¿Cómo surgió Ildebrando Biribó?…
La primera vez que vi Ildebrando Biribó yo estaba estudiando en la escuela de mimodrama de Marcel Marceau, me fascinó. En ese momento (año 1997) no pensé en absoluto en que yo iba a hacer su versión en español. Cuando unos años más tarde coincidí en la RESAD con Iñaki Rikarte le propuse que me lo dirigiese, hicimos una versión bastante osada y diferente a la de Emmanuel, pero él vino, la vio y me dio lo derechos. Desde entonces han pasado más de diez añitos.
¿Cómo fue el proceso de creación?…
Lo recuerdo maravilloso. Y creo que en verdad lo fue. Ensayamos en un local del Paseo Extremadura, durante todo un verano. Ensayábamos, hacíamos la escenografía, venían compañeros a ver la evolución, a poner tornillos en el mueble, a pintar… fue un acto de amor por el teatro. Aportamos cada uno un dinerillo para comprar madera, pintura, comer… hubo mucha generosidad, ten en cuenta que éramos todavía estudiantes. Cuando creímos tenerlo listo para mostrar no sabíamos dónde, menos mal que la RESAD nos dejó su maravillosa sala García Lorca y entonces vimos toda la potencia de nuestro Ildebrando.

¿Cómo surgen las ideas para cada espectáculo que pone en pie la Compañía?…
Toda idea, creo, surge de un estímulo. Músicas, lecturas, películas o vivencias que crees que merecen la pena seguir contándolas o transmitiéndolas. El Cabaré de Caricia y Puntapié (con el que ganamos el Max al mejor espectáculo de teatro musical en 2010) surgió de un CD de canciones que teníamos por casa y que me encantaba oír. Ildebrando surgió de verlo sobre escena, Un Tal Pedro (versión de Peer Gynt) surgió de que estábamos estudiando a Ibsen en esos momentos, a veces las cosas surgen del número y tipo de actores que hay y creas algo para ellos. No hay que olvidar que el Teatro es Actor.

¿Qué balance haces sobre estos años 10 años de Ildebrando?…¿Cómo ha evolucionado la obra?…
El día del estreno vino Iñaki Rikarte a ensayar un poquito conmigo y creo que en nuestra mirada se leía lo ingenuos que éramos hace diez años. Nosotros hemos evolucionado, pero el espectáculo no tanto. Y para eso tiene que velar el director, para que no se salga de ciertos cauces con los que fue creado. Evidentemente ha ganado en seguridad, en concreción, en capacidad de comunicar… probablemente haya perdido en otras cosas que no sé, porque si las supiera intentaría recuperarlas. Lo queremos todo, ya sabes.

¿Qué evolución ha hecho la Compañía a lo largo de las diferentes producciones realizadas?…
Ha sido una Montaña Rusa. Con caídas al vacío espectaculares, subidas lentas y costosas, algún bonito paseo por las alturas, vuelta a caer… ha habido pérdidas personales importantes por el camino y también recuperaciones, errores, traiciones, premios, ovaciones, borracheras, momentos mágicos, presiones, risas, viajes, deudas, deudas, deudas… aplausos (por terminar con algo positivo).

¿Es importante tener unos colaboradores habituales en el equipo artístico y técnico?…
No sólo importante, es que no puede ser de otra manera. Un buen técnico que te acompañe en los proyectos es el 50% de que eso vaya adelante. Si además, como es el caso con mi jefe técnico, Alejandro Gallo, se implica personal y artísticamente entonces se convierte en un ángel, no obstante tengo varios “ángeles” que me arropan, mi diseñador Manuel Vicente, figurinista Marie-Laure Bènard, escenógrafo-attrezzista Manuel Pellicer… y por otro lado actores como Rafael Blanca o realizadores como Germán Roda que siempre sabes que puedes contar con ellos. Ha habido gente muy implicada: Alberto Huici, David Ardid, Carmen Barrantes, Jorge Usón… en temporadas o proyectos concretos de la compañía, luego cada artista sigue su propia estrella. Es difícil mantener una compañía como las de antes, que eran familias, pero me gusta tanto la idea… quizá en un futuro podamos arropar a un elenco estable. ¿Quién sabe?.

¿Cómo participan en los procesos de creación?…
La verdad es que como cada uno es tan profesional en su parcela, hay una confianza en que todos lo harán/haremos bien. Lo importante es comunicar bien la idea central al principio, luego cada uno la desarrolla y aporta. Todos somos diferentes, pero el objetivo es común y sólo suma.

