Antonio Muñoz de Mesa nos habla de su experiencia con el teatro
¿Qué es el teatro para ti?…
El Teatro es un juego de descubrimiento de uno mismo a través del otro. Es un «pilla pilla» donde el actor se la liga y el espectador trata de que no le capturen. Si el espectáculo es bueno, el espectador se la termina ligando.
¿Por qué haces teatro?…
Por lo mismo que hago pis. Está el riñón, el uréter, la vejiga, la uretra, las glándulas sudoríparas, los pulmones, el hígado y el Teatro.
¿Cómo surgió el proyecto de La Visita?…
Leo una noticia en la prensa: «La Iglesia equipara el abuso sexual de un cura en Holanda con un accidente laboral». No me lo puedo creer. Escribo el texto entre otras cosas para «entender» esta noticia. Lo termino y se lo doy a Olga Margallo, a Iván Villanueva y a Rosa Mariscal. Les gusta y lo hacemos 🙂
¿De qué va el texto?¿Cómo ha sido el proceso de escritura?…
El Texto va de cómo el beneficio económico se coloca por encima del bien común en una institución supuestamente altruista. «La Visita» es un thriller donde se pone de manifiesto cómo el ser humano corrompe las instituciones que supuestamente le protegen. El proceso de escritura fue muy interesante porque al principio lo escribí para dos actores y terminé cambiando el personaje del agente de seguros por el de una mujer para añadirle otro conflicto más: el de la lucha de sexos. Las instituciones religiosas, en su gran mayoría, siguen imponiendo el Patriarcado. El otro día mi hija me preguntó que por qué Dios es hombre y con barba y no mujer y con minifalda.
¿Qué lectura escénica se ha hecho en la puesta en escena sobre tu texto?…
Hemos jugado básicamente con el lenguaje del thriller y con un proceso simbiótico donde ambos personajes, al principio enfrentados, se transmutan el uno en el otro. Una especie de «milagro» en el que la agente de seguros termina dando el sermón de la montaña y el sacerdote hace apología de los mercados. Desde el punto de vista plástico se juega con la metáfora del fútbol como elemento que aglutina la Iglesia y el Mercado.
¿Qué balance haces de tus últimos proyectos como autor?…
Estreno lo que escribo. No puedo pedir más. El balance es muy bueno desde este punto de vista porque me permite madurar como autor. Puedo ver físicamente lo que sólo estaba escrito en papel. Puedo observar la reacción del público a lo que escribo. Puedo sacar conclusiones de lo que funciona, de lo que emociona y también de lo que falla o es pretencioso.
¿Cuál ha sido tu evolución como autor?…¿Estás escribiendo algún texto ahora?…
Estoy escribiendo un nuevo texto que espero estrenar la temporada que viene y esta temporada estreno «La Mala Memoria», dirigida por Julián Fuentes-Reta con Ruth Gabriel, Liberto Rabal, Asunción Balaguer y Carlos Álvarez Novoa. Como autor soy cada vez menos exhibicionista y más técnico. Me interesa mucho más la carpintería teatral como medio para contar una historia y provocar emociones que encontrar un «estilo propio». Hace años mi obsesión era imponer «mi estilo» a una historia. Hoy no. Es una liberación.
