Madre Coraje de Bertold Brecht en el Matadero de Madrid
La Compañía Atalaya dirigida por Ricardo Iniesta trae a Madrid su versión de Madre Coraje, un texto que no pierde actualidad, desgraciadamente, ante un mundo que vive de las guerras y sus desastres. La primera imagen del espectáculo es emblemática y de rabiosa actualidad, nos muestra unos seres encaramados a un muro de alambradas que simboliza todas esas fronteras que nos separan en este tiempo de países sin sensibilidad para entender que los límites solo traerán odio y tragedia. La obra transcurre entre secuencias de musicalidad y teatro épico, consiguiendo que el público entienda que, ante el dinero, no hay nada que se resista, ni siquiera la sangre propia. Un espectáculo conveniente en estos tiempos de ética light.
Adolfo Simón
Borja Rodríguez: En el mundo globalizado de los acontecimentos virales virtuales, el Teatro es la experiencia, el acontecimiento, lo que sucede, lo auténtico.
¿Cómo surge el proyecto de La hermosa Jarifa?…
El núcleo somos un grupo de profesionales que llevábamos tiempo coincidiendo esporadicamente en espectáculos y que teníamos muchas ganas de juntarnos a contar lo que a nosotros nos apetecía, pues nos entendemos perfectamente, a veces, sin necesidad de abrir la boca. Queríamos hacer un clásico diferente, que contara cosas potentes y que nos ofreciera otros ojos para la puesta en escena. Yo tenía en mente la Historia del Abencerraje desde muy joven, y fuimos a por ello.
Háblanos del montaje…
Desde el principio tratamos de apelar a la imaginación del espectador, con una voz antigua, muy hermosa, como la de los cuentos arcaicos ilustrados con miniaturas preciosas, para meterlo rápidamente en una emboscada por los campos de olivos de Andalucía, en tierra de frontera con la luna presente. Esto te atrapa. A los cinco minutos sucede una lucha a espada de uno contra cinco que pone los pelos de punta, y pronto descubrimos que los motores que provocan esa lucha no permiten a los contrincantes terminar de arrancarse el corazón allí mismo -que es lo que realmente desean-. Entonces vamos descubriendo qué es realmente lo que ocurre allí; viajamos a la Granada de los Abencerrajes, a la tierra de Al Ándalus, a la vida en frontera, y a una historia de entendimiento entre dos seres completamente diferentes, pero donde cada uno encontrará su virtud en la piel del enemigo.
¿Hubo ocasión durante el proceso para que los actores aportasen ideas en la puesta en escena?…
Por supuesto. Un actor, por oficio, hace lo que tú le digas, pero eso son zapatos prestados. Parto del convencimiento de que si les das la oportunidad de encontrar sus tesoros, los harán suyos y los defenderán a muerte.
¿Cómo ha sido el trabajo con ellos?…
Soy padre desde hace cinco años y medio. Esto me ha dado la oportunidad de ver mi trabajo con otros ojos, y aportar lo que he aprendido en este sentido; motivar un proceso, plantear las cosas como proyectos, jugar, sorprendernos… pero llega el momento de la Educación Responsable, en el que hay que atar bien los lazos de ese «juego» y negociar a favor de las bases de lo que quiero; pero ya todos saben las reglas del juego.
Quiero destacar que en ese proceso, he tenido la inmensa suerte de contar con Nuria Castejón y Cristina Arias (danza y movimiento) Pepa Pedroche (voz, verso y coros) Pedro Almagro (Lucha escénica), Alberto Pérez Centella (Música) y Anabel Maurín (Ayudantía de Dirección) donde cada uno ha ayudado a conformar este inmenso puzzle.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear esta obra?…
Hay mil. Mi primera formación en Arte Dramático la cursé en Andalucía, en Córdoba, donde viví un total de diez años. Vivía en la Judería, junto a la Mezquita, donde unos cristianos aterrizaron una catedral en mitad de sus naves hace unos cuantos siglos. La Prestación por Objeción de Conciencia la hice en el Museo Arqueológico de Córdoba, y estudié al tiempo Historia del Arte, donde aprendí a amar el Arte Musulmán. Teatralmente, desde pequeño, y como no me gustaba el fútbol, mis ídolos han sido diferentes, pues a mí no me gustaba Butragueño o Hugo Sánchez, sino Helena Pimenta, Etelvino Vázquez, Ricardo iniesta, Agustín Iglesias, Lluis Pascual, etc… y creo que todos están ahí inevitablemente.
¿Cómo surgió la invitación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico?…
Pensamos que una propuesta así debía estar desde el principio en la mesa del Clásico. lo propusimos. Siguieron el proyecto desde el comienzo. Vieron el resultado y aquí estamos.
¿Por qué haces teatro?…
Pues eso mismo digo yo… llevo un buen rato intentando contestar esta pregunta (39 años) y soy incapaz…
Háblanos de tus últimos proyectos…
Los 900 días (El Camino de la Vida) una obra sobre la supervivencia de una compañía de Cómicos dentro del Cerco de Leningrado, donde la gente se comía unos a otros, y donde entendieron que su Cultura sería la tabla de salvación, así se dieron las últimas piruetas al Arte y a la Expresión artística ¿Sabes que durante los tres años de asedio, de guerra y de hambre no cerraron los Teatros en Leningrado? Esta función, Los 900 días, se presenta en Mayo e inicia gira en Octubre. Este proyecto es dentro de mi compañía -La Morgue- pero también dirijo y escribo para otras compañías.
