Acciones culturales en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
Conferencia de Chema Madoz: La imagen y el objeto
25.03.15
Sala Ramón Gómez de la Serna (19.30h.)
Chema Madoz, Premio Nacional de Fotografía en el año 2000, pronunciará esta conferencia en la que, a partir del análisis evolutivo de su obra, diseccionará su modo de entender la fotografía y de aproximarse a los objetos a través de la mirada. Su trabajo fotográfico, hoy, incorpora vocabularios de procedencias tan diversas como el diseño, la instalación, la pintura, la escultura o la poesía.
Variaciones Max: XVIII Noche de Max Estrella
27.03.15
Teatro Fernando de Rojas (22.00h.)
Variaciones Max propone un trayecto literario alternativo por la inmortal obra de Valle-Inclán Luces de Bohemia, ese retrato de la sociedad española que persiste y resuena en estos días por sus atemporales frases y reflexiones; por el discurso estético, ético y social que encierran los parlamentos de su protagonista, Max Estrella.
Más info en: http://www.circulobellasartes.com
Arte y transgresión en Madrid
JEREMY DELLER: EL IDEAL INFINITAMENTE VARIABLE DE LO POPULAR
CA2M Centro de Arte Dos de Mayo
Comunidad de Madrid
13 feb – 07 jun 2015
Inauguración: Jueves 12 feb. 19:00 h.
Itinerancias: MUAC Museo Universitario Arte Contemporáneo (México DF) y Fundación PROA (Buenos Aires)
Más info en: http://www.ca2m.org
Imagen: Jeremy Deller, So Many Ways to Hurt You (The Life and Times of Adrian Street), 2010
Fotografía © Exotic Adrian Street
JORGE MOLDER: RICO, POBRE, MENDIGO, LADRÓN…
CÍRCULO DE BELLAS ARTES de MADRID
Más info en: http://www.circulobellasartes.com
Luces de Bohemia de Valle Inclán en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
El Círculo de Bellas Artes de Madrid es uno de los espacios culturales más emblemáticos de la ciudad. Por él han pasado los artistas y creadores más importantes del Siglo XX. En su programación teatral dan mucha cabida a compañías de teatro de otras autonomías que de otro modo no podríamos ver en Madrid. En esta ocasión, aprovechando el XX Aniversario de la Compañía Aragonesa: Teatro del Temple, han vuelto a programar Luces de Bohemia de Valle Inclán. Un montaje que llevan representando desde hace ocho años con buena acogida por parte del público. En esta propuesta deambulan por la escena, personajes turbulentos y situaciones grotescas a lo largo de una noche iniciática en la que, el poeta ciego Max Estrella, junto con su amigo Latino y el resto de personajes nocturnos, pululan por el Madrid más sórdido. A lo largo de la noche, estos dos visionarios van encontrándose con todo el lumpen de la ciudad: delincuentes, prostitutas, proletarios mal pagados, policías, periodistas, ministros…En definitiva, un microcosmos completo de la sociedad de la época de entonces que no se distancia tanto de la de ahora. La austeridad en el vestuario y el espacio escénico nos sitúan en un espacio atemporal, propiciando de este modo que el espectador de hoy conecte con la historia que, un siglo después, sigue hablándonos de los mismos pecados del ser humano. Un grupo pequeño de actores eficientes se desdobla en todos los personajes precisos para contar esta fábula esperpéntica.
Adolfo Simón
Conferencia: “Cuando el perfume se transforma en arte”
CÍRCULO DE BELLAS ARTES DE MADRID
17.12.14 Sala Valle-Inclán (19.30h)
Francis Kurkdjian hablará sobre las instalaciones vinculadas al mundo del perfume que ha realizado a lo largo de su carrera. Posteriormente, abordará el proceso creativo de Aqua Universalis, una de las obras presentes en la exposición El Arte del Perfume 1889-2014.
Exposiciones en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
Navia
Hasta el 28 de septiembre.
Sala Juana Mordó
Alberto García-Alix. Autorretrato
Hasta el 28 de septiembre
Sala Picasso
World Press Photo
Hasta el 12 de octubre.
