipo de búsqueda o documentación sobre el tema antes de empezar a escribirla?…
No, la idea final, lo que prendió la chispa fue un libro de Eduard Punset que se llama «La mente está en el cerebro». El hecho de que todos en mayor o menor medida suframos algún grado de psicopatía me resultó aterrador. Después me puse a escribir sin parar, sin detenerme, sin mirara a otra parte.

¿Cómo ha sido el proceso de escritura del texto?…
Hace años que escribí El plan. No recuerdo bien cómo fue el proceso salvo que como comentaba una vez empecé a escribir no pude parar hasta el final. Sí recuerdo que al terminar me pasé una temporada preso de la historia que yo mismo había creado.

¿Ha cambiado tu visión del texto a partir de la puesta en escena?…
No exactamente, he descubierto matices que yo mismo no había notado al escribirlo y sobre todo, dirigirlo me ha permitido hacer una especie de revisión, rescribir el texto y eso ha sido maravilloso en el sentido de que me di cuenta de que el teatro, la única razón de ser que tiene, es el de ponerlo en pie sobre las tablas, por mucho que tu obra esté publicada con anterioridad.

¿Qué balances haces de tus últimos trabajos para el teatro?…
Son tan distintos los unos de los otros que… El plan es hasta ahora la mayor satisfacción de mi vida profesional. Creo que en cierto modo me ha salvado artísticamente, puesto que sentía que desde hacía tiempo sólo trabajaba por dinero. Haber dirigido El plan me ha hecho ver que lo mío, a pesar de lo que pensaba, es vocación pura.

¿Cómo ves la creación teatral en estos momentos?…
Como siempre ha sido. Está tan viva como lo estaba antes a pesar del durísimo momento que atravesamos. Yo no paro de ver propuesta alucinantes por doquier.

¿Qué sentido ha de tener el teatro hoy?…
El de hacernos cambiar el rumbo de la vida. El teatro, más allá del entretenernos, que sin duda lo hace, ha de servir para transformar el mundo en el que vivimos. Esto no es nada nuevo, siempre fue así. Sin el teatro no habría habido cambios profundos en el pasado que ayudaran a progresar a la sociedad. De eso deberían ser más conscientes los que mandan y los políticos en general. El teatro es un bien cultural no solo por su inmenso valor educacional, sino por el extraordinario impulso transformador que supone.

¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?…
La subida del IVA a las Artes Escénicas tiene como resultado producciones más austeras que en muchos casos resultan insuficientes para alcanzar el nivel mínimo deseable y no por la falta de talento. El gobierno debería entender que teatro siempre habrá, esté el IVA al 21% o al 298%, siempre habrá, pero el gobierno de un país serio, con aspiraciones de estar en la élite de países influyentes, debe entender que la calidad de las propuesta no depende sólo de la capacidad de artística y el talento de los creadores, también depende de las facilidades que se les dé a éstos para plasmar sus ideas. Se ha castigado injustamente al sector por razones ideológicas. Esto es lo más penoso e intolerable del tema.

Alguna sugerencia para crear en tiempos de crisis…
Crear, nada más que eso. No detenerse y crear.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Lo último que he he visto fue «Por un infierno con fronteras» de Denise Despeyroux. Me pareció una de las cosas más geniales que he visto en teatro en mucho tiempo, con dos actrices sublimes, Carmela Lloret y Sara Torres, dirigidas magistralmente por la propia autora del texto, un texto que conforme lo iba escuchando en boca de las actrices me iba pareciendo más y más genial.

¿Proyectos? El 6 de abril estreno en Los Teatros del Canal otro texto mío titulado «Dignidad». Esta vez como actor, junto con Daniel Muriel dirigidos por Juan José Afonso y si todo va bien después del próximo verano estrenaré mi último texto, «Memoria o desierto» en Madrid, en el que dirigiré a un magnífico trío de actrices. Estoy, a la vez, embarcado en un nuevo texto para la nueva producción de la Fundición Sevilla. Como ves, estoy entretenido.
31 de marzo de 2015 | Categorías: AUTORES, DIRECTORES, ENTREVISTAS | Tags: "Dignidad", "La mente está en el cerebro", "Memoria o desierto", "Por un infierno con fronteras" de Denise Despeyroux., Carmela Lloret, daniel muriel, Eduard Punset, El Plan, Ignasi Vidal, JUan José Afonso, la Fundición Sevilla., La pensión de las pulgas, Sara Torres., teatro Apolo de Barcelona, Teatros del Canal | Deja un comentario
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
El teatro es vida. Es un arte que muestra otros mundos. Es entretenimiento. Me encanta que el teatro modifique de algún modo al público. Hacerles sentir, reflexionar, reír, que olviden por un momento sus vidas y vivan otras historias. Como actor también disfruto con ese viaje, que varía mucho dependiendo del tipo de función.
¿Qué balance haces de tu trayectoria como actor?…
La verdad es que me siento muy afortunado. Llevo 16 años ya como profesional y vivir de esto ya es un privilegio. He tenido mucha suerte de trabajar con grandes directores de este país, lo que me ha hecho crecer como actor.

¿Cómo surge el proyecto de Dionisio Ridruejo?…Háblanos de tu personaje…
Conocí a Juan Carlos Pérez de la Fuente hace unos años y siempre quisimos trabajar juntos. Surgió esta posibilidad y no me lo pensé.
Mi personaje es el Capitán Alonso, un miembro de la Unión Militar Democrática, algo que en el año 75 conllevaba la cárcel o algo peor. Por suerte soy hijo de un General y por eso he acabado en este «centro de rehabilitación» militar. El viaje de estar con estos personajes hace que se replantee todo su mundo.

