«Sofocos Plus» en el Teatro La Latina

Cuatro mujeres, cuatro actrices, cuatro menopáusicas reunidas para hacernos reír a carcajadas en La Latina, teatro de la comedia por excelencia. Sofocos Plus es la secuela perfecta para seguir riéndose de nuestra naturaleza, de nuestras desgracias y nuestro hacerse mayor. La vida y los cambios hormonales hay que tomárselos con filosofía y mucho humor y así lo han recreado Juan Luis Iborra, Sonia Gómez y Antonio Albert a través de cuatro personajes interpretados por Ana Obregón, Fabiola Toledo, Elisa Matilla y Teté Delgado. Un espectáculo que no va a dejar indiferente a nadie, sea menopáusica, pitopáusico o páusico en general…con música chochi-petarda hecha a medida para estas actrices, que nos traslada de repente de una vida desesperada al champán y la lentejuela de la Nochevieja, haciendo bailar hasta a los óvulos más vagos.
Y además escenografiado por la colorista Ágata Ruíz de la Prada que hace que las penas sean menos duras a base de diseños optimistas, frescos y regeneradores de la moral femenina, poniendo guapas a todas las mujeres, cualquiera que sea su fisonomía.
¿Por qué he acabado viendo Sofocos Plus, se preguntarán esos lectores tan cultos que me siguen? Pues porque a veces hay que darse un lingotazo de frivolidad y ponerse el mundo por montera antes de que el organismo sólo te pida sofá y caldo.
Acérquense al teatro y exorcicen sus miedos a base de unos sketches llenos de risoterapia, desparpajo y originalidad dirigidos a todo bicho viviente que hacen que salgas del teatro temiendo menos a esa señora que se llama Menopausia.
Luis Mª García Grande.
Daniel Albaladejo: El teatro forma parte del tejido social y cultural de un país
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?
Mis inicios en el teatro fueron más casuales que vocacionales. Frecuentaba ambientes culturales en el lugar de donde soy, Murcia, me ofrecieron un papelito en una representación de “Lisístrata” en el Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier en verano del 90 y tras la experiencia abandoné la carrera de Biología, que era lo que estudiaba y me matriculé en la Esad de Murcia. Me atrapó el “veneno” del Teatro.
¿Por qué haces teatro?
Para volar. Por necesidad de libertad. Para no estar atado. Para soñar y hacer soñar. Para morir y resucitar.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria en la interpretación?
Echando la vista atrás y evaluando mi trayectoria, de momento, estoy muy satisfecho, tanto por la cantidad como por la calidad de los trabajos realizados. Esto es una larga carrera de fondo y de aprendizaje tanto personal como profesional.
¿Qué sentido ha de tener el teatro para la sociedad en la que vivimos?
El teatro forma parte del tejido social y cultural de un país. Es una seña de identidad de lo que somos como ciudadanos y como seres humanos. Es un arte donde descubrimos nuestros aciertos y nuestras miserias. Nos hace reflexionar sobre lo que queremos como sociedad, hacia donde vamos y de donde venimos. Es ocio, es cultura y es la identidad de un pueblo.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?¿Qué te anima a participar en ellos?
Surge de querer contar un historia. De profundizar en ella y sacar la lectura más comprometida que podamos. Eduardo Vasco y su compañía Noviembre nos ofrece la posibilidad de formar parte de un grupo comprometido con una idea de compañía a la antigua usanza, crear un repertorio donde cada miembro aporta lo mejor a los personajes, independientemente del papel que desempeñe. Esta idea de compañía es la que me anima a participar en los proyectos que surgen y nos propone Eduardo.
¿Cómo surgió tu participación en Otelo?. Háblanos de este proyecto y tu trabajo en él.
Una vez terminado el proyecto anterior ,“Noche de Reyes”, Eduardo me contó la posibