INMA CUEVAS nos habla de su intenso trabajo en los últimos proyectos escénicos.
¿Qué es el teatro para ti?…
Donde crezco, donde me refugio, donde respiro. La libertad. A donde acudo para hacerme mayor, para volver a ser niña, donde juego, donde sueño.
¿Por qué haces teatro?…
Porque un día decidí que allí, encima de un escenario podía ser.
¿Qué balance haces de tu trayectoria como actriz?…
Más que positivo, soy muy afortunada.
El esfuerzo se ve recompensado.
¿Cómo surge tu participación en los proyectos en que estás implicada ahora?…
De muy diversas maneras.
Juan Mairena, director y autor de Cerda se puso en contacto conmigo para ofrecerme un personaje en su obra. Lo leí, me apasionó su lírica y su sentido del humor. Entendí cada palabra y el porqué de cada coma. Delirante y valiente.
Pablo Muñoz -Chápuli, director de No son maneras de tratar a una dama, me conocía de haber trabajado en una producción anterior, Anda que no te quiero, parece que mi locura y mi comicidad le atrajo para colaborar en este gran musical del Off Broadway, lo único que le faltaba era saber si daba la nota, y ahí la he estado dando con fortuna.
True West es el más personal de todos. Mis compañeros de Los últimos días de Judas Iscariote , Alberto Berzal ,Luis Rallo e Israel Frías llevaban mucho tiempo soñando con poner en pie este texto de Sam Shepard. Quisieron contar conmigo y ahí estuvímos los lunes de Marzo, en el Hall del Teatro Lara bajo una impecable dirección de José Carlos Plaza.
MBIG llegó de la mano de José Martret. Imagino que entre los pasillos de La casa de la portera e iluminada por los cirios de Sor Cicilia, Martret vio la luz para enfundarme en una deliciosa Camelia a la que la debo tantas satisfacciones…
¿Cómo fue el proceso de creación en cada una de las propuestas?…
Cada proyecto nace de un lugar distinto, con compañeros que aportan desde perspectivas diferentes, pero siempre los abordo desde la ilusión, el compromiso y el rigor.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear tus personajes?…
Todos ellos están llenos de matices partiendo primero del propio texto.. porque ahí están muchas de las respuestas y luego añadiendoles color con todas las referencias posibles, desde lo que te dice el director de primera partida y leyendo sobre el autor, un perfume, una obra pictórica, una banda sonora particular, alguna serie de tv, viajando y descubriendo con tu imaginación lugares donde nunca has estado. Improvisando entre cajas. Dejandote llevar por lo que te proponen otros. Cuantas más referencias tengas más rico es el personaje.
Camelia de MBIG siempre despierta a la mañana cantando a Frank Sinatra, por ejemplo.
¿Cómo preparas los personajes?…¿Cuál es tu método?…
Después de un camino andado seleccionas lo mejor de cada casa, lo que de verdad crees que concuerda con tu forma de trabajar y de jugar con un texto, con un personaje, con tu compañero, con el público.
El rigor, la intuición y el trabajo constante. Ese es mi método. Saber lo que uno dice, a quién y por qué. Preparar el cuerpo y seguir descubriendo.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Cualquiera que nos remueva en la butaca, cualquiera que al salir sigamos pensando que estamos vivos.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes en las ayudas al teatro?…
Por un lado parece que al haber poco presupuesto todo vale encima de un escenario y además se están recortando mucho los sueldos. Ya no se puede vivir de hacer un espectáculo, haces varios a la vez, o te buscas un trabajo alternativo como es el caso de muchos de nosotros… y por otro están surgiendo grandes propuestas teatrales que hacen que valga la pena seguir luchando a pesar de los obstáculos que nos ponen.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Eso mismo, seguir creando. Los actores siempre estuvimos en crisis. Perseverancia y pensar que se puede.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
La visita escrita y dirigida por Antonio Muñoz de Mesa con Rosa Mariscal e Ivan Villanueva. Gran texto, grandes personajes. Delicada, poderosa, exquisita y al estómago.
¿Que ha significado el premio de la Unión de actores?…
He recibido todo el cariño y más por parte de mis compañeros actores. Después de todo un año trabajando duro este reconocimiento me alienta a seguir caminando. Muy agradecida.
¿Proyectos?…
Sigo con MBIG hasta el 13 de Abril y en Mayo estrenaré un proyecto muy personal y necesario en la sala Kubik Fabrik.