¿Cómo ves el panorama teatral en nuestro país?…¿En nuestra ciudad?…
El Teatro tiene que profesionalizar aún más sus herramientas de captación de público. Desde el punto de vista artístico no tenemos tanto problema. Hay profesionales muy buenos en todas las áreas. Me preocupa más la comunión con el público. Madrid está profundizando en su relación con el público a través de nuevos espacios y propuestas, como «La Casa de la Portera» pero necesitamos renovar también los espacios «tradicionales» para que no se relacione el Teatro con la Arqueología. Mi hija me cuenta que a veces ella tiene la sensación de que la llevan al Teatro como la llevarían a ver vasijas de la Grecia Clásica. Propuestas como «Mi Primer Clásico» que ha puesto en marcha el equipo de Helena Pimenta son revolucionarias porque incluyen al espectador en la estrategia de programación. En una estrategia de programación el espectador debería tener el mismo peso que los autores, los directores y los repartos que se proponen. El público es la estrella del evento teatral. Con esto no estoy diciendo que hay que darle al público lo que quiere ver. Entre otras cosas porque el público (y me incluyo) lo que quiere es «DESCUBRIR», y este verbo se carga el argumento anterior.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes en las ayudas al teatro?…
El verbo «afectar» se queda muy corto. La subida del IVA es Terrorismo de Estado. La identidad y el valor de las personas madura con la Educación, la Cultura y la Sanidad. Las consecuencias de estas «políticas de ajuste» se pueden resumir en el «sálvese quien pueda». En este país estamos secuestrados por un bipartidismo artificial que se empeña en rentabilizar las dos Españas para perpetuar unas organizaciones que ya no nos representan de manera adecuada. Se supone que «la masa» es ahora más inteligente y tiene más voz y criterio que cuando se crearon las democracias del siglo XIX. La militancia y las ideologías deben dejar paso a «las inteligencias» y a las ideas. El Teatro también vive secuestrado por su «Síndrome de la Izquierda». Los espejismos ideológicos nos impiden avanzar hacia una sociedad donde la tecnología, la educación, la economía y la cultura se pongan al servicio del bien común. Estoy hablando de una sociedad en red que a su vez sirva de red (para caídas como las que acabamos de sufrir). Lo mismo que la industria discográfica, cinematográfica y editorial están haciendo una transición de lo analógico a lo digital donde el público influye en los productos que demanda, la Democracia está obligada a abrirse y descentralizar sus centros de decisión. La clase política le tiene miedo al ciudadano en lugar de aprovecharse de su potencial. Desde este punto de vista el Teatro debe ser incluyente y no excluyente. Es una de las misiones del arte. Lo más radical que podríamos hacer ahora desde los escenarios es «desradicalizar» al espectador. Liberarle de la herencia «Izquierda vs Derecha». No hablo de ser apolítico. Hablo de actualizar unos modelos políticos que provocan mucho sufrimiento en el mundo. Desde el Teatro podemos contribuir a esta evolución contando historias que empoderen al espectador. Se ha hecho siempre. Mira «Antígona» de Sófocles.
¿Qué obra has visto últimamente que te interesase?¿Por qué?…
«Los Iluminados», «Cosas Nuestras de Nosotros Mismos» y «Feel Good». Tres espectáculos muy distintos que demuestran un altísimo nivel artístico y una comunión brutal con el público. Espectáculos muy emocionantes y comprometidos sin ser militantes. Me gusta el Teatro que tiene muchos niveles de lectura pero que nunca sacrifica el elemento popular de «enganchar» al espectador. En este sentido me encanta el Teatro Aficionado. Cuando me peleo con mi profesión voy a ver a grupos aficionados 🙂
¿Alguna idea para seguir creando en estos tiempos de crisis?…
Lo peor que podemos hacer en estos tiempos es rebajar la calidad de lo que producimos. La salvación está en seguir buscando la excelencia. Seguir teniendo como norte la calidad de los espectáculos.
JULIÁN FUENTES nos habla de sus experiencias teatrales
¿Cómo surge el proyecto de Los Iluminados?…¿De qué va la obra?…
Surge a raiz de un viaje de Jorge Muriel a Nueva York, actor e impulsor del proyecto, donde toma contacto con Derek Ahonen y su compañia ‘Los Amoralistas’, que le facilitan el texto. A su regreso, Jorge y yo hablamos y hablamos del texto y finalmente decidimos empezar la larga marcha para montarlo; de esto hace mas de dos años. Puede decirse tambien que el proyecto nace de nuestra necesidad de contar historias aqui y ahora, historias que nos confronten, nos aludan y, en este caso concreto, nos diviertan enormemente. La obra escrita en el 2008, y precursora de lo que sucedió después a nivel global, es una comedia salvaje que narra el comienzo de la larga caída que hemos y estamos sufriendo. Velarde, Amor, Amanecer y David son cuatro activistas políticos que viven y regentan el restaurante vegano “Los iluminados”. Esta particular familia batallará con uñas y dientes para mantener a flote su idea de utopía, frente a las profundas contradicciones internas y externas de vivir en el corazón de un sistema que se hace pedazos. Los iluminados es el retrato de una generación atada a un edificio que se derrumba, y cuyos lastres residen, ante todo, dentro de ellos mismos.
