Carlos Sarrió nos habla de la experiencia de 30 años de Cambaleo
¿Cómo surgió Cambaleo?… ¿Cuáles son las premisas para seleccionar los proyectos de la Compañía?…
Cambaleo nace en 1982, de la unión de siete personas que comenzaron la andadura como compañía y con intención de hacer un teatro contemporáneo, personal y que recogiera el legado de las vanguardias del siglo XX. A lo largo de todos estos años ha habido cambios y evoluciones sustanciales (empezamos haciendo teatro de calle), ahora básicamente seguimos haciendo un teatro de creación propia y en el que cada proyecto suponga un reto en algún sentido, estamos muy atentos a lo que sucede y nuestros montajes suelen ser una respuesta o una pregunta ante lo que está sucediendo.
¿Qué balance hacéis de estos años de existencia de la Compañía?…
No nos hemos parado a valorar este asunto. Para nosotros desde el principio el teatro ha sido una manera de vivir, de posicionarnos ante y en el mundo. Se podría decir que hacemos teatro para aprender a hacer teatro y también para aprender a vivir. En estos 30 años hemos hecho de todo y hemos tratado de mantener un camino que no sabemos dónde va, pero del que sí sabemos y no olvidamos de donde viene. Podríamos decir que cada nuevo espectáculo es un paso siguiente con respecto a lo que se planteaba en el anterior. De toda esta experiencia ha sobrevenido una profesión, una sala que gestionamos. Siempre hemos partido de la base de que un miembro de Cambaleo no sólo es un actor, también ha de ser director, pedagogo, dramaturgo, gestor… todos los aspectos del teatro han de tener una marca ética y estética.
¿Qué evolución ha hecho la Compañía a lo largo de las diferentes producciones realizadas?
Bueno… en 30 años pasan muchas cosas, muchas personas que han estado y ahora no están, colaboraciones. Empezar haciendo teatro de calle nos llevó a desarrollar propuestas en las que la imagen era la base de la dramaturgia, poco a poco al empezar a hacer teatro “en el interior” fue apareciendo el texto y con esto el trabajo de escritura. Podemos decir que ahora es una mezcla de ambos (imagen y texto) aunque poco a poco el texto ha ido cobrando más importancia. En cualquier caso los textos con los que trabajamos son más bien ensayos, textos sin contexto, poemas, desarrollo de ideas (incluso cuando hemos trabajado diálogos), digamos que en el texto no está la puesta en escena, si lees alguno de los textos difícilmente puedes deducir cómo era el espectáculo. Hemos trabajado mucho sobre un tipo de imagen que sugiere contenido, ahora lo que pasa es que la imagen lleva también texto.
¿Es importante tener unos colaboradores habituales en el equipo artístico y técnico?…
Para poder desarrollar un lenguaje propio es imprescindible contar con un equipo estable, puede variar con el tiempo por diversas circunstancias, se evoluciona, se cambia, pero las cosas las hacen personas y es muy interesante que un equipo de creación pueda desarrollar sus ideas a largo de varios espectáculos.
¿Os ayuda tener un espacio estable de trabajo para realizar los procesos de creación?… ¿Se trabaja así con menos presión?…
Hay muchos tipos de presión, pero desde luego tener un espacio te permite tener una relación muy particular con el tiempo, si me preguntas cuanto tardamos en hacer un espectáculo no te lo sabría decir, te puedo decir el tiempo que tardamos en el proceso final, pero el hecho de tener un espacio te permite, probar cosas dos años antes de lanzarte a la producción. Pero está la presión de mantener el espacio, gestionar una sala, hacer la programación… todo eso es un reto y no es baladí, pero vaya una cosa por la otra.
