Cristina Rota nos habla sobre su larga trayectoria en la pedagogía y la escena
¿Cómo surgió el Centro de Nuevos Creadores?…
Nace del sueño de ofrecerle al joven creador un espacio donde hubiese una técnica común discutible día a día y reactualizada permanentemente. Un espacio donde los actores aprendieran a crear movimientos artísticos y a generar pensamiento, concepto. Para ello, tienen que aprender a ser gestores de su trabajo y tomar contacto con la gestión de sus propios espectáculos, con la realidad actor-director-dramaturgo-público. Por eso, la presencia del teatro, tanto para la escuela como para el centro es indispensable, de ese modo, participando en el espectáculo, el alumno adquiere una visión global del fenómeno teatral. Nace también del sueño de generar movimientos artísticos intercambiando con otras disciplinas artísticas para fecundar nuevas ideas, que dinamicen el conocimiento humano a través de la experimentación.
¿Cuál es la línea de formación en estos momentos?…
Es un sistema de trabajo, por lo tanto, siempre es abierto y se reactualiza con cada nueva generación.
¿Qué balance haces…?
Hago un balance positivo y muy estimulante porque tanto el CNC como producciones Cristina Rota ha sido un estímulo y un referente para otras escuelas que se han ido creando en los últimos 30 años. Además de generar muchas generaciones de actores a lo largo de más de 30 años.
¿Es importante tener un profesores habituales…?
Lo importante es la coherencia pedagógica e ideológica de todos los profesores que conforma el Centro. De lo contrario, podríamos caer en uno de los defectos más corrientes en nuestra educación; cada disciplina quedará compartimentada obstaculizando nuestra capacidad de síntesis.
¿Os ayuda tener un espacio propio…?
Es una práctica insuperable para el joven aspirante a actor tener un teatro en su propia escuela donde poner en práctica sus conocimientos y tomar contacto con la realidad. El mundo entra en el ámbito de la escuela y la escuela sale para conocer la realidad y el fenómeno global del teatro.
¿Se trabaja así con menos presión?…
Así se trabaja con mejor goce en el placer, con más alegría y motivaciones más estimulantes.
¿Qué balance harías de tus trabajos en este campo?…
Comencé a trabajar como actriz y a estudiar interpretación a los 14 años. Me siento privilegiada por haber podido trabajar como actriz y directora en más de 60 montajes.
¿Cómo surgió el proyecto de Rudolf?…
La ambición de cualquier director o actor es que su obra o su actuación lleguen al corazón del espectador. Para que esto ocurra primero tiene que conmovernos a nosotros. Por eso no hago ninguna obra que no me conmueva. Es importante para mí que la obra remueva los conflictos del alma humana y se recoja el latido social y como diría Lorca, el drama de sus gentes.
¿De qué va la obra?…
Un hombre y una mujer.
Él con mutilaciones del cuerpo por la tortura física, y del alma, por la desaparición de sus hermanas y su madre en algún campo de concentración. Realiza una investigación de rutina a una ex amante de un criminal de guerra al que intenta localizar. Durante la obra va descubriendo que los une el amor por la música y la desesperación.
Ella pertenecía a esa clase media que perdió todo en la guerra, hasta su piano, y con ello a su amada música. Por ello vive en silencio.
A los dos los une la pulsión de vida, la necesidad de amor.
Son dos náufragos que se encuentran en una isla rodeada por los sonidos hostiles de una sociedad inmisericorde, demasiado ocupada en el nuevo estado de bienestar.
El contexto de un país devastado por la guerra en plena reconstrucción. La reconstrucción implica olvidar o evitar recordar que por debajo de cada edificio nuevo hay una gota de sangre de los muertos y desaparecidos.
Es una perfecta “unidad de contrarios” pero cabe aún la pregunta; ¿El amor puede triunfar sustentado en los pilares de una indiferencia criminal?
¿Cómo ha sido el proceso de creación?…
Intenso. Con los actores hicimos un profundo trabajo de campo. Partimos cada uno de nuestros conocimientos y nuestras vivencias para ahondar en los profundos traumas y heridas que dejaron en las víctimas las desapariciones, las torturas…tanto durante la dictadura militar argentina como durante la época de Franco. Aunque profunda y dura, la historia nos otorgó ciertos respiros gracias a su sentido del humor.
¿Se pueden realizar propuestas combativas y alternativas en estos tiempos de crisis?
En los tiempos de crisis es cuando hay que ser combativo y apoyarnos en la pasión que sentimos por revelar los conflictos humanos. Entonces no hay crisis que nos detenga. Si confiamos en ello tendremos la firme convicción de la imprescindibilidad del arte.
¿Cómo ves el teatro en nuestro país?…
Luchando desesperadamente por resistir y a sus gentes intentando no caer en el desánimo. No cabe duda que cuesta ser creativo con la crisis económica y social que estamos viviendo.
¿Qué proyectos tienes entre manos?…
Una nueva producción que estrenaremos en mayo interpretada por Nur levi. “Lo que no te digo” es un monólogo donde un personaje paranoico y cómicamente obsesivo tratará de descifrar los constantes mensajes “ocultos” tras las palabras.
Además tenemos en desarrollo también un proyecto audiovisual que pretendemos rodar este mismo año. Y el reestreno en las naves del Matadero el 8 de mayo de “Un trozo invisible de este mundo”.
¿Cómo crees que está afectando el aumento del IVA y los recortes a los proyectos de teatro?…
La subida del I.V.A. ha sido terrible para todo el sector cultural, fundamentalmente para el teatro. Para muchas salas y compañías ese margen era la diferencia entre subsistir o desaparecer .
¿Qué montajes que hayas visto últimamente te han interesado?…
Últimamente me parece muy notable la oferta de calidad que la cartelera de Madrid está ofreciendo. En estos tiempos hay un surgimiento mayor de producciones creativas y arriesgadas. Lamentablemente no tengo tanto tiempo para ver todos los montajes que querría. En la programación de nuestro centro, en el CNC-Sala Mirador he podido disfrutar de producciones que me han interesado muchísimo como “El rey tuerto” de Marc Crehuet, “Perdidos en nunca jamás” dirigido por Lucía Miranda de la Compañía Crossborder, “Fuenteovejuna, Un ensayo desde la violencia” dirigido por César Barló, “Una mujer en la ventana” dirigido por Juan Margallo, “Ejecución Hipotecaria” dirigido por Adolfo Fernández… podría enumerarte muchos…
Share this:
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Skype (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)
Relacionado
Esta entrada fue publicada el 7 de marzo de 2014 por querevientenlosartistas. Se archivó dentro de ENTREVISTAS y fue etiquetado con Adolfo Fernández, “Lo que no te digo”, “Perdidos en nunca jamás”, Centro de Nuevos Creadores, CNC, CNC-Sala Mirador, Compañía Crossborder, Ejecución Hipotecaria, El rey tuerto, FUENTEOVEJUNA, Juan Margallo, Lucía Miranda, Marc Crehuet, Nur levi, producciones Cristina Rota, Un ensayo desde la violencia” dirigido por César Barló, Un trozo invisible de este mundo, UNA MUJER EN LA VENTANA.
Deja una respuesta