Muy pronto os iré contando.
La visita de Antonio Muñoz de Mesa en La pensión de las pulgas
Tras meses programada en La casa de la portera y con listas de espera para poder disfrutar de esta inquietante visita escrita por Antonio Muñoz de Mesa, los responsables de este espacio que también lo son del recién inaugurado La pensión de las pulgas, han decidido trasladar la obra a este último lugar, donde puede ser vista por más espectadores en cada representación. Cuando vi en un ensayo general este texto y puesta en escena de Antonio Muñoz de Mesa me quedé atrapado en la butaca, de repente, me sentí ante una de esas piezas perturbadoras que no se sabe bien si lo que descoloca es lo que pasa o lo que imaginamos, ahora, tras muchas funciones, la obra ha crecido en intensidad. El gran hallazgo del teatro y de esta obra aparentemente sencilla pero de una complejidad profunda por el tema que trata y como lo trata…El teatro ha de provocar mundos en la mente del público. Viéndola me venía a la mente El veneno del teatro o La huella…esos pedazos de ficción inmortales que son un combate para que dos buenos actores hagan un pulso escénico hasta el último minuto. En esta ocasión, Iván Villanueva y Rosa Mariscal tejen una tela de araña macabra tratando de que el otro quede atrapado, con el peligro que supone que, al final, el cazador sea cazado. Se han escrito muchas obras sobre los desastres que las religiones hacen a la Humanidad pero terminan ocupando unos renglones escritos en la historia, en La visita, ocurren cosas que son tan antiguas como el tiempo y que es lo perturbador de verdad, saber que el bien y el mal no son exclusividad de unos u otros si no que habita en todos, solo hay que girar un poco la mirada para ver el mundo desde otra perspectiva. Acudan a ver La visita, es teatro-teatro.
Adolfo Simón
Carlos Be nos habla de sus experiencias escénicas como autor y director
¿Cómo surgió The Zombie Company?…
En el año 2003, Fran Arráez me anima a montar “Eloísa y el domador de mariposas”, mi primera obra teatral, y la estrenamos en el Teatre Artenbrut. Vivíamos en la Barcelona más bohemia de inicios de siglo y nos dábamos cita en un ático inmenso en el barrio del Borne, en la calle de Mercaders. De aquella época conozco también a Mentxu Romero, que ahora mismo actúa en “Autostop” junto con Juan Caballero en el Teatro Lara y es que, en torno al año 2010, llegamos los tres a Madrid, sede actual de la compañía, y aquí seguimos.
¿Cuáles son las premisas para seleccionar los proyectos de la compañía?…
La compañía se funda para poner en escena mis textos. En la mayoría de los montajes, la dirección corre por mi cuenta pero hay un par de excepciones maravillosas en las que profesionales muy allegados han tomado las riendas de los montajes: Álex D. Capo, que dirige “Noel Road 25: a genius like us” en 2005, y Fran Arráez, que firma la dirección de “Autostop”.
También existe una excepción en lo que concierne a la autoría: hace dos años presentamos en el Teatro Lara la lectura dramatizada de “Locuras cotidianas” de Petr Zelenka, un autor contemporáneo checo sin parangón, lo cual nos permitió conocer a actores afincados en Madrid de la talla de Alfonso Torregrosa, Esperanza Elipe, Pepa Rus e Iván Ugalde, entre otros.
¿Qué balance haces de estos años de existencia de la compañía?…
Muy bueno. Después de diez años, hemos tenido el privilegio de trabajar con grandes profesionales de la escena y hemos compartido, aprendido y mejorado en muchos aspectos, ¡y queremos que continúe así!.
¿Es importante tener unos colaboradores habituales en el equipo artístico y técnico?…
Por supuesto, aunque siempre estamos abiertos a nuevos talentos. En principio, el equipo artístico-técnico de un espectáculo se plantea según las necesidades concretas de esa propuesta, independientemente de los equipos de otros espectáculos de la compañía. Es verdad que hay profesionales, como el iluminador Jesús Antón y el escenógrafo Alberto Puraenvidia, por ejemplo, con los cuales es un honor contar entre las filas de los Zombies proyecto tras proyecto.