¿Cómo es el trabajo con el equipo artístico durante los procesos?… ¿Hay una línea ética y estética en la Compañía?…
Depende mucho del espectáculo, pero se trabaja todo a la vez, aunque materiales como la escritura, proyecciones de video, selección de músicas, ideas básicas de iluminación siempre tienen un trabajo previo. Trabajamos en un tipo de teatro que sirva para la reflexión y aunque no es fácil plantear algo novedoso a las personas que vienen a vernos, lo intentamos. Sabemos que la realidad sólo se puede cambiar desde la realidad, pero en las ficciones que planteamos tratamos de dar puntos de vista nuevos o críticos con esta. Hay mucho de testimonio en los espectáculos, experiencias propias, tratamos un lenguaje actoral lo más cercano posible a nosotros mismos y aunque ser uno mismo encima de un escenario no sé si es posible, lo intentamos
¿Se pueden realizar propuestas combativas y alternativas en estos tiempos de crisis?…
Eso se puede hacer siempre y si quieres comunicarte con las personas que compartes este momento de la historia no queda más remedio, otro asunto es qué significa “combativo”, por ejemplo, nuestros espectáculo han sido siempre muy políticos aunque no siempre de la misma manera, antes de que estallara la crisis económica éramos más explícitos en la crítica social que ahora. Pienso que la defensa en escena de un lenguaje poético, ahora, es combativo, sobre todo viendo como nos empujan violentamente hacia un pensamiento único que consiste en que el papel que tienes en el mundo es producir, consumir, procrear, votar cada cuatro años y estar calladito.
¿Tenéis espectáculos en repertorio?… ¿En gira?…
Lo de tener gira ahora, es complicado, tenemos un espectáculo para niñ@s “La Rayuela” con texto de Suzanne Lebeau y un espectáculo para adultos que es un solo de Antonio Sarrió y texto mío “Pequeño gesto”
¿Hay un planteamiento distinto si hacéis un montaje para adultos o para niños?…
Las exigencias artísticas son las mismas, pero con el teatro para la infancia somos muy meticulosos, pensamos que ahí hay una gran responsabilidad, los niños son personas como nosotros pero que tienen otras circunstancias y tratamos de llegarles con sinceridad, alejándonos de ser didácticos, sin prepotencia. En este sentido llevamos años trabajando textos de la autora canadiense Suzanne Lebeau, su compromiso con la infancia es admirable.
¿Qué proyectos tenéis entre manos?…
Ahora mismo estamos en un momento de espera… yo estoy escribiendo un nuevo texto, pero vamos a ir poco a poco.
¿Creéis que los recortes y el aumento del I.V.A. van a afectar a los proyectos de teatro?…
Creo que esta estafa financiera que estamos sufriendo, va a acabar con la Cultura tal y como la conocemos, unos años más aplicándose esta ideología financiera, basada en el empobrecimiento de la mayoría y en el recorte de libertades, nos retrotraerá a situaciones de los años 70, aunque todavía no soy capaz de prever que papel jugará el teatro en esta situación.
¿Qué montaje que hayáis visto últimamente, os ha interesado? ¿Por qué?…
Me gustó Gólgota picnic de Rodrigo García, me hizo mucha ilusión ver en el María Guerrero un espectáculo de Rodrigo. También Miniaturas de Teatro Ensalle, me gusta mucho como va creciendo esta compañía con cada nuevo espectáculo. Hay más pero lo dejaré para otro momento…
Entrevista a CHÉVERE aprovechando su presencia en Escena Contemporánea
Balance de vuestra trayectoria…
Chévere lleva 25 anos como compañía y solo el hecho de haber llegado hasta aquí manteniendo la independencia creativa y profesional es un balance suficientemente positivo. Hemos hecho siempre lo que hemos querido, hemos hecho de todo, no nos hemos conformado con nada y hemos sobrevivido a nuestros errores y aciertos con dignidad.
¿Cómo surge el proyecto que presentáis en Escena Contemporánea?…¿De qué va la obra?…
Citizen surge en un momento de madurez creativa y estabilidad profesional como una experiencia de produción que debía ligar el funcionamiento de la compañía a una sala estable, la Nasa. Un proyecto de creación en proceso que se presentó al público a lo largo de toda una temporada. Citizen es una historia de ficción basada en un personaje real llamado Amancio Ortega, que ha construído un imperio llamado Inditex, más conocido como Zara. Esta ha sido una buena disculpa para hablar, ironizar y cuestionar los efectos de la globalización en relación con nuestras identidades individuales y colectivas.
¿Cómo fue el proceso dramatúrgico y de montaje de la obra?…
La obra se ha ido montando por partes, por episodios. Cada uno trataba un tema y se ubicaba en un momento concreto y en cada uno nos proponíamos usar un lenguaje y un tono distintos: el texto, la palabra, la imagen proyectada, el cuerpo, el humor, el melodrama, lo documental, la economía… A lo largo de una temporada se hicieron y estrenaron por separado tres episodios y al final los juntamos en una pieza completa, que es la que se presenta en Madrid.