¿Qué balances haces de tus trabajos como director de teatro?…
Hay dos pensamientos en contradicción: cada proyecto que encaro parece que comienzo de cero; pero al mismo tiempo parece que he estado preparándome toda la vida para ese nuevo proyecto.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
En el mundo globalizado de los acontecimentos virales virtuales, el Teatro es la experiencia, el acontecimiento, lo que sucede, lo auténtico.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro en España?…
El IVA es sólo una parte de la devastación inmensa. Es intencional: la gente tiene que conformarse con trabajar, tiene que conformarse con comer, tiene que conformarse con respirar, y estar agradecido por ello. «Ni un español sin pan ni un hogar sin lumbre». Así se podrá hacer lo que se quiera con ellos, robar en su cara, traerlos de aquí para allá…
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…Edipo, dirigida por Sanzol, y Antígona, dirigida por Miguel del Arco. Me ha conmovido mucho el trabajo en común de una forma de afrontar el texto y saber que hay esperanza hacia las formas de reflexión (de la estética, de la dramaturgia, de la interpretación). Allí hay directores, iluminadores, escenógrafos, etc trabajando con un sentir común y sin muchas ganas de concesiones.
¿Proyectos futuros?… Lo más inmediato es que acabo de empezar ensayos sobre un texto del Satiricón de Petronio que es una auténtica preciosidad, con tres actores inmensos: Pepe Viyuela, Elena González y Susana Hernández, y un equipo de creación y producción de lujo, que se estrenará en Octubre. Me siento muy afortunado y entusiasmado.
¿Cómo ves la situación teatral en nuestro país?…
Si a ti te duele un brazo, automáticamente demandas sanidad, buscas un médico. Pero si tú tienes una carencia cultural, no buscas una biblioteca, un cine, un teatro: te embruteces. El público que se está destruyendo no podemos confiar en que volverá.
¿Se pueden hacer propuestas combativas hoy en día?…
«Decía Artaud que nuestra forma de expresión debería parecerse a los gestos que hacen entre las llamas los condenados a la hoguera.» En fin. Luego nosotros tratamos de sobrevivir.
Un viaje a nuestras piedras más antiguas por Carmen Losa
Los días 10 y 11 de julio se ha desarrollado en el Teatro Central de Sevilla el I Foro Internacional de Teatros Romanos de Andalucía con la participación de especialistas de todos los sectores que tienen que ver con el teatro grecolatino. La visión desde la que hemos podido acercarnos a estos espacios ha sido amplia y bastante profunda a pesar de la agilidad de las ponencias que se sucedían en el foro, dentro de un programa bien organizado por Guillermo Galán y Antonio Tejedor.
En la web http://www.teatrosromanosdeandalucia.es se puede ver la declaración de intenciones que fundamenta el evento: La idea central del I Foro Internacional de Teatros Romanos de Andalucía es dialogar acerca de los teatros clásicos desde varios puntos de vista: el del arqueólogo que investiga y excava; el del arquitecto que restaura y acondiciona; el de los creativos que escriben, diseñan, producen y dirigen; el de los técnicos que ponen en funcionamiento los espacios y, especialmente, el de los usuarios últimos a los que todo el trabajo está dirigido: el público, tanto turistas como espectadores.
El programa de las jornadas comenzaba con una sesión dedicada al aspecto más académico, aunque la primera ponencia, que disertaba sobre la comedia grecolatina, corría a cargo de José Luis Alonso de Santos, un auténtico comunicador, tan sabio como ameno. Después habló sobre la tragedia Francisco Socas, que expuso las dificultades que suponía adentrarse desde la escena en el universo de Séneca.
Se insertaba entre las ponencias la presentación de la programación de los Teatros Romanos de Andalucía: Itálica, Málaga y Baelo Claudia, compuesta por siete producciones: Dos comedias de Plauto: Los gemelos y Amphitrión; Augusto fortuna pública dolor privado, una dramaturgia llevada a escena por La Tarasca, La bella Helena de Troya, contada en clave de comedia musical, Las bacantes de Eurípides, Medea la extranjera, un trabajo muy sugerente de Atalaya y la Lisístrata de Aristófanes.
Por la tarde los ponentes nos mostraban el esfuerzo por la recuperación de los espacios en un interesante recorrido que nos desvelaba el trabajo de arqueólogos e investigadores sobre el Teatro Griego de Siracusa, y los Teatros Romanos de Mérida y Acinipo (Ronda).
Luego vino la parte que más nos apasiona a los teatreros, la recuperación de esos lugares monumentales para los fines para los que fueron creados: la representación teatral. Ahí empezamos a ver cables camuflados entre las piedras, focos, entarimados, dotación de camerinos, disposición del material y elementos necesarios para la consecución del hecho escénico. En esta sección pudimos disfrutar con el conocimiento práctico de Guillermo Galán en su faceta de director técnico, del iluminador Juan Gómez Cornejo, del escenógrafo Damián Galán Nogales y del director de Atalaya, Ricardo Iniesta. En la parte sobre infraestructura y legislación escuchamos con interés al ingeniero industrial Enrique del Pozo y al especialista en prevención y evacuación Germán Pérez Zavala. Para terminar, la ponencia de Jesús Cimarro, actual director del Festival de Mérida.
Esta es la primera edición de un foro que al que deseamos larga vida. Es necesario recordar la historia para dar sentido a nuestra profesión, para que veamos más allá de las piedras que han perdurado a través de los siglos y rescatemos con respeto y admiración las ceremonias con que se iniciaron los oficios de la interpretación y de la escritura y del artefacto. La tragedia primero y luego la comedia. Ritos que formaban y transformaban. Voces que llenaban los espacios, palabras y sonidos, representaciones a la puesta de sol…
Muy recomendable este viaje a nuestros clásicos más antiguos, que las más de las veces nos sorprenden por su vigencia y resultan más modernos que algunas de las moderneces que ocupan nuestros escenarios.
Carmen Losa
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