«Olivia y Eugenio» en el Teatro Bellas Artes
Volver a ver a Concha Velasco sobre las tablas es todo un placer. No ha perdido ni un ápice de su vitalidad aunque haya pasado últimamente por los avatares que la vida nos pone por delante. Y de eso mismo trata esta obra. Parece hecha a propósito para la Velasco. Una mujer madura, con un hijo con síndrome de Down que se enfrenta a una de las mayores complicaciones de la vida… una enfermedad difícil que le pone un complicado reto a superar y que se enfrenta a una toma de decisiones vitales. Los grandes actores son así, arriesgados, y se toman las dos tazas de ese caldo que no quieren, y se meten en un personaje que les puede remover las tripas porque ya saben lo que es eso en la vida real, y se ponen de nuevo el mundo por montera tan ricamente y lo mismo les da afrontar un papel de heroína a lo Hécuba que una galerista como Olivia. Y aquí no solo es Concha quien tiene el reto de representar un papel que ya ha vivido en la vida real… también dos actores con síndrome de Down como Rodrigo Raimondi y Hugo Aritmendiz han tenido que superar muchas barreras y prejuicios por tener un cromosoma más…y han conseguido saltarlas todas y llegar a su meta.
Herbert Morote escribió una obra con un personaje con síndrome de Down y el quería que ese personaje lo interpretase alguien así. Un papel largo, que pone en escena por primera vez a estas personas durante toda la obra, nada de secundarios, protagonistas y con texto. El reto también era complicado pero José Carlos Plaza ha conseguido superarlo con creces. Todo muy cuidado y muy mimado, recosido con la aguja de Caprile y retocado con la escenografía de Franciscoo Leal supone una obra redonda en la que afloran sentimientos por los muchos temas que tocan y por la calidad del discurso escrito y oral.
Una obra que es una apuesta y una reflexión sobre muchos temas actuales y… una pequeña lección para aprender ternura, humor, nobleza y compromiso de incluso aquellos de los que creemos que no podemos aprender nada.
Luis Mª García Grande
Daniel Albaladejo: El teatro forma parte del tejido social y cultural de un país
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?
Mis inicios en el teatro fueron más casuales que vocacionales. Frecuentaba ambientes culturales en el lugar de donde soy, Murcia, me ofrecieron un papelito en una representación de “Lisístrata” en el Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier en verano del 90 y tras la experiencia abandoné la carrera de Biología, que era lo que estudiaba y me matriculé en la Esad de Murcia. Me atrapó el “veneno” del Teatro.
¿Por qué haces teatro?
Para volar. Por necesidad de libertad. Para no estar atado. Para soñar y hacer soñar. Para morir y resucitar.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria en la interpretación?
Echando la vista atrás y evaluando mi trayectoria, de momento, estoy muy satisfecho, tanto por la cantidad como por la calidad de los trabajos realizados. Esto es una larga carrera de fondo y de aprendizaje tanto personal como profesional.
¿Qué sentido ha de tener el teatro para la sociedad en la que vivimos?
El teatro forma parte del tejido social y cultural de un país. Es una seña de identidad de lo que somos como ciudadanos y como seres humanos. Es un arte donde descubrimos nuestros aciertos y nuestras miserias. Nos hace reflexionar sobre lo que queremos como sociedad, hacia donde vamos y de donde venimos. Es ocio, es cultura y es la identidad de un pueblo.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?¿Qué te anima a participar en ellos?
Surge de querer contar un historia. De profundizar en ella y sacar la lectura más comprometida que podamos. Eduardo Vasco y su compañía Noviembre nos ofrece la posibilidad de formar parte de un grupo comprometido con una idea de compañía a la antigua usanza, crear un repertorio donde cada miembro aporta lo mejor a los personajes, independientemente del papel que desempeñe. Esta idea de compañía es la que me anima a participar en los proyectos que surgen y nos propone Eduardo.
¿Cómo surgió tu participación en Otelo?. Háblanos de este proyecto y tu trabajo en él.
Una vez terminado el proyecto anterior ,“Noche de Reyes”, Eduardo me contó la posibilidad de montar “Otelo”. Disponía del elenco apropiado y capacitado para hacerlo, y no lo dudé mucho. Era una oportunidad única de representar a uno de los grandes personajes del teatro y además con una versión magnífica de Yolanda Pallín. No se podía pedir más.
El trabajo se dividió en dos partes. Una primera durante el verano, donde investigamos sobre el texto, los personajes, sus relaciones y donde bocetamos una primera idea de espectáculo y otra segunda, en otoño, donde se le dio forma a todo ese boceto y se erigió la estructura de espectáculo que se puede ver actualmente. En esta parte se integraron los elementos de vestuario, Lorenzo Caprile, escenografía, Carolina González e iluminación, Miguel Ángel Camacho.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?