¿Cómo fue el proceso de creación?…
La obra es muy compleja pero Juan Carlos es un gran director y ha sabido llegar a la esencia de la función con sencillez. Además hemos entrenado cada día baloncesto, canto.. Ha sido muy divertido.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear tu personaje?…
Hay bastante material de estos militares de la UMD en internet. Fotos, entrevistas.. Sin fijarme en ninguno en particular sí he partido de esos personajes reales para crear a mi Capitán Alonso. Esa parte de investigación del trabajo es muy enriquecedora, muy interesante.

¿Qué balances haces de tus últimos trabajos como actor en teatro?…Háblanos de ellos…
Ahora mismo estoy haciendo «Los miércoles no existen» de Peris Romano los fines de semana en el Teatro Lara. Una obra muy fresca, muy divertida. Mi personaje es Hugo, un vividor bastante descerebrado. Es una maravilla hacer reír al público durante casi 2 horas.
A la vez estoy los lunes, también en el Lara con «Las heridas del viento» de Juan Carlos Rubio. Una obra intimista, muy poética, con una inmensa Kiti Manver. Una gozada de función que el público disfruta enormemente.

¿Cómo preparas los personajes?…¿Cuál es tu método?…
No tengo ningún método en concreto. Creo que todo esta en el texto, ahí es donde hay que buscar el personaje, escuchar al director para ver qué estamos contando y luego hacer los deberes en casa. Un actor tiene que ser disciplinado.

¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Creo que está muy bien entretener y hacer que el público desconecte por un rato de sus vidas. Pero el teatro puede y debe ir un poco más allá. Deberíamos hacer reflexionar a la gente con textos inteligentes y dejarles tocados de algún modo. Que las obras perduren en sus cabezas por un tiempo.

¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes en las ayudas al teatro?…
La subida del IVA es algo que tendrán que rectificar, esperemos que pronto, porque es un problema muy grave. Los teatros y los productores están aguantando como pueden pero realmente este es un mundo que da de comer a mucha gente (actores, técnicos, acomodadores..) y cuyos puestos de trabajo peligran. Aparte de que la cultura es nuestro legado a la historia. Si nos cargamos eso…

¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Siempre hay modos de crear con pocos medios. Sin ir más lejos, «Las heridas del viento» está hecha con 4 focos y 2 sillas. No usamos más. Un buen texto con trabajo y talento. No hace falta más.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Una de las últimas ha sido «El viaje a ninguna parte», una maravillosa historia sobre el mundo de los cómicos de la legua. Gran montaje. También «Locos por el té» para reírte durante 2 horas.

¿Proyectos?…
Entre los proyectos que vienen, el que más me apetece es el retome del monólogo que hicimos la temporada pasada «Agonía y éxtasis de Steve Jobs» dirigido por David Serrano. Y que vengan muchos más.

11 de abril de 2014 | Categorías: ENTREVISTAS | Tags: "Agonía y éxtasis de Steve Jobs" dirigido, "Las heridas del viento" de Juan Carlos Rubio, "Los miércoles no existen" de Peris Romano, Capitán Alonso, daniel muriel, david serrano, Dionisio Ridruejo, El viaje a ninguna parte, Juan Carlos Pérez de la Fuente, Kiti Manver, Locos por el té, teatro lara, un miembro de la Unión Militar Democrática | Deja un comentario
AGONÍA Y ÉXTASIS DE STEVE JOBS
Teatro Compac Gran Vía.
Director: David Serrano.
Se trata de una divertida mirada a Apple y a su fundador, que no esconde sus sombras. Sin embargo, algunas medias verdades del texto original se han corregido sin perder el espíritu crítico original. Una obra que nos hace reflexionar sobre cómo se fabrica una tecnología que nos hace libres .
Cuando te invitan a un monólogo piensas que vas a ir a pasar un rato de risas y con ese afán entré en el Compac Gran Vía a ver a Daniel Muriel, un actor que es conocido por trabajar también en comedia. Todo parece divertido, incluso el teatro está transformado en bar con mesitas estilo terraza y patrocinado por una conocida marca de cerveza… Pero la cosa se vuelve enrevesada al instante: Steve Jobs no era tan santo como nos lo han vendido ni la manzana de Apple es tan perfecta como parece… Una obra crítica que ha triunfado en Broadway y que ahora nos trae David Serrano. Con unas breves pinceladas sobre Steve Jobs parece que nos quieren vender (aún más) su obra pero empezaremos a descubrir una verdadera «investigación» sobre la manzana cibernética. Steve era un tipo peculiar, medio hippy medio tirano que logró remontar su empresa en varias ocasiones. El viaje de Mike Daisey a China, donde se encuentra la fábrica de Apple, es descrito con maestría por Muriel que sorprende a todos los «appelianos» con la explicación sobre cómo se fabrica un i-phone…y sobre el virus que nos va a introducir esta obra del que nunca nos podremos librar cuando miremos cualquier producto de Apple. Y ahora…saca tu i-phone corriendo y mira a ver si aún quedan entradas porque quizás después de salir de este monólogo te preguntes qué llevas en la mano…
Luis María García Grande.

20 de mayo de 2012 | Categorías: CRÍTICAS, TEATRO | Tags: apple, appleiano, compac gran via, daniel muriel, david serrano, monologo, steve jobs | Deja un comentario
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