¿Qué es el teatro para ti?…
El único lugar donde tengo la seguridad de que escucho y puedo ser escuchado.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Verás, si te soy sincero siempre he estado dentro de un teatro. Mi padre era empresario de teatro y mi madre actuó en muchísimas Revistas así que mis inicios no están muy claros si se remontan a mi niñez entrando y saliendo de los camerinos del viejo teatro Apolo de Barcelona o cuando decidí estudiar interpretación.

¿Cómo surgió que escribieses y dirigieses teatro?…
Escribir vino primero. Antes que nada soy lector. Tuve la suerte de tener un maestro que me despertó el interés por leer teatro. A todas horas leía teatro, de todo tipo. Me daba igual el estilo, la cuestión es que adoraba estar tirado en el sofá y leer sin parar. Un día, hace ya muchos años intenté escribir algo. No me gustó lo que hice pero sé que en ese error inicial se encendió en mí la pasión por la escritura. Escribir es, ante todo, tener pelotas y yo las tengo. Es exponer una parte muy íntima de ti, ponerla a la vista de todos, pero lo importante, lo realmente jodido, no es lo que piensen los demás de lo que has escrito sino lo que piensa uno mismo de lo que ha escrito. Por todo esto, escribir es pura necesidad.
Dirigir ha sido una consecuencia de la maduración personal dentro del teatro. Seguramente tenía la necesidad de dejar de pensar en mí, de olvidarme de mi culo y para ello no hay cosa mejor que pensar en un todo fuera de ti, de pensar con una consciencia fuera de tu cuerpo, que planea sobre la escena pendiente de cada pequeño detalle. Sí, dirigir me vino por la necesidad de dejar de ser el centro del universo.

¿Cómo surge el texto de El Plan?…
Hace años pasaba por una pequeña crisis existencial en la que andaba necesitado de encontrarme con mis amigos más queridos. A la vez, en un momento de éxtasis económico allá por el año 2007, veía gente a mi alrededor que no encajaba con el modelo del español de clase media de entonces, un triunfador sin miedo al futuro, que podía comprar casas, coches, vacaciones caras a la otra parte del mundo. Sencillamente me preguntaba quiénes eran aquellos que no podían hacer todas estas cosas. Un día vi una revuelta por el cierre de una fábrica de coches que trasladaba la planta a un país del este y junté todo esto con temas de actualidad. Jugué con los elementos, me divertí y sufrí a la vez y el resultado fue El plan.

Háblanos de la propuesta escénica…
La propuesta escénica actual está condicionada por el espacio en el que exhibimos El plan, La pensión de las pulgas. Es un espacio que le va como un guante al texto pues la acción transcurre en el salón de la casa de uno de los personajes. Pocos elementos pero muy característicos de un hogar en crisis. El elemento vital de la función son los actores y la necesidad del texto de ir a un hiperrealismo que hace que su presencia en escena sea mucho más contundente.

¿Hiciste algún tipo de búsqueda o documentación sobre el tema antes de empezar a escribirla?…
No, la idea final, lo que prendió la chispa fue un libro de Eduard Punset que se llama «La mente está en el cerebro». El hecho de que todos en mayor o menor medida suframos algún grado de psicopatía me resultó aterrador. Después me puse a escribir sin parar, sin detenerme, sin mirara a otra parte.

¿Cómo ha sido el proceso de escritura del texto?…
Hace años que escribí El plan. No recuerdo bien cómo fue el proceso salvo que como comentaba una vez empecé a escribir no pude parar hasta el final. Sí recuerdo que al terminar me pasé una temporada preso de la historia que yo mismo había creado.

¿Ha cambiado tu visión del texto a partir de la puesta en escena?…
No exactamente, he descubierto matices que yo mismo no había notado al escribirlo y sobre todo, dirigirlo me ha permitido hacer una especie de revisión, rescribir el texto y eso ha sido maravilloso en el sentido de que me di cuenta de que el teatro, la única razón de ser que tiene, es el de ponerlo en pie sobre las tablas, por mucho que tu obra esté publicada con anterioridad.

¿Qué balances haces de tus últimos trabajos para el teatro?…
Son tan distintos los unos de los otros que… El plan es hasta ahora la mayor satisfacción de mi vida profesional. Creo que en cierto modo me ha salvado artísticamente, puesto que sentía que desde hacía tiempo sólo trabajaba por dinero. Haber dirigido El plan me ha hecho ver que lo mío, a pesar de lo que pensaba, es vocación pura.

¿Cómo ves la creación teatral en estos momentos?…
Como siempre ha sido. Está tan viva como lo estaba antes a pesar del durísimo momento que atravesamos. Yo no paro de ver propuesta alucinantes por doquier.