Has escrito o adaptado textos para The Zombie Company. ¿Se modifican en los ensayos?…
Depende el texto. Hay obras que se han escrito ex profeso para sus actores, como “Peceras” y “Elepé”, protagonizadas por Fran Arráez, Carmen Mayordomo e Iván Ugalde. Ello facilita que el texto, en principio, siente como un guante al actor sin olvidar el desafío que siempre debe representar para quienes encarnen esos papeles.
En éste y en otros muchos aspectos, un montaje bastante excepcional fue el de “Peceras” –quienes la vieron recordarán los cerca de veinte minutos de improvisación a los que se enfrentan los actores nada más empezar la obra–. En “Peceras” los actores también generaron fragmentos de texto durante los ensayos como parte de la creación.
En cambio, otras obras como “Exhumación”, “Muere, Numancia, muere” o “Dorian” requieren otro planteamiento desde los ensayos, pues son obras extremadamente frágiles a la hora de soportar modificaciones textuales.
¿Cómo es el diálogo entre el director y el autor en los procesos?…
Ese diálogo se resuelve desde el primer día de ensayo, cuando el director comunica a los actores y el resto del equipo que al autor hay que darle por muerto y cualquier duda se soluciona directamente con dirección. Aunque en realidad siga vivo, dice el autor, vamos a tratarle con la holgura que sólo otorgan los autores muertos.
¿Qué evolución has hecho como dramaturgo a lo largo de tu trayectoria como autor?…
Sobre todo valoro la influencia positiva que el hecho de dirigir ha aportado a la escritura. Se aprende a controlar la organicidad del texto, a dominar la respiración del discurso y también a que los actores que tomen impulso para volar ayudados por la cadencia del texto, entre otros temas.
¿Cómo enfocas la escritura de un texto de encargo?…
Como cualquier obra que escribo motu proprio, la verdad. Tengo que aclarar que he tenido la oportunidad de aceptar sólo encargos que me interesasen. Las propuestas buenas pueden llegarle al escritor de cualquier lado, hay que estar siempre atento a las necesidades de los demás y a las historias que quieren contar.
¿Cómo surge el proyecto que presentáis en el Teatro Lara? Háblanos del texto y de cómo ha enfocado el director la puesta en escena…
El proyecto surge de la lectura de “Falešný autostop” de Milan Kundera por parte de Fran Arráez, su director. Fran me comenta que encuentra en este relato muchos paralelismos con el imaginario de mi obra y de ahí nace la necesidad de acercarlo a mi mundo. La puesta en escena de Fran propone varios viajes: por un lado con el pensamiento de los personajes, que se recrea en un espacio diferente al del viaje real de Jupe y Dana, y que refleja a veces lo más oculto y a veces lo más externo y estereotipado de la relación; por otra parte, el propio juego en el que se embarcan los protagonistas, que es totalmente emocional y supone un reto para los actores, que han sido muy generosos y valientes dándolo todo y poniéndose en las manos de su director. También Jesús Antón y Alberto Puraenvidia, al cargo de las luces y la escenografía, han logrado recrear esos espacios irreales de pensamiento aportándoles mucha elegancia e ironía.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente te ha interesado?…
Los más recientes son bogotanos, del Teatro Varasanta y Proyecto 2046. Al viajar bastante últimamente tengo grandes lagunas y me pierdo muchos espectáculos, pero afortunadamente hay buen teatro en todas partes. A mi regreso a Madrid me gustó mucho “La visita” en La Casa de la Portera, escrita y dirigida por Antonio Muñoz de Mesa e interpretada por Rosa Mariscal e Iván Villanueva, un espectáculo de pequeño formato que roza la perfección.
Háblanos de las últimas experiencias como director fuera de España…
En otoño del año pasado dirigí en Bogotá “Muere, Numancia, muere” con estudiantes de último curso de interpretación de la Academia Superior de Artes de Bogotá, facultad de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. El espíritu teatral existe en todas partes del mundo y eso me permite sentirme como en casa en cualquier teatro, aunque debo confesar que la ciudad me sobrecogió. Recuerdo mi sorpresa inicial al comprobar con qué naturalidad los actores abordaban las escenas más violentas de la obra. No tardé en comprender los motivos. Siempre cuento que en Bogotá me habitué a ver muertos cada día por la calle y, junto a Cecilia García, la directora de Proyecto 2046, guardo una visión sin igual, la de las puertas del infierno, porque esas puertas existen y se encuentran en Bogotá, exactamente enfrente de una colchonería en la zona conocida como la Ele del Bronx. Gracias a estas visiones y más, comprendí que la violencia posee muy diversos y me vi obligado a adaptar la puesta en escena de la obra a una intensidad inédita para mí. Como director supuso un reto que se logró y con creces; pero como persona, fue aceptar algo muy duro.
