José Pedro Carrión nos habla sobre su larga trayectoria en el teatro.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
A los siete años las Variedades llegaron a mi pueblo, a los doce salí voluntario para payaso, a los diecisiete hacía teatro leído, luego, con veintiuno, entré en la Resad y allí conocí en vivo y en directo a D. Manuel Dicenta y a William Layton… Salí de estampida tras él hacia el Pequeño Teatro de Magallanes 1. Y en ese teatruco eche los dientes…
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
Una vocación. Creo que de servicio a los otros. Y lo hago, porque soy obediente a la voz que suena dentro…
¿Tu labor en el teatro lo has compatibilizado con otros trabajos?…
Vendí libros, hice la mili, cobré autobuses y me hice animador cultural… Me gusta mucho trabajar la madera en mi casa y los focos en el escenario… También sería cocinero…
¿Qué balance harías sobre tu larga trayectoria?…
Espero que la trayectoria de privilegio que he vivido me sirva para seguir buscando el camino hacia un sueño reparador.
¿Qué diferencia hay para ti del teatro que se hacía en tus principios al que se hace hoy en día?…
Por aquellas circunstancias nefastas, el teatro estaba más cerca de la sociedad. Ahora, que vamos directos a peor, además está en un momento de desprestigio, de conformismo, de autocomplacencia, que hace que a la mayor parte de las personas le sea indiferente.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Cuando desarrollas el oficio de actor es cuando puedes darte cuenta del enorme capital humano que se pone en juego: el cuerpo, la respiración, la imaginación, la mente, el corazón, la voz, el silencio, la escucha del otro, las palabras escritas, que describen al hombre, la colaboración, la amistad, el coraje, la voluntad, la poesía… Y me extiendo con intención, aún habiendo más y más, porque es muy lamentable que en los teatros que se han hecho, o rehabilitado, los niños, los adolescentes, los mayores no lo practiquen. Y en su mayoría estén vacíos o infrautilizados. Quien en realidad hace el teatro son las personas que en el silencio y la oscuridad de la sala empiezan un sueño con nosotros, que cuando es buen teatro es transformador, también para el actor, y muy nutritivo para el espíritu y un gran antídoto contra la mediocridad.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Con Valery Tellechea. Además de hacer Júbilo, por ejemplo en el Corral de Almagro en Julio, hemos dado cuerpo a Marguerite Duras en La Douleur, con versión de Juan Caño y un equipazo de colaboradores, Mariano Díaz, Juan Gómez Cornejo, Elisa Sanz, Enrique Vara… Y he vuelto a trabajar con José Carlos Plaza, que me enseñó tanto sobre este oficio, y al lado de mi admirada ha Concha Velasco y con Juan Gea, con el que he compartido tantas noches en el escenario. Y soy un hombre contento, viendo que los parlamentos de Eurípides han provocado en las personas una unanimidad y un calor en el aplauso, que a mi parecer convertían Mérida en un autentico Parlamento. Quizá también era la expresión de su rabia… Seguimos la gira…
¿Qué proyectos tienes entre manos?…¿Cómo surgió “Júbilo Terminal”?…
Seguir con VIVERO, donde trabajo el arte de “largar”, que mis queridos mayores dominaban. Cerraron Garaje Lumière. Allí trabajábamos, y , al aniquilarlo injustamente, me han dado en el talón. Quiero soñar espectáculos ricos en imaginación, que quepan en una maleta. Así nació Júbilo… Por la inspiración de Joaquim Benite, un buen amigo y gran hombre del teatro Portugués.
¿Hay algún proyecto que nunca pudiste realizar y te gustaría?…
Después de veintiséis años anhelando hacer Cyrano, antes de conseguirlo, soy muy precavido. Pero Einstein me tienta cada día, viendo tanta estupidez entre los hombres.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Como a cualquier ciudadano los impuestos nos abrasan. En el teatro es una forma de Inquisición. ¡Todos a la hoguera! La diferencia es que ahora estamos considerados como “mamandurrios” según la propaganda que lanzan los malos farsantes en nuestra contra. Pero mi queja se dirige hacia mi propio colectivo, por no reaccionar ni ahora, ni cuando hemos sido beneficiados por lo Público, ignorando un problema común para nosotros y para la sociedad en general: la reclamación del Teatro en la Educación de nuestros jóvenes. Se acaba el público acostumbrado a acudir a las salas. Una butaca ha costado hace poco mucho más de lo que hemos acostumbrado a la gente a pagar por ella. Ahora les parece caro. Y sin ayudas sólo nos queda la Taquilla. Sin gente en las salas ese IVA es criminal. Pero confío en que toda esta provocación tendrá su reacción apropiada.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
A mi el teatro me gusta, hasta cuando es malo. Echo de menos no ir todos los días… Lo último fueron unos ingleses, que, siendo buenísimos, también tienen su techo creativo…
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?…
Crisis es la forma del teatro, y su sentido más profundo, para mi. Por eso siempre está terminal sin llegar a morir. Si todo va bien, quieres dormir. Mientras haya sueños habrá teatro… Quiero despertar mi astucia, mi picardía, para encontrar la manera de interesar. Siempre nos queda la plaza pública… “La crisis trae progresos” “La creatividad nace de la angustia” “Sin crisis no hay desafíos, ni méritos…” “Callar en la crisis es fomentar el conformismo” “La verdadera crisis es la incompetencia…” EINSTEIN dixit. ¡Qué fuerte!.
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