Sala Goya
Palabra por palabra: biblias sefardíes en ladino en una colección madrileña
Del 18 de septiembre hasta el 26 de septiembre
Sala Minerva
Más info en: http://www.circulobellasartes.com
Exposiciones de Richard Hamilton y Alberto García Alix
Richard Hamilton
Museo Reina Sofía de Madrid
Más info en: http://www.museoreinasofia.es
Alberto García Alix
Círculo de Bellas Artes de Madrid
Más info en: http://www.circulobellasartes.com
Los cuentos de Hoffmann de Jacques Offenbach en el Teatro Real de Madrid
En la nueva versión de Les contes d’Hoffmann de Jacques Offenbach presentada al público del Teatro Real de Madrid, Nicklausse, la musa y el alter ego de Hoffmann, canta al final de la ópera: “On est grand par l’amour, mais plus grand par les pleurs” (El amor nos hace grandes, y más grande aún el llanto). Este es un motivo del considerado “el siempre divertido Offenbach” y, sin embargo, se trata de una concepción artística con la que se une al movimiento romántico desde Víctor Hugo hasta Thomas Mann pasando por Berlioz, para el que la obra de arte y la inspiración surgen del sufrimiento y la melancolía sobre el acontecer del mundo. Esto convierte a la única ópera de Offenbach en una singular creación en la que el arte triunfa sobre el dolor del amor. Un triunfo que acontece sobre el viaje vital del protagonista que trata de generar distancia a través de los cuentos con los que describe su periplo amoroso. Las historias narradas, a menudo permiten que descubramos algo que estaba oculto en nuestro consciente, siempre se abren puertas a paraísos desconocidos. Lo que se narra en la obra podría estar situado en un bar peculiar donde una pandilla de aventureros recorriesen el currículo amoroso del protagonista pero no ocurre así en la propuesta de Christoph Marthaler que, inspirada en el edificio del Círculo de Bellas Artes de Madrid, provoca un extraño espacio que aglutina diferentes estancias del singular monumento cultural, si no que hace que en él, habiten personajes que pudieron pasar por allí a lo largo del siglo XX, consiguiendo una atemporalidad para la obra que la hace muy interesante. Todo ocurre hoy y ha ocurrido siempre, como reza el reloj sin agujas. Pero todavía va más allá porque, gracias al espacio, la luz, el vestuario…Crea mundos dramatúrgicos en los que atraviesa la realidad de los horrores del subconsciente y así, asistimos a experimentos médicos que se simultanean con sesiones de dibujo creativo, al tiempo de situaciones festivas y fantasmagóricas donde el espectador asiste a la realidad de los cuentos pero también a lo que ellos esconden entre los pliegues de cada palabra. Un reparto de lujo entregado en cuerpo y alma a esta inquietante y excelente producción, apoyada por un coro que crea un personaje grupal asfixiante y una orquesta y dirección musical sublime a cargo de Sylvain Cambreling.
Adolfo Simón
Chamaco en el Círculo de Bellas Artes
El viernes pasado, 31 de mayo, se estrenaba en “Chamaco” de Abel González Melo, en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid, había expectación, mucho público que llenaba la sala, no siempre es así. Una escenografía a la vista que representaba los distintos espacios de la trama, práctica y resuelta con pocos elementos, gracias a Alain Ortiz. El texto duro y sórdido, una historia fuerte, con muchos regustos y misturas, una observación de la realidad que se retuerce en sí misma para que los personajes transiten por sus lados más oscuros. Eficaces y desenvueltos en sus personajes, el travestido Rey Montesinos y Luis Castellanos como el tío libidinoso de Kárel, se hacen creíbles y reales, lo que por desgracia no ocurre con los demás personajes, que interpretados por actores a los que ya había visto y de los que había disfrutado en otras ocasiones, caso de Ernesto Arias o Francesco Carril, y que ahora no están a la altura de las circunstancias; un desconocido para mi, Fidel Betancourt, que brilla con intermitente resolución. Creo que es más una cuestión de dirección que de talento, quizás un texto extraordinario al que le falten funciones para su credibilidad, una música que entorpecía más que ayudaba y una propuesta con tantos perfiles que se perdía parte del dialogo desde la segunda fila, no sé cómo habrá sido en las siguientes funciones; en fin, una buena obra de teatro que podía a ver sido magnífica y que no colma las expectativas.
Ángel Savín
Mónica Valenciano nos habla de su trayectoria y proyectos.