Antonio Muñoz de Mesa nos habla de su experiencia con el teatro
¿Qué es el teatro para ti?…
El Teatro es un juego de descubrimiento de uno mismo a través del otro. Es un «pilla pilla» donde el actor se la liga y el espectador trata de que no le capturen. Si el espectáculo es bueno, el espectador se la termina ligando.
¿Por qué haces teatro?…
Por lo mismo que hago pis. Está el riñón, el uréter, la vejiga, la uretra, las glándulas sudoríparas, los pulmones, el hígado y el Teatro.
¿Cómo surgió el proyecto de La Visita?…
Leo una noticia en la prensa: «La Iglesia equipara el abuso sexual de un cura en Holanda con un accidente laboral». No me lo puedo creer. Escribo el texto entre otras cosas para «entender» esta noticia. Lo termino y se lo doy a Olga Margallo, a Iván Villanueva y a Rosa Mariscal. Les gusta y lo hacemos 🙂
¿De qué va el texto?¿Cómo ha sido el proceso de escritura?…
El Texto va de cómo el beneficio económico se coloca por encima del bien común en una institución supuestamente altruista. «La Visita» es un thriller donde se pone de manifiesto cómo el ser humano corrompe las instituciones que supuestamente le protegen. El proceso de escritura fue muy interesante porque al principio lo escribí para dos actores y terminé cambiando el personaje del agente de seguros por el de una mujer para añadirle otro conflicto más: el de la lucha de sexos. Las instituciones religiosas, en su gran mayoría, siguen imponiendo el Patriarcado. El otro día mi hija me preguntó que por qué Dios es hombre y con barba y no mujer y con minifalda.
¿Qué lectura escénica se ha hecho en la puesta en escena sobre tu texto?…
Hemos jugado básicamente con el lenguaje del thriller y con un proceso simbiótico donde ambos personajes, al principio enfrentados, se transmutan el uno en el otro. Una especie de «milagro» en el que la agente de seguros termina dando el sermón de la montaña y el sacerdote hace apología de los mercados. Desde el punto de vista plástico se juega con la metáfora del fútbol como elemento que aglutina la Iglesia y el Mercado.
¿Qué balance haces de tus últimos proyectos como autor?…
Estreno lo que escribo. No puedo pedir más. El balance es muy bueno desde este punto de vista porque me permite madurar como autor. Puedo ver físicamente lo que sólo estaba escrito en papel. Puedo observar la reacción del público a lo que escribo. Puedo sacar conclusiones de lo que funciona, de lo que emociona y también de lo que falla o es pretencioso.
¿Cuál ha sido tu evolución como autor?…¿Estás escribiendo algún texto ahora?…
Estoy escribiendo un nuevo texto que espero estrenar la temporada que viene y esta temporada estreno «La Mala Memoria», dirigida por Julián Fuentes-Reta con Ruth Gabriel, Liberto Rabal, Asunción Balaguer y Carlos Álvarez Novoa. Como autor soy cada vez menos exhibicionista y más técnico. Me interesa mucho más la carpintería teatral como medio para contar una historia y provocar emociones que encontrar un «estilo propio». Hace años mi obsesión era imponer «mi estilo» a una historia. Hoy no. Es una liberación.
