Alma de Arturo de Arturo Turón en Nave 73
Tras el éxito de “Confesiones a Alá”, Arturo Turón vuelve a los escenarios con una nueva personal propuesta, una experiencia basada en la película “Persona” de Ingmar Bergman. Una obra de teatro preciosista e íntima, un retrato del Alma, un espejo en el que dos seres se miran constantemente para redescubrirse. Elisabeth es actriz, durante una representación teatral de la obra Electra, pierde el habla y es ingresada en un hospital, ante su nulo avance, será llevada con su enfermera a una casa de verano buscando así una pronta recuperación. Alejadas, apartadas de todo, ambas comienzan una relación en la que la palabra y el silencio son el lenguaje invertido para mostrar los más ocultos secretos de ambas mujeres. Un espectáculo en el que se cruzan la danza, el teatro y el audiovisual armónicamente.
Adolfo Simón
CONFESIONES A ALÁ
CONFESIONES A ALÁ
El talento de María Hervás y de Saphia Azzeddine me han hecho entrega de aquello que más valoro: la necesidad de hacerme preguntas, y lo que es más inusual, me han dado algunas respuestas. Y me he preguntado quién era para mí la protagonista de esta magnífica y profunda pieza teatral: Jbara Ait Goumbra: una buscadora de la verdad. Responsable única de su propia vida. Dueña exclusiva de sus pensamientos y sentimientos, así como de sus hechos. Valiosa por quien es. Nadie pertenece a Jbara y no es propiedad de nadie. Tiene hambre de pan y letras, el frío en los huesos y un dolor profundo emana de cada una de las heridas de su herida alma, pero… ¡bebe ríos de dignidad! Es la respuesta en escena a las grandes cuestiones de la vida: ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi camino?
Jbara es la belleza.
La alegría y el gozo.
La pureza, la valentía y la fuerza.
La parte y el todo.
El amor y la verdad.
Jbara desnuda su alma ante Alá, su fiel y eterno compañero.
Jbara es su abusador, su torturador y su sanación.
La alegría y la tristeza
La miseria y la riqueza.
La fortaleza de cada amanecer y la oscuridad de cada anochecer.
Está en cada abuso, en cada golpe, en cada humillación,
en cada pensamiento y en cada acción.
Es la muerte y la vida.
La crueldad y la compasión.
Ella sola puede salvarse de este infierno.
Y en cada paso, en cada caída… solo él: Alá.
No es lo suficientemente mala para ser juzgada,
Nadie es lo suficientemente bueno como para juzgarla.
A los ojos de Alá Jbara ES quien realmente ES,
lo que ha decidido ser y lo que SERÁ por decisión propia.
Sabe que está aquí para ser feliz, ese es su camino.
Alá está en su corazón.
JBARA ES ALÁ
Paloma Martín
Álvaro Morte nos habla de los proyectos con 300 Pistolas
¿Cómo surge el proyecto sobre Mihura que presentáis en Nave 73?…¿Cuál es tu versión?…
Yo siempre le tuve muchas gana a Mihura, uno de nuestros más grandes dramaturgos, dos veces premio nacional de teatro… Y me puse a investigar en sus obras para ver cual montábamos con 300 Pistolas. Me resultaba muy interesante que en Tres Sombreros de Copa, Mihura alojara en el mismo hotel al protagonista y a una compañía de music hall. Me parecía que Mihura jugaba en cierto sentido a hacer teatro dentro del teatro y eso entroncaba con mi primer objetivo al emprender esta versión: hacerle un homenaje al autor y a tres de sus grandes pasiones, el teatro, el cine y el mundo de los actores. A partir de ahí, la inspiración vino directamente a través de los grandes cómicos del primer tercio del s. XX, los cómicos que pudieron haberle gustado a Mihura.
¿Hubo ocasión, durante el proceso, para que los actores aportasen ideas en la dramaturgia y la puesta en escena?…
¡Por supuesto! Sería absurdo no escuchar sus aportaciones, opiniones… ¡Son buenísimos y sería muy poco inteligente por mi parte no aprovecharles!. Tengo la suerte de contar con un equipo fantástico. Además se tiran a la piscina sin salvavidas cuando les propongo un camino a seguir. Es muy fácil trabajar con ellos. Saben que tienen la libertad de proponer en todo momento y siempre lo hacen a favor del espectáculo. Un lujo, vaya.