¿Qué proyectos tenéis entre manos?…
La verdad es que hay varios, unos textos que estamos ensayando precisamente en El Sol de York y que, aunque no te puedo contar mucho, creo que verán la luz en febrero. Yo estoy buscando un nuevo solo en escena para completar la trilogía junto a “Ser o no ser” e “Ildebrando Biribó”, hay un bonito proyecto de Commedia dell´Arte para este verano por mi tierra (Aragón)… muchos sueños.

¿Cómo está afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a vuestra Compañía?
Pues como a todos, nos están enterrando en vida. Pero todo pasa. La incapacidad, la maldad y la ignorancia son signos de quienes nos gobiernan.
Pero hay que vivir el día a día, “creer que un cielo en un infierno cabe”.

¿Qué montaje que hayáis visto últimamente os ha interesado?¿Por qué?…
El último, último, ha sido “El Crédito” y efectivamente me ha interesado mucho. Soy un incondicional de Carlos Hipólito, creo que está en otra galaxia actoral, pero aparte de eso creo que es un ejemplo de teatralidad, de oficio desde la escritura. El anterior fue “Lúcido”, de mi admirado Rafael Spregelburd, una obra muy divertida y cruda a la vez: teatral, muy bien interpretada (también allí tengo una debilidad actoral: Itziar Miranda) y, sobre todo, osada. Creo que hay que mirar hacia los argentinos, saben mucho de este “negocio”.

Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
18 de diciembre de 2013 | Categorías: ENTREVISTAS | Tags: Alberto Castrillo-Ferrer, Alberto Huici, Alejandro Gallo, “El Crédito”, Cabare de caricia y puntapié, Carlos Hipólito, Carmen Barrantes, Commedia dell’Arte, David Ardid, EL SOL DE YORK, Germán Roda, Iñaki Rikarte, Ildebrando Biribó, Itziar Miranda, Jorge Usón, Lúcido, Manuel Pellicer, Manuel Vicente, Marcel Marceau, Marie-Laure Bénard, Peer Gynt, Rafael Blanca, Rafael Spregelburd, RESAD, Ser o no ser, Un Tal Pedro | Deja un comentario
El poder corrompe… no solamente a los políticos sino a todo lo que les rodea. Las relaciones que se establecen entre el hombre y el poder es lo que ha preocupado a Alistair Beaton al escribir esta obra, que trata de ser un reflejo, no sabemos si muy fiel, de la realidad y día a día de los políticos.
Feelgood, ganó el Premio Evening Standard a la Mejor Comedia en 2001 y, desde entonces, se ha estrenado con éxito en Estados Unidos, Canadá, Alemania, Dinamarca, Austria, Portugal, Eslovenia, Estonia, Finlandia y Hungría.
La publicidad y marketing creados para esta obra no tienen nada que ver con lo que se nos va a proponer sobre el escenario. Al ver el cartel de Feelgood, con Fran Perea a la cabeza, seguido de Manuela Velasco, pensamos en altos ejecutivos, en carreras por el dinero, en jóvenes pero sobradamente preparados, … pero a nivel privado, de empresa. De repente nos encontramos en algo que tiene que ver con los políticos y cómo nos venden sus ideas.
La obra nos mantiene en tensión durante el tiempo que dura, como si estuviésemos trabajando constantemente para mantener ese puesto que no podemos perder y los actores contribuyen a mantener este ritmo de manera que deben acabar agotados tras la representación.
Merece la pena prestar atención a la escenografía creada por Uxua Castelló que ha utilizado la icónica Lámpara Fase, conocida como «Presidente» para hacer que todo este entramado de poderes gire en torno a ella.
En definitiva, una buena adaptación de la mano de Alberto Castrillo-Ferrer que nos mete de lleno en los entresijos del poder político y sus peligros y consecuencias.
Luis María García

Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
12 de mayo de 2013 | Categorías: CRÍTICAS, TEATRO | Tags: Ainhoa Santamaría, Alberto Castrillo-Ferrer, Alistair Beaton, feelgood, fran perea, Javier Marquez y Jorge Usón, Jorge Bosch, lampara fase, Manuela Velasco, Marie-Laure Bénard, matadero, The blue stage family, Uxua Castelló | Deja un comentario
Debe estar conectado para enviar un comentario.