Verónica de Carlos Molinero en el Teatro Maravillas
En 1988 Verónica murió con unas tijeras clavadas en las tripas en la fiesta de 3ºE para el viaje de fin de curso. Un suicidio inexplicable para todo el mundo excepto para sus cuatro mejores amigas. Ellas sabían que esa muerte estaba relacionada con una sesión de espiritismo realizada días antes.
Pero muertas de miedo no se atrevieron a decir nada y siguieron con su vida como pudieron.
25 años después vuelven a donde ocurrió todo. Pero Verónica no ha vuelto. Ella nunca se fue. Estas líneas nos sitúan en el inicio del espectáculo Verónica. El terror es una de las cosas más difíciles de escribir y todavía es más complicado conseguirlo en escena; a pesar de que el teatro es un espacio cerrado, no siempre se consigue esa atmósfera que nos haga sentirnos atrapados en la butaca, mirando de reojo constantemente hacia atrás. En esta ocasión se consigue en gran medida, tal vez ayuda el propio espacio teatral, pues tiene ese ambiente que podría asemejarse a un instituto cerrado donde todo puede ocurrir, lo deseable y lo temido. Verónica se asemeja a muchas de las historias que hemos visto en el cine y que se han quedado grabadas en nuestro imaginario, pero aquí, se añade que no es algo enlatado, ocurre allí, ante nuestros ojos y no podemos escapar porque estamos igual de atrapados que los personajes. La atmósfera del lugar está muy bien conseguida así como los efectos terroríficos. Y las cuatro actrices están estupendas en ese juego de atreverse a enfrentarse a sus fantasmas, aunque para ello tengan que pagar un terrible precio.
Adolfo Simón
CECILIA SOLAGUREN nos habla de sus proyectos para la escena
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Pues creo que mi pasión por este oficio me viene de familia. En mi casa el arte siempre ha estado muy presente. Mi madre ha tenido una escuela de música y danza en Bilbao durante 25 años, mi padre es un lector empedernido, escribe poesía ahora que es dueño de todo su tiempo, y mis hermanos se dedican a las música. Tengo recuerdo de hacer teatro en verano, en Murguía, una obra de teatro que escribía mi padre y dirigía mi madre, y participábamos todos los jóvenes de Vitoriano, un pueblito de Alava, y era un gran acontecimiento. Curiosamente me ponía muyyy nerviosa y a veces no salía al escenario, y creo que esa responsabilidad que tenía ya de pequeñita, presagiaba que mi interés por el teatro era muy grande.
Ya con 18 años, mi madre me “empujo” a hacer un taller en Canet de Mar con Comediants, verano del 89, un mes de vivencia y trabajo con Comediants y a partir de ahí decidí ir a la RESAD. Y hasta hoy.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria en la interpretación?…
Positivo. A veces pienso que hacer teatro me ha salvado y me ha enseñado a vivir de manera mas consciente. Es una profesión complicada donde te pones a prueba constantemente, y hay que aprender a vivir así. Siento que he trabajado en sitios muy diferentes, personajes muy distintos con gente muy variada y mi crecimiento personal va muy ligado a lo que voy haciendo en un escenario. Hay mucho por hacer y pelear.
¿Qué sentido ha de tener el teatro para la sociedad en la que vivimos?..
Debería ser una brújula, un espejo de lo que es nuestra sociedad. El teatro debe ser un lugar donde se pueda observar los comportamientos humanos de manera libre. El teatro debe tomar el pulso a nuestra sociedad y servir para “vernos” reírnos y tomar nota de cómo estamos. Una especie de terapia colectiva.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?¿Qué te anima a participar en ellos?…
De muchas maneras diferentes. En ocasiones los proyectos parten de “cerca”. Yo he puesto en marcha algún proyecto propio, como productora y actriz, el último Vitalicios, de Sanchis Sinisterra. Me han llamado para participar en proyectos únicamente como actriz. A veces caes de rebote en algún proyecto, otras por prueba…Muchas maneras, aunque es verdad que cada vez tengo mas impulso para hacer cosas propias, tengo mas claro que es lo que quiero contar y como lo quiero contar.
¿Cómo surgió tu participación en Verónica?…Háblanos de este proyecto y tu trabajo en él…
El proyecto nace de Carlos Molinero, guionista y Ana Villa, actriz. Ellos me llamaron para participar en Verónica. Carlos escribió un texto estupendo de cuatro amigas y a mi me tocó un personaje precioso, una “hermana teresiana” con secretos…Ellos empujaron hacia delante el proyecto. Entro Gabriel Olivares en la dirección junto a Carlos, “El reló” en la producción y todo se puso en marcha. El equipo se completó y nos pusimos a trabajar.
