«Cuando deje de llover» de Andrew Bovell en Matadero Madrid.

Se dice que la vida son dos días… pero en ese pequeño transcurrir pueden suceder muchas cosas, cosas importantes o simplemente anecdóticas aunque para nosotros pueden tener gran trascendencia. Andrew Bovell nos sitúa en dos espacios temporales diferentes para hablar de cuatro generaciones que han transitado por esas pequeñas anécdotas repitiéndose generación tras generación y que imprimen ritmo a nuestras vidas y a su dramaturgia: pintar una casa, comer esa sopa de pescado deliciosa,… todo un pretexto para hablar de temas trascendentales como la culpa, el arrepentimiento, el amor, el tempus fugit, el cambio climático o las creencias personales que modifican nuestra existencia…
«Cuando deje de llover» ha sido montada, muy acertadamente por Julián Fuentes Reta, en cuatro espacios correspondientes a las esquinas de una disposición «en arena» y que hace rotar a las cuatro generaciones que aparecen en la obra, dando el protagonismo justo a cada personaje para crear una obra coral en la que lo que importa son las ideas que expresan cada uno de ellos a través del pretexto de una creencia en una profecía: el nuevo diluvio que acabará con la especie humana.
Bovell crea una obra maestra en la que va componiendo el cuerpo de un vestido con retales temporales, sin conexión aparente hasta que todos aparecen pespunteados y compuestos en un traje perfectamente confeccionado para que el espectador espere paciente o impacientemente a probárselo. Ésto hace que se mantenga la atención constantemente sobre la escena, tratano de hilar cada retazo del patrón hasta que se consigue entrever la factura final. toda una obra de composición digna del mejor de los sastres y dramaturgos.
Luis Mª García Grande.
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