Los brillantes empeños en Nave 73
Cuando todo haya terminado,
cuando seamos huérfanos de alma,
cuando solo quede la piel de una patata pegada al paladar,
cuando deseemos el sexo de un hermano,
cuando la piel siempre esté sucia…
Las bocas se llenarán de aliento por el habla,
las palabras de nuevo nos salvarán.
Pablo Messiez ha compuesto un retablo barroco de otro tiempo, no sé si futuro o pasado, ha construido una nueva partitura textual con retazos de piezas del Siglo de Oro. Y lo ha hecho en un espacio despojado y de la mano de unos actores sin miedo al precipicio.
Adolfo Simón
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