«Muñeca de Porcelana» en las Naves del Español
Un millonario le acaba de comprar un avión a su joven prometida como regalo de bodas. Su intención es jubilarse y dedicarse enteramente a ella. Durante el último día en la oficina, antes de reunirse con ella, instruye a su joven ayudante para poder atender sus negocios desde la distancia. Justo antes de salir recibe una llamada de última hora que deseará no haber aceptado nunca.
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«Muñeca de Porcelana» es la primera producción que se hace en el mundo después de su estreno absoluto en diciembre en Broadway de la mano de Al Pacino. Allí no ha recibido muy buenas críticas, no por el texto, sino por la interpretación. Aquí no podremos decir lo mismo porque José Sacristán ha sabido afrontar con toda su maestría un texto complicado, en el que no existen muchas réplicas y en el que la memoria juega un papel muy importante a la hora de ponerlo en escena. Pero este señor actor tiene su técnica bien estructurada y desarrollada y acaba dejando a Al Pacino a la altura del betún. Soberbio, con la fuerza y tensión actoral que requiere el personaje, Sacristán destripa el texto de Mamet, se mete en su laberíntica estructura y trepidante ritmo y lo hace suyo aparentando una facilidad supina para sumergirse en la piel de un millonario con la mente podrida. No hay otra palabra más adecuada para definir su interpretación que Maestría.
Javier Godino le ayuda en esta tarea, con una correcta interpretación y dejándose guiar por manos expertas.
Mamet es especialista es destripar la condición humana más corrupta, en crear personajes con poder pero que en el fondo son pusilánimes y pobres de espíritu que se dedican a joder a todo el que se atreve a acercarse a ellos. Esta construcción del personaje se va desarrollando a través de una dramaturgia enrevesada, con múltiples aristas que se van soldando sutilmente y van encajando hasta crear un poliedro perfecto y brillante. Pero para encajar todas las piezas es necesario un gran trabajo de dirección y actoral y una conexión entre ambos o se corre el riesgo de que la soldadura se despegue y la crítica se eche encima. No es éste el caso español, en el que el director Juan Carlos Rubio ha sabido templar el soplete y rematar muy bien esas aristas.
Teatro con mayúsculas. Imprescindible. Obligatorio verla.
Luis Mª García Grande.

La venus de las pieles de David Ives en las Naves del Español-Matadero
La vida es un misterio, nunca sabemos si al despertar, estamos en el primer, el tercer acto o está a punto de caer el telón de nuestra existencia. El teatro también es un espacio misterioso, es lo más parecido a la vida en el arte, por eso, ante la duda de cuando se apagarán las luces de nuestro escenario, acudimos al teatro para seguir descubriendo a través de los actores, otras vidas, otras obras posibles, porque tal vez todavía estemos a tiempo de reescribir alguna escena, entender mejor nuestro personaje entre los borrones de nuestro libreto. La Venus de las pieles es un texto que juega al teatro dentro del teatro; es la mejor fórmula para conocernos, jugar a la vida en el teatro, solo que a veces, descubrimos cosas que tal vez ni intuíamos y que cambiará el desarrollo de la trama. No es habitual encontrar en la cartelera teatral una pieza tan bien construida, cargada de referencias cultas accesibles. Y sobre todo, no aparece fácilmente un juego escénico que permita que dos jóvenes actores desplieguen su técnica para vivir una experiencia profunda más allá de lo interpretativo. Clara Lago y Diego Martín están implicados con los cinco sentidos en el montaje, bien acompañados por David Serrano, el director. Esta obra tendrá larga vida, más allá de esta producción porque permite llegar muy lejos en el discurso ético sin grandes pretensiones escénicas.
Adolfo Simón
El alma buena de Se-Chuan en las Naves del Español-Matadero
Llevar a escena a un autor muerto conlleva riesgos lógicos…Él no está para defenderse de la lectura teatral que se hace de su obra. Si es el caso de un autor de vodevil no está bien trasgredir su discurso o sus gags pero no es un mal mayor, el público no se ríe y no va a ver la función. Pero si es uno de los dramaturgos más grandes del siglo XX y probablemente de la historia del teatro y además, un autor político y comprometido como fue Bertold Brecht, pues implica mayores consecuencias si no se respeta el contenido y la formas de sus piezas teatrales. Hacer de El alma buena de Se-Chuan una obra entretenida y populista no aporta nada al teatro y menos a una sociedad como la que estamos viviendo hoy, ajena a las dificultades y penurias del individuo de a pie. Y no hablo del tipo de producción que se ha llevado a cabo, que también, trato de poner el acento en que esta obra no es un cuentecito moral si no una alerta sobre los mecanismos perversos de la sociedad para traficar con los derechos y deberes de las personas. Esa es la obra que escribió Brecht.
Adolfo Simón
Tempestad en las Naves del Español-Matadero
William Shakespeare sirve igual para un roto que para un descosido…y a todo ello sobrevive. Con cada una de sus obras se puede realizar arte escénico o se puede utilizar para jugar y divertirse. Esto último es muy lícito, incluso decidir que una obra del bardo puede ser pensada para un público que come palomitas. Pero La Tempestad es una tragedia filosófica y si el montaje resultante provoca la risa constantemente, hay que plantearse si tiene que ver con el discurso del autor o con la lectura del adaptador-director. En Tempestad, la propuesta de Sergio Peris-Mencheta, hay muchos hallazgos sorprendentes y sugerentes, pero hay tanto «ruído» creativo que al final uno se pierde entre tantos planos que se superponen a la obra y no es que sea tan complejo que no podamos distinguirlos, es que hay tanto elemento distrayendo que, al final, no se disfruta ni de las ocurrencias poéticas. Eso si, hay un equipo de actores que apuesta por todo y se transforman constantemente para llevar a cabo la dramaturgia paralela a la obra.
Adolfo Simón





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