En este último año he tenido la suerte de participar en “Ay, Carmela” con dirección de José Bornás y con Elisa Matilla como compañera de reparto y en “La Lengua en Pedazos” con dirección de Juan Mayorga y con Clara Sanchis, con la que actualmente seguimos de gira.
¿Qué proyectos tienes entre manos?
Pues de momento continuo con “Otelo” y “La Lengua en Pedazos” y próximamente iniciaremos los preparativos para ensayar en Diciembre “El Mercader de Venecia” con dirección de Eduardo Vasco en Noviembre Teatro.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Evidentemente se está haciendo muy cuesta arriba poder desarrollar proyectos teatrales en estas condiciones. En ese concepto de compañía que te comentaba anteriormente es muy difícil asumir ciertos costes ya que hablamos de repartos extensos, diez u once actores, más técnicos en gira y unidad de producción. Pero aún así es una idea que tenemos y la llevaremos hasta las últimas consecuencias. Creemos en esta forma de hacer teatro. Sería necesario una reflexión por parte del Gobierno en cuanto a una rectificación del IVA cultural. El 21% de cero es cero. Y podría pasar.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?.
Me sorprendió y me encanto “Los 4 de Düsseldorf” de José Padilla y dirigido por él mismo en la tristemente cerrada (hablando de los estragos del IVA cultural) sala “El Sol de York”. Un espectáculo diferente, fresco, brillantemente interpretado y dirigido y con un mensaje clarificador el “sincerismo”. Que pasaría si todos decimos lo que pensamos de verdad. Me encantó.
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?.
Paciencia hermano que de todo se sale. Seguir apostando por espectáculos que queremos contar y enamorar al público con ello. Sin público, esto del Teatro, no sería nada.
EL PERRO DEL HORTELANO EN EL TEATRO DEL CANAL
La Sala Verde de los teatros del Canal presenta estos días El Perro del Hortelano, una pieza imprescindible del teatro del Siglo de Oro, un texto maravilloso y divertido de Lope de Vega. El vestuario clásico y espléndido, diseño de Lorenzo Caprile, una escenografía interesante y sencilla, de Fundación Siglo de Oro (RAKATá) crean un marco muy bien iluminado por Chaine Yavroyan y todo ello bajo la dirección de Laurence Boswell y Rafael Díaz-Labín, una pieza bien conocida que define el amor y los celos y el no comer y no dejar comer. Que pone de manifiesto que el amor entre clases distintas es una afrenta al honor y que coloca a cada oveja con su pareja, cuando Teodoro se hace conde, genera un laberinto de intrigas ameno y divertido, quizás en ese afán de divertir es donde encuentro un pero, hay tres maneras de interpretar que se simultanean; la aparente naturalidad de Diana y Teodoro, por un lado; el histrionismo de los pretendientes, por otro y el torbellino de gestos y rapidez con que Tristán se muestra, esto quizás merma las posibilidades pues confunde y hace que la verdad de lo que se cuenta quede tapada y hace difícil percibir las emociones del amor. A destacar pese a todo la labor de Julio Hidalgo como un espléndido Marqués Ricardo y Alejandro Saá, que se deja la piel en un Tristán divertido y dinámico. El teatro estaba abarrotado y el público aplaudió generoso, puede ser que yo llevara unas expectativas muy altas, seguro que sí…
Ángel Savín
http://www.teatroscanal.com/espectaculo/el-perro-del-hortelano-teatro/
Noche de Reyes de William Shakespeare en el Teatro de la Abadía
Noche de Reyes de William Shakespeare dirigida por Eduardo Vasco en el Teatro de la Abadía
A menudo se nos olvida a los espectadores y a los que hacemos teatro que el escenario ha de ser un lugar de juego y placer…A menudo se nos olvida que si no se hace teatro con pasión y entrega, no vale la pena subirse a la escena. William Shakespeare escribió unas tragedias inmortales pero también escribió unas comedias deliciosas y a través de todas sus obras nos hace reflexionar sobre la condición del ser humano…Con lágrimas o risas consigue que entendamos un poco mejor el absurdo de nuestro tránsito por el mundo. En Noche de Reyes, hay mucho enredo y juego de identidades: La esencia del teatro…Esto se puede hacer desde un planteamiento denso o se puede hacer desde el divertimento y no por ello dejar de profundizar en lo que el autor nos plantea. Eduardo Vasco vuelve a ponerse al frente de su Compañía Noviembre Teatro tras la época en que dirigió la Compañía Nacional de Teatro Clásico y lo hace acompañado de un grupo de cómplices…Yolanda Pallín, Miguel Ángel Camacho, Lorenzo Caprile y un grupo de actores de larga trayectoria escénica. Todos juntos han asumido la misma consigna…Vamos a disfrutar al máximo…y se nota, hay una complicidad en escena, una escucha y un respeto profundo por la comedia shakespeariana que la convierte en una delicia para todos los que asistimos a la misma desde el patio de butacas, haciéndonos disfrutar del maravilloso juego del teatro.
Adolfo Simón












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