¿Cómo ves el panorama teatral en nuestro país?…¿En nuestra ciudad?…
El Teatro tiene que profesionalizar aún más sus herramientas de captación de público. Desde el punto de vista artístico no tenemos tanto problema. Hay profesionales muy buenos en todas las áreas. Me preocupa más la comunión con el público. Madrid está profundizando en su relación con el público a través de nuevos espacios y propuestas, como «La Casa de la Portera» pero necesitamos renovar también los espacios «tradicionales» para que no se relacione el Teatro con la Arqueología. Mi hija me cuenta que a veces ella tiene la sensación de que la llevan al Teatro como la llevarían a ver vasijas de la Grecia Clásica. Propuestas como «Mi Primer Clásico» que ha puesto en marcha el equipo de Helena Pimenta son revolucionarias porque incluyen al espectador en la estrategia de programación. En una estrategia de programación el espectador debería tener el mismo peso que los autores, los directores y los repartos que se proponen. El público es la estrella del evento teatral. Con esto no estoy diciendo que hay que darle al público lo que quiere ver. Entre otras cosas porque el público (y me incluyo) lo que quiere es «DESCUBRIR», y este verbo se carga el argumento anterior.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes en las ayudas al teatro?…
El verbo «afectar» se queda muy corto. La subida del IVA es Terrorismo de Estado. La identidad y el valor de las personas madura con la Educación, la Cultura y la Sanidad. Las consecuencias de estas «políticas de ajuste» se pueden resumir en el «sálvese quien pueda». En este país estamos secuestrados por un bipartidismo artificial que se empeña en rentabilizar las dos Españas para perpetuar unas organizaciones que ya no nos representan de manera adecuada. Se supone que «la masa» es ahora más inteligente y tiene más voz y criterio que cuando se crearon las democracias del siglo XIX. La militancia y las ideologías deben dejar paso a «las inteligencias» y a las ideas. El Teatro también vive secuestrado por su «Síndrome de la Izquierda». Los espejismos ideológicos nos impiden avanzar hacia una sociedad donde la tecnología, la educación, la economía y la cultura se pongan al servicio del bien común. Estoy hablando de una sociedad en red que a su vez sirva de red (para caídas como las que acabamos de sufrir). Lo mismo que la industria discográfica, cinematográfica y editorial están haciendo una transición de lo analógico a lo digital donde el público influye en los productos que demanda, la Democracia está obligada a abrirse y descentralizar sus centros de decisión. La clase política le tiene miedo al ciudadano en lugar de aprovecharse de su potencial. Desde este punto de vista el Teatro debe ser incluyente y no excluyente. Es una de las misiones del arte. Lo más radical que podríamos hacer ahora desde los escenarios es «desradicalizar» al espectador. Liberarle de la herencia «Izquierda vs Derecha». No hablo de ser apolítico. Hablo de actualizar unos modelos políticos que provocan mucho sufrimiento en el mundo. Desde el Teatro podemos contribuir a esta evolución contando historias que empoderen al espectador. Se ha hecho siempre. Mira «Antígona» de Sófocles.
¿Qué obra has visto últimamente que te interesase?¿Por qué?…
«Los Iluminados», «Cosas Nuestras de Nosotros Mismos» y «Feel Good». Tres espectáculos muy distintos que demuestran un altísimo nivel artístico y una comunión brutal con el público. Espectáculos muy emocionantes y comprometidos sin ser militantes. Me gusta el Teatro que tiene muchos niveles de lectura pero que nunca sacrifica el elemento popular de «enganchar» al espectador. En este sentido me encanta el Teatro Aficionado. Cuando me peleo con mi profesión voy a ver a grupos aficionados 🙂
¿Alguna idea para seguir creando en estos tiempos de crisis?…
Lo peor que podemos hacer en estos tiempos es rebajar la calidad de lo que producimos. La salvación está en seguir buscando la excelencia. Seguir teniendo como norte la calidad de los espectáculos.
«La Visita» en La casa de la portera

Dos vocaciones muy diferentes, pero al fin y al cabo, vocaciones: abogado y cura. Dos vidas unidas por el interés económico y el riesgo de sufrir un «accidente». ¿Interviene la voluntad en ciertos «accidentes»? ¿Puede una aseguradora cubrir ciertos «accidentes» en los que el deseo ha vencido a la voluntad? ¿nos presta Dios esa seguridad que todos queremos tener en nuestra vida o es mejor contratar un seguro por si acaso? ¿Puede ser más férrea la moral de un sacerdote, orientado a hacer el bien o la moral de un agente de seguros y abogado, orientada a encontrar la mejor solución para su cliente? Todos los filósofos se han planteado qué es la moral, sus límites y su perversión y ahora nosotros deberíamos reflexionar a la hora de elegir ciertas cosas, como por ejemplo… ¿A qué colegio llevamos a nuestro hijo?
La casa de la portera nos presenta una nueva apuesta con este dilema, escrito y dirigido por Antonio Muñoz de Mesa e interpretado por Rosa Mariscal e Iván Villanueva, en el que nos adentramos en una historia basada en hechos reales que nos removerá conciencias y moral y, una vez más, no nos va a dejar indiferentes.
Luis Mª García.
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