¿Cómo llegas a la danza contemporánea?¿Cómo fue surgiendo tu personal lenguaje en el escenario?…
Comencé mi formación en Canarias, hablo de un tiempo en que la única opción posible de acceder a una formación, era la danza clásica. Tuve la suerte de formar parte en mis comienzos, de una compañía, cuyo director en ese momento era Lorenzo Godoy, mi primer maestro y un artista muy creativo y abierto a lo que ocurría en el ámbito de la danza en otros países, y periódicamente invitaba a otros coreógrafos a dar talleres, así pude acceder a conocer la técnica de Rudolf Laban, algo que me marcó especialmente, una especie de iniciación que despertaba en mí una resonancia, al sentir que existía un camino posible que conectaba con mis necesidades ya de investigación, conocimiento de herramientas para desarrollar aspectos técnicos dentro de la improvisación y estimulación creativa. Fue entonces cuando decidí irme a Barcelona al Institut del Teatre donde continué con mis estudios de clásico y contemporáneo. En el último examen (tenía entonces 19 años), se incluía la presentación de una pieza de creación personal y recuerdo que la presentación causó cierta polémica y perplejidad, y recuerdo que me dijeron: “Chica, tu quizás seas una buena actriz, pero no es eso lo que entendemos por danza”. Así que me pusieron un excelente en la asignatura de creación e interpretación a la vez que me suspendieron en todo lo demás. Entonces, marché a Madrid y entré en la RESAD. En el último curso, debía presentar una escena de creación personal, y se repitió la historia, me dijeron con extrañeza…“Se ve que eres muy buena bailarina, pero eso no es ser actriz”. Y volvieron a suspenderme. Tras una etapa de crisis y reflexión, pues no parecía encontrar un lugar posible, entré en un período de recogimiento donde escribía, dibujaba bailaba en casa. De ahí surgió un pequeño proyecto que presenté en el Círculo de Bellas Artes de Madrid donde entonces daban residencias temporales y una sala para trabajar. Estuve sumergida allí durante dos años. Lo recuerdo como un viaje interior apasionante. Un proceso de reconstrucción, despojamiento y transformación. Donde empezar a encontrar las primeras semillas de lo que fue germinando en la elaboración de lo que fue mi primera obra. Cada tres meses, el proceso se abría a presentaciones con público. Un día llegó Laura Kumin, de la Comunidad de Madrid y me propuso estrenarla por la Red de la Comunidad. En otra ocasión Roger Salas me invitó a formar parte de la programación Noche de Solos, y así poco a poco se fue desarrollando el camino. Luego Barcelona. Continué trabajando en otros proyectos que viajaron aún en solitario por algunos Festivales de Europa y EEUU. Desde otro período de crisis y cuestionamiento, surge la necesidad de apertura del lenguaje, de compartir, experimentar el diálogo con otros y comencé a dar los primeros talleres de donde surge El bailadero, como lugar de práctica, de encuentro donde el lenguaje sale de su autismo y se ramifica encontrando ya algunos ejes de su propia formulación, aquello fue como entrar por un punto y salir mirando al mar. Surgía un nuevo campo de posibilidades a explorar, a descubrir en sucesivas etapas que implican obras como “Puntos suspensivos”, Miniaturas, Adivina en plata y la serie de los Disparates (siete piezas). Desde ese proceso de maduración, paralelamente se abre una nueva etapa de colaboraciones, intercambios y confrontación del lenguaje con otros ámbitos. El encuentro con el cineasta Chus Domínguez en la exploración de la escritura del cuerpo a través de la mirada de la cámara y sus posibles lecturas y otras propuestas como el Centro Coreográfico de Rennes, Catherine Divérres que me ofrece la posibilidad de crear una pieza con sus bailarines. Después colaboré con Fernando Renjifo, con la poeta y filósofa Chantal Maillard. A través de la impregnación de su escritura, de su libro “Hilos”, surge mi último solo “Impregnaciones en la Srta. Nieve y Guitarra”… y otros artistas, con cada uno de ellos un viaje, experiencias de las que volvía enriquecida, realmente transformadoras.
Impartes cursos habitualmente…¿Cómo enfocas el trabajo en ellos…?¿Cuáles son los objetivos?…
Actualmente se conjugan varias líneas de trabajo, complementándose…por un lado, el desarrollo pedagógico, impartiendo cursos y talleres. La práctica que me acompaña ya en el tiempo del dibujo y la escritura. Y el trabajo con El bailadero, como grupo de investigación y colaboración en el que continúa desarrollándose el lenguaje y la constricción de nuevas obras.
¿Qué ha significado que te otorguen el Premio Nacional de Danza?…
El Premio Nacional ha supuesto, en principio una sorpresa, lo inesperado de una utopía sembrada quizá en el tiempo… que encuentra de pronto un lugar posible, cierta visibilidad a esa fe ciega en la que he ido trabajando…Reconforta sobre todo en el reconocimiento compartido de aquellas-os que han acompañado mi trabajo desde el comienzo, en los momentos de soledad y dificultad, brindárselos a ellas-os, esa constelación de luciérnagas sin cuyo apoyo nada hubiera sido posible. Lo demás, es como siempre…incertidumbre y seguir encontrando en el camino la manera de continuar trabajando, descubriendo. Inaugura tal vez, una nueva confianza en algo que me viene ocupando hace tiempo, la necesidad de transmisión a los demás y al público.
¿Cómo ves el panorama de la danza contemporánea en nuestro país?