¿Conoces la obra de otros creadores contemporáneos en España?…
Si, conocemos de primera mano el trabajo de muchos creadores contemporáneos españoles, sobre todo por nuestra actividad como anfitriones en la sala Nasa, por donde han pasado autores y compañías muy representativas de la escena más contemporánea durante casi veinte años, gente como Carlos Marquerie, Sergi Faustino, Sonia Gómez, Angélica Liddell, Rodrigo García, Legaleón-T, Olga Mesa, Colectivo 96, General Electrica, Elena Córdoba, Marcel.lí Antúnez, Konic thtr, Esteve y Ponce, F.T.I., Hnos. Oligor, Iker Gómez, La República, Cambaleo, Playground, Conservas, La Tristura… (escribiendo de memoria)
¿Qué opinas de la programación de Escena Contemporánea XIII?…
Creo que mantiene la pluralidad de propuestas, de lenguajes, miradas y procedencias que se le pide a un festival que trata la escena de creación contemporánea. Ofrece una panorámica interesante y personal de lo que se está haciendo, en la que caben con naturalidad la fría exactitud de La Veronal, el teatro juguetón del Pont Flotant, la mirada poética de La Tristura o la cruda exposición de David Espinosa, por poner sólo algunos ejemplos.
¿Qué función crees que ha de tener hoy la creación contemporánea para la sociedad en la que vivimos?…
La de ser una invitación a participar en los debates del presente ampliando la zona de juego más allá de la pura realidad de los hechos.
¿Qué os motiva o inspira para realizar proyectos que mostrar en vivo?…
Para nosotros el teatro es una manera de participar activamente en la sociedad en la que vivimos. Cada proyecto es la posibilidad de iniciar una conversación. A veces son cosas que oyes en un bar o en la calle, que lees en un periódico, en un libro o en un blog y que quieres oír en voz más alta. Otras veces son cosas tuyas que no te puedes callar. Pero siempre está la necesidad de oir a la otra parte, aquello que no solo eres tu ni los tuyos, aquello que es el público.
¿Crees que afectará mucho la subida del I.V.A. y los recortes al teatro para la escena alternativa?…
Sí. No de una manera definitiva, porque no estamos hablando de una escena que mueva mucho público en términos cuantitativos, pero si es una forma de debilitar aún más una red con mucha precariedad. Y más allá de los números, este IVA refleja la incomprensión de la clase política hacia la cultura y la injusticia con la que se trata a la creación artística en España.
¿Qué obra de teatro, danza o performance has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
He visto dos trabajos recientes muy interesantes de dos compañías de Galicia como Berrobambán y Voadora, y uno menos interesante de la compañía madrileña Animalario.
¿Cómo ves la creación contemporánea en el lugar donde trabajas?…
En Santiago de Compostela practicamente ha desaparecido de la cartelera y es sin duda la parte más precarizada de nuestro teatro. En cuanto a programación y creación se ha pasado de una situación envidiable a un panorama desalentador, consecuencia tanto de la debilidad estructural de los agentes creativos como de una política cultural de pura rapiña. Aún nos estamos preguntando como se puede destruir tanto en tan poco tiempo, y como no pudimos defender todo lo que habíamos conseguido.
¿Alguna idea para seguir creando en tiempos de crisis?…
Crear en tiempos de crisis mola más. Todo está más cerca de uno. Por ejemplo, en nuestro caso, la crisis ha convertido en necesaria la posibilidad de hacer teatro en escaparates o en las casas de la gente, nos ha ayudado a que otros vean lo bueno que es el teatro para transformar a las mujeres en hombres por un día, o para tratar los conflictos y abiciones de un grupo de adolescentes.
¿Proyectos?…
El más inmediato es el estreno de una nueva obra, que se titula Eurozone, el próximo 22 de febrero. Será en Teo, un pequeño ayuntamiento cercano a Santiago de Compostela, que ha acogido a Chévere como compañía residente. Allí además seguimos haciendo las Ultranoites, un cabaré político sobre la actualidad, que este año girará por otras ciudades gallegas. Y entre marzo y abril seguiremos desarrollando un proyecto de teatro en escaparates que se podrá ver en Pontevedra.













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