¿Hiciste algún tipo de búsqueda o documentación sobre el tema antes de empezar a dirigirla?…
La obra trata acerca de las incogruencias del sistema en que vivimos, y mas aun, creo yo, de la carencia de fe absoluta de cualquier conjunto de reglas establecidas, ya que todas ellas (religion, civismo, politica) no han evitado que estemos metidos en una crisis etica y economica galopante. A raiz de esto, debimos investigar en el principio del fin, es decir, la configuración del pensamiento contemporaneo, el comienzo del entorno ideologico que ahora está acabando. Esto nos llevo hasta Nietzsche, al que elegimos como ‘bastión’ filosofico del trasfondo de la obra, pero tambien a pensadores contemporaneos como Alan Sokal, Noam Chomsky y Meredith Haaf, entre otros, y a manifiestos ‘subversivos’ como ‘La insurreción que viene’ de ‘El colectivo Invisible’, los manifiestos de UnaBomber, y el movimiento de los ‘Anonymous’. Fuimos leyendo, hilando, entendiendo y manifestando. Otra gran busqueda fue la de el entorno estetico: nos dimos cuenta que las grandes leyendas de nuestro tiempo, los idolos de este mundo que acaba, eran siempre musicos, artistas o creadores que acabaron con su vida antes de tiempo, una suerte de ‘Cristos’ del rock’n’roll y la imagen. A raiz de ello, hicimos una investigación en el entorno de estos ‘salvadores’, tales como Jim Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Ian Curtis, Bon Scott, Freddie Mercury, Joey Ramone… en fin, los santos martires del rock’n’roll. De ahi que toda la musica que se escucha en primer y segundo acto sea, siempre, de uno de estos ‘santos’ desaparecidos. Esto nos llevo a preguntarnos el porque de ese deseo de trascendencia, manifestado por la admiración a estas figuras. Y nos fue llevando a la conclusion del montaje, tercer acto, del que hablaré poco. Hay que verlo.
¿Cómo ha sido el proceso de puesta en escena?…¿Con los actores?…
Lo esencial era que la obra fuera intensa, casi desquiciadamente vital, fuera de toda regla de decencia o civilidad, y al mismo tiempo careciera de amargura o cinismo. En suma: debia ser potente pero no agresiva (aunque habrá quien encuentre fragmentos sin duda muy ofensivos, pero eso ya responde mas a las creencias y prejuicios de cada espectador). Caminar por este filo ha sido para los actores, los diseñadores, y yo mismo, algo fascinante y arduo. Pero tremendamente gratificante. El trabajo con los actores es la propuesta misma, apuntalada por una propuesta visual basada en elementos de la proporción renacentista, que quise incluir a raiz de la tematica de la obra. Para mi, el teatro necesita y quiere estallar, romper con el post-modernismo, el eclecticismo en el que todo cabe y nada es esencial, y encontrar un forma clara de discurso, una verdad sencilla y que implique, sin embargo, cientos de circunvalaciones del pensamiento. Y esto, curiosamente, identifica lo que tengo en mente con ese periodo de la historia. Pero insisto, la obra son los actores, sin ellos y su viaje nada cobraria sentido.