¿Qué sentido ha de tener el teatro hoy?…
El de hacernos cambiar el rumbo de la vida. El teatro, más allá del entretenernos, que sin duda lo hace, ha de servir para transformar el mundo en el que vivimos. Esto no es nada nuevo, siempre fue así. Sin el teatro no habría habido cambios profundos en el pasado que ayudaran a progresar a la sociedad. De eso deberían ser más conscientes los que mandan y los políticos en general. El teatro es un bien cultural no solo por su inmenso valor educacional, sino por el extraordinario impulso transformador que supone.

¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?…
La subida del IVA a las Artes Escénicas tiene como resultado producciones más austeras que en muchos casos resultan insuficientes para alcanzar el nivel mínimo deseable y no por la falta de talento. El gobierno debería entender que teatro siempre habrá, esté el IVA al 21% o al 298%, siempre habrá, pero el gobierno de un país serio, con aspiraciones de estar en la élite de países influyentes, debe entender que la calidad de las propuesta no depende sólo de la capacidad de artística y el talento de los creadores, también depende de las facilidades que se les dé a éstos para plasmar sus ideas. Se ha castigado injustamente al sector por razones ideológicas. Esto es lo más penoso e intolerable del tema.

Alguna sugerencia para crear en tiempos de crisis…
Crear, nada más que eso. No detenerse y crear.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Lo último que he he visto fue «Por un infierno con fronteras» de Denise Despeyroux. Me pareció una de las cosas más geniales que he visto en teatro en mucho tiempo, con dos actrices sublimes, Carmela Lloret y Sara Torres, dirigidas magistralmente por la propia autora del texto, un texto que conforme lo iba escuchando en boca de las actrices me iba pareciendo más y más genial.

¿Proyectos? El 6 de abril estreno en Los Teatros del Canal otro texto mío titulado «Dignidad». Esta vez como actor, junto con Daniel Muriel dirigidos por Juan José Afonso y si todo va bien después del próximo verano estrenaré mi último texto, «Memoria o desierto» en Madrid, en el que dirigiré a un magnífico trío de actrices. Estoy, a la vez, embarcado en un nuevo texto para la nueva producción de la Fundición Sevilla. Como ves, estoy entretenido.
31 de marzo de 2015 | Categorías: AUTORES, DIRECTORES, ENTREVISTAS | Tags: "Dignidad", "La mente está en el cerebro", "Memoria o desierto", "Por un infierno con fronteras" de Denise Despeyroux., Carmela Lloret, daniel muriel, Eduard Punset, El Plan, Ignasi Vidal, JUan José Afonso, la Fundición Sevilla., La pensión de las pulgas, Sara Torres., teatro Apolo de Barcelona, Teatros del Canal | Deja un comentario
Que gusto da, en una misma noche, ver un programa doble de teatro, como en los cines de mi infancia. Dos obras con coincidencias, ambas están escritas y dirigidas por mujeres latinoaméricanas y en las dos está el amor como un vehículo que conduce a la locura, con consecuencias imprevisibles. A veces se oye la pregunta…¿Hay una literatura femenina?…¿Las mujeres crean de manera particular?… No lo se…lo que si se es que estás dos piezas presentadas en La casa de la Portera tienen un enfoque personal que se instala muy bien en el espacio de la calle Abades.
Cuando volveré a verte de Adriana Roffi que también es la directora, nos conduce por la historia recordada por la protagonista y como a veces ocurre, la memoria traiciona lo que ocurrió o permite que los recuerdos desvelen, finalmente, lo que no se quería contar. Una historia donde se dan la mano la vida y la muerte sin fricciones. Un cuento de realismo mágico que transmite con su cuerpo y buen hacer la actriz Nerea Moreno.

Por un infierno con fronteras es la nueva propuesta que Denise Despeyroux presenta en la cartelera de Madrid. Un disparate fantástico y paródico sobre los psicoanalistas y las consecuencias de sus prácticas. Siempre se dice que el drama es lo más difícil de escribir o interpretar y por eso se premian más este tipo de propuestas, creo que es un error, el humor, sobre todo el inteligente, es más complicado de ajustar en el papel y la escena. Denise crea un juguete diabólico en el que cada palabra está medida y el juego de locura que se pretende con ellas. Y para dar vida a los personajes, dos actrices deliciosas: Carmela Lloret y Sara Torres.

30 de mayo de 2013 | Categorías: CRÍTICAS, TEATRO | Tags: Adriana Roffi, Carmela Lloret, Cuando volveré a verte, denise despeyroux, LA CASA DE LA PORTERA, Nerea Moreno, Por un infierno con fronteras, Sara Torres. | Deja un comentario
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