Invita la incertidumbre y… se multiplica el misterio. Tal como lo vengo observando oscilar, entre esa intermitencia de señales… quizás como llamada que se busca en su supervivencia desde un estado aún de máxima precariedad. Especialmente desde el ámbito que corresponde a la danza de investigación y creación, se evidencia un retraso significativo en relación a otros países donde se cuenta como imprescindible la integración con respecto al funcionamiento y campo de acción, es decir apoyos, espacios, atención… que considero esencial para el desarrollo y estímulo del espíritu creativo. Cuando creo que se ha de considerar como herramienta vital, más aun con los momentos que tienen que ver con crisis de valores materialistas y el desequilibrio y la insatisfacción de una sociedad de mercado basada en el producto y consumo inmediato, mutilando así las condiciones orgánicas necesarias para el descubrimiento que da lugar a la nutrición y el enriquecimiento humano.
¿Qué es lo que te mueve?…
¿Donde está ahora el cuerpo?…La pregunta en sí alberga ya aquella llamada al cuestionamiento disparado en este momento. La necesidad de reflexión que comenzaría en cada cual, por la desactivación de los mecanismos que han conducido a la inercia de la práctica escénica hacia los condicionamientos… resultado inmediato. Quizás se requeriría actualizar la presencia de una percepción más horizontal (menos intención y más atención) desde una apertura en profundidad hacia el estímulo y desarrollo de procesos que puedan dar lugar a proyectos y contextos que implicarían otro diálogo, otra mirada (dista mucho del que se instaló hace años). Se hace necesario el contacto entre artistas e interlocutores desde donde se puedan impulsar proyectos, cuestionar y escuchar… atendiendo a gérmenes, necesidades diferentes que nos mueven ahora, revisar otras percepciones, perspectivas relacionadas con el tiempo…el espacio, entre otras condiciones imprescindibles, que puedan generar un posible campo de investigación y creación. El apoyo a estos escasos espacios emergentes en nuestro país aún es frágil. Generalmente son gestionados por los propios artistas, que se arriesgan y proponen proyectos para que también otros puedan relacionarse en el intercambio de ideas, colaboraciones que permitan la confrontación de lenguajes o a través de residencias de trabajo, seminarios, talleres, etc. Como otra opción, la que se viene sucediendo en los últimos años, es la de la diáspora y el exilio de nuestros mejores artistas a otros países.
¿Qué temas o propuestas te seducen a la hora de poner en pie un proyecto?…
Como bien dice Luisa Valenzuela en su libro “Escribir con el cuerpo”…”La caligrafía de mis pasos son el itinerario de mi sed”. Observo en este devenir de la vida, en su tejido. En lo cotidiano suelo acompañarme de una libreta, una cámara, libros, donde voy registrando material de texto, imágenes, reflexiones, dibujos, apuntes, depositándose en un diario que se va impregnando de instantáneas en el día a día. Cosas que observo porque quizás me miran, algunas prenden de manera especial, otras aparecen sin intención ni voluntad consciente. De ahí, en esa mezcla, poco a poco se va configurando, va emergiendo parte de una in-formación que va formando algo y a su vez me transforma en cierto modo. Es a veces como una inmersión, otras como un pescador, de donde puedo ir trayendo algo, como hilos que van tejiendo con otros un lugar posible conformando una especie de mapa o cartografía de pistas, señales a transitar, poner en juego. Ya con la entrada en el espacio de trabajo, algo de todo esto empieza otro viaje, el de dar a luz rincones oscuros que hacen esquina en la memoria.
¿Hay un proceso o plan de trabajo que sigues habitualmente cuando empiezas un nuevo espectáculo?… Háblanos de ello…
El proceso de materialización es siempre sorprendente, porque emergen cosas muchas veces inesperadas y reveladoras. Aquello que deseaba salir, aquello a medio nacer de uno mismo, tal vez algún pliegue que se abre, encuentra su respiración, y algo se libera, tanto en los procesos de solo como en los proyectos de grupo.
¿Tienes proyectos entre preparación?…Háblanos de ello…
Si, ahora estoy terminando de organizar el nuevo mapa para el tránsito de la próxima obra, el próximo viaje. Trabajo, en principio, desde una serie de anclajes muy claros tanto técnicos como de contenidos más poéticos, de aspectos que se abren a una nueva investigación. Ya tienen nombre, se llamará “Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición”. Se asoma a cuestiones que me mueven ahora: la acústica del movimiento, la escritura sonora del cuerpo (la voz del cuerpo)…el cuerpo de la palabra, la multifocalidad, su tactilidad, el cuerpo poliédrico y sus diferentes texturas en el espacio, la percepción como estado de presencia al encuentro de esa geografía que puede abrirse paso en el interior, segregando un espacio, red capaz de tocar ese instante, presente continuo que pueda alojar ese blanco donde la mirada convoca y prende su visión. De ahí, no la explicación sino la implicación es lo que me interesa. Lo inesperado de esa comunicación que respira entre la escena y el espectador en el sentido más contemplativo del acceso a la mirada y sus propias posibilidades de lectura.














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