¿Hay algún referente técnico o estético del que has partido para esta puesta en escena?… Háblanos de ello…
Como comentaba, la inspiración de la versión fue apoyada en los grandes cómicos de principios del s. XX. A nivel estético y de puesta en escena hemos querido también respetar esa época: el cabaret, el teatro de variedades, incluso los freak shows, y todo ello apoyado en la loca forma de hacer de los Hermanos Marx, en la comicidad del hieratismo de Buster Keaton, en la precisión de los movimientos de Chaplin… Ha sido muy gratificante estudiar tan a fondo a todos ellos y trabajar en su línea. ¡Te reafirmas en que siguen siendo unos artistas enormes!. Por otro lado, el trabajo con Blanca Clemente, la responsable de vestuario y escenografía ha sido también estupendo. Desde un primer momento estábamos muy de acuerdo en cuanto a la estética, los colores, los homenajes a todos aquellos personajes… Fredeswinda Gijón, encargada de las coreografías ha sido otro gran descubrimiento.
¿Cómo ha sido el proceso de creación?…¿Qué has querido contar desde la dirección?…
A mí me gusta embarcarme muy a fondo en la investigación del autor y su obra. Me gusta imaginar qué se le pudo pasar por la cabeza cuando escribió el texto y cómo le hubiera gustado que se representara. A raíz de ahí, empiezo a trabajar con los actores sin dejar de investigar, de probar. Hay un día en que de repente todo se clarifica y ves el camino por el que quieres continuar. Ese día fue el que descubrí que a Mihura no sólo le encantaban los Hermanos Marx, sino que llegó a dirigir el doblaje de Una Noche en la Ópera. Todo parecía cuadrar. A partir de ese momento, lo que me interesó contar es que Mihura está absolutamente conectado con aquellos grandes cómicos, que su texto sigue estando vigente y que os otro grande, como lo fueron Groucho o Chaplin. En definitiva, hemos querido hacerle un humilde homenaje al autor.
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos en teatro?…
Estoy muy contento con los montajes de 300 Pistolas, El Perro del Hortelano y ahora Tres Sombreros de Copa. La compañía surgió como una necesidad de experimentación, de creación sin ataduras y, sobretodo, de disfrute. El objetivo principal era (y sigue siendo) hacer las cosas como queríamos hacerlas y no como nos las impusieran, sin tener que rendir cuentas a nadie. Pero creo que cuando se trabaja de esa forma -a gusto, en definitiva- es cuando salen las cosas fluidas. Nuestro único objetivo era hacer una representación de El Perro del Hortelano (nuestro primer montaje) y de ahí a Almagro con una Mención Especial del Jurado, varios premios y nominaciones en el certamen de Garnacha, representaciones fuera de España… Ahora estrenamos Tres Sombreros de Copa y las críticas están siendo estupendas. Nos sentimos muy halagados y honrados.
¿Qué espectáculo has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
He visto varios, pero ha habido uno que me ha gustado especialmente, Confesiones a Alá…Un monólogo sobre la miserable vida de una chica del Atlas marroquí. Un montaje duro, pero necesario. Su protagonista, María Hervás está fantástica, se te mete dentro del pecho y te vapulea. Muy recomendable.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes a la escena?…
No es un mero recorte, es una destrucción en toda regla. Si hace unos años ya era una proeza vivir del teatro, hoy por hoy es un milagro. Gracias a la crisis que estamos sufriendo están surgiendo nuevos formatos, nuevas ideas y a nivel creativo estamos más activos que nunca. Pero no nos engañemos, no tenemos ni tendremos nunca una industria teatral si no hacemos nosotros mismos un esfuerzo (no hablo ya del gobierno, que lo doy como cosa perdida). No debemos aceptar según qué condiciones, es la única forma de respetar nuestra profesión y luchar por ella. Aunque también entiendo que es difícil lo que pido. Creo que todo se enmendaría en cuanto se asumiera por parte de todos que la cultura no debería ser algo optativo, selectivo o elitista de lo que puedan disfrutar sólo unos pocos; debería ser considerada como un bien necesario y universal… ¿De verdad es tan difícil lo que pido?
¿Proyectos?…
Acabamos de estrenar Tres Sombreros de Copa, pero ya le estoy dando vueltas al siguiente proyecto en el que nos embarcaremos los pistoleros. Se trata de otro clásico, uno al que le tengo muchas ganas. Pero de momento sólo os puedo confirmar que prometemos dejarnos la piel una vez más.
Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis…
Trabajo, trabajo y trabajo. Confío mucho en él. Esperar junto al teléfono a que nos llamen no es una opción que vaya conmigo. Y si no te dan trabajo, invéntatelo. Es muy difícil enfrentarse a un casting, por ejemplo, si no se está entrenado. Del mismo modo pasa si tienes que crear un personaje. Debemos estar activos y frescos. Estar al tanto de lo que se mueve culturalmente y no sólo en España, hoy por hoy, disponiendo de internet, tenemos una estupenda ventana al mundo; no hace falta viajar a Estocolmo para saber cuales son las últimas tendencias culturales en Suecia. Animo a todos a que hagan, a que inventen, creen, trabajen, en definitiva. Al final, confío en que da resultado.
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