Es una función de teatro de terror. Un genero muy común en el cine pero en teatro…estamos abriendo camino!. Hay alguna obra de terror, pero está es nueva nueva. Estamos investigando mucho sobre las técnicas y recursos para provocar miedo. Es muy parecido a la comedia, es algo muy fino, el terror como el chiste, están en algo muy técnico y en conocer bien cuando y como tienes que actuar para conseguir lo que quieres. Todo un mundo. Estoy aprendiendo mucho.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…
He puesto en marcha, junto con un gran equipo, una obra de Sanchis Sinisterra que se llama Vitalicios. Dirigida por Yayo Cáceres y con Ricardo Reguera y Candela Fernandez, y yo de actores. Un proyecto propio que espero que nos de muchas alegrías mas. También acabamos de terminar un poema recitado de Sylvia Plath, dirigido por Jesús Cracio en interpretado por Vicenta N´dongo, Violeta Pérez, Celia Laguna en el piano y yo. Un espectáculo muy delicado, emotivo y necesario.
¿Qué proyectos tienes entre manos?…
Verónica, Vitalicios y un par de obras de teatro que queremos poner en marcha en breve.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Está afectando mucho, sin ninguna duda. En otros países este iva es 0 o es mínimo. Eso facilita mucho las cosas. Facilita las cosas y te das cuenta de que las administraciones “cuidan” a sus actores y sienten que son necesarios. Y que las características de nuestra profesión son muy concretas y específicas.
En nuestro país, siento que hay un descuido y una falta de conocimiento de nuestra profesión por parte de la administración, enorme. Nosotros no trabajamos todos los días, ni todos los meses, a veces estamos años sin trabajar!!! Nuestra profesión es así, y en base a esas características debería configurarse las maneras para poder seguir ejerciendo nuestra profesión con dignidad y con dedicación.
Y no es pedir demasiado, es pedir que nos dejen hacer nuestro trabajo sin ponernos piedras en el camino.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Un trozo invisible de este mundo, con Juan Diego Boto. El está impresionante, y lo que cuenta es muy necesario. La escenografía de Carlos Aparicio y Mencheta es brutal. Está contado con inteligencia, talento, humor y mucho conocimiento de lo que está manejando. Un placer, emocionante. Es de estos espectáculos que te dejan “eco” para siempre.
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?…
Unirnos, unirnos y unirnos. Ahora mas que nunca los equipos son necesarios. Dentro de la escena y fuera. Dentro, para desarrollar proyectos interesante y comprometidos, donde haya diversidad de opiniones para llegar a lo bueno. Y fuera de los escenarios, para no dejar que nuestros derechos se vean pisoteados, y hagamos que nuestra profesión sea fuerte y con buena voz.
La hora golfa del Microteatro por dinero
A veces, se piensa, erróneamente, que en las programaciones paralelas en los espacios escénicos, habrá trabajos menores…Pues en este caso, lo que se puede disfrutar en las funciones golfas de Microteatro por dinero está a la altura del resto de las pequeñas joyitas del lugar…Este mes el tema ha sido…Por nuestros clásicos…y en el pack del viernes y sábado había caprichos escritos y dirigidos por profesionales de reconocida trayectoria como Felix Sabroso, Carlos Molinero, José Ignacio Tofé y Verónica Larios…y el plantel de actores también era espléndido…Cecilia Solaguren, Eleazar Ortíz, Ana Villa, Jorge Monje, Aixa Villagrán, Manolo Soto y Las Grotesqués.
Adolfo Simón
Historias del Chiscón(HdC) en La Casa de la Portera
¿Por qué no echar pimienta a la mayonesa?…¿Por qué no mezclar churras con merinas?…¿Por qué no sumar y componer un puzle sobre la realidad que vivimos o con la que se nos viene encima a partir de textos de diferentes autores?…¿Es un disparate?…Puede ser…¿Y?…¿Qué harías si te quedase un minuto de vida?…Pues seguramente vaciar toda la mierda que llevamos en la cabeza. Y ese parece ser el hilo conductor de esta propuesta, en la que han tenido que poner en sintonía muchas historias montadas por varios directores…Y han debido congeniar porque no hay nada extraño o en desequilibrio que haga pensar que allí hubo problemas de comunicación. Miguel Ángel Cárcano, Quino Falero, Rulo Pardo y Diego Sabanés dirigien algunas de sus propias historias o en el caso de Quino Falero, las que escribió Denny Horror, Carlos Molinero y José Ignacio Tofé. Y todo junto, una vez llevado al punto, se transforma en un caramelo acido pegado al paladar de la boca, si, reímos pero por momentos se nos queda la risa congelada porque estamos riendo de aquello que nos duele y no entendemos…De este mundo en el que somos extraños en un paraíso del que, otros, tienen la llave…De nuevo un acierto en este espacio que se multiplica sin derribar paredes y sin instalar grúas que muevan al público, ya lo consigue la imaginación y el buen hacer de los intérpretes. Y al final…un OSCURO dicho a plena luz…Por un momento pensé que saldría Gila y diría aquello de…»¿Está el enemigo?… Que se ponga.»
Adolfo Simón

























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