¿Qué balance haces de tus últimos trabajos como director?…
Han sido un viaje intenso, quiza hacia la conclusion que he citado en la pregunta anterior. De ‘If I drown I can swim’ de Maitland Schanaars, mi ultimo proyecto en Australia antes de regresar a España y montar ‘El proyecto Laramie’, ya con Jorge, desquitarme de una espinita que tenia clavada con ‘Mundos Posibles’ y conocer la potente dramaturgia de Lola Blasco gracias a ‘Los hijos de las nubes’ y ‘El proyecto Milgram’, he sentido andar un camino de busqueda concreta que me está llevando a un lugar de mucha claridad, a un lugar donde sé, al menos por ahora, lo que quiero hacer y como hacerlo. A veces lo pondré al servicio de proyectos que manen de mi, y otras al servicio de hacer una buena artesania teatral, pero siento que la dedicación al trabajo va dando sus frutos, quiza no a nivel de proyección laboral, pero si a nivel de claridad de las propuestas en las que voy trabajando. Y aun me queda mucho, mucho camino que recorrer para llegar a donde quiero llegar…
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Hoy mas que nunca, como dijo Javier Albalá, actor de ‘Los iluminados’ para una entrevista, el teatro es un lugar donde se plantan semillas que pueden germinar directamente en la manera en la que la gente puede afrontar los conflictos sociales en los que vivimos inmersos. El teatro es una herremienta de cambio, y durante años nos han intentado convencer de que era solo ocio. Bien, ya es hora de que las cosas vuelvan a su lugar, y aunque nos intenten aplastar con el IVA y con las limitaciones presupuestarias, vivimos una gran oportunidad. Como ya no queda pastel que repartir, espero que todos los creadores hagan por fin lo que deben hacer: lo que les de la real gana, sin preocupacion de quedarse fuera del ‘sistema’. El sistema se está yendo a la mierda, asi que no poco a poco ya no quedará nadie ahi a quien ‘contentar’. Esto puede suponer una revolucion en el medio. Eso espero.
¿Qué te motiva para llevar a cabo un proyecto teatral?…
La necesidad y la certeza de que tengo que contar esta historia. Y ultimamente tambien la necesidad de mantener a mi familia: acabo de ser padre, y bien cierto es que la vida se ve de otra manera. La necesidad de poder hacer las dos cosas al mismo tiempo se va convirtiendo en un reclamo de dignidad y una batalla aun mas dura.
¿Crees que afectará mucho la subida del I.V.A. y los recortes en las ayudas para el teatro alternativo?…
Creo que ya he respondido a esto, pero incidiré en el hecho de que nos estan intentando asfixiar. Para que luego digan que el teatro no vale para nada. La cuestion es que debemos mantener nuestra estima alta, pese a que nos repitan y nos repitan que somos el ultimo mono; mas bien al contrario. Habrá que estar, sobre todo unidos. Espero y deseo que esta crisis aplane las desuniones que muchas veces se dan en nuestra profesion donde cada uno trata ‘de encontrar su lenguaje’ muchas veces a costa de no valorar el de los demás. A ver si espabilamos de una puñetera vez, que solo le hacemos el juego, precisamente, a los que nos estan cortando el aire. Espero, insisto, que dejemos de una vez de la lado la idea romantica de ‘mi propuesta’, nos demos cuenta de una puta vez que somos todos compañeros y compañeras y nos dejemos de chorradas burguesas de artistilla de medio pelo.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Como he dicho antes, acabo de ser padre de una niña, tiene cinco meses ya, asi que ‘ultimamente’ no he visto nada de nada mas que sala de ensayos de ‘Los iluminados’ y la carita de mi hija. Me gustaria ir a ver ‘Feel Good’ de Alberto Castrillo-Ferrer, pasarme por la Kubik a ver en que anda Fernando Sanchez-Cabezudo, ir a ver ‘Wunderkammer’ al Price y, algun dia, cuando sea rico, pasarme mas menudo por el Real… pero por ahora seguro que lo que mas voy a ver a mi pequeña y biberones. Y encantado. Lo ultimo que vi fue ‘Hans Was Heiri’, cuando aun no habia nacido mi hija, de Zimmermann & Deperrot, y me lo pasé estupendamente
¿Cómo ves el teatro en nuestro país, en Madrid?…
Lo veo jodido. Pero con fuerza. Y con la necesidad de reinventarse, y no dire ‘y morir’, porque el teatro, como el rock’n’roll, nunca muere.
¿Proyectos?…
Algunos, pero da mal fario hablar de ellos antes de que se concreten. Tengo un poco de todo por delante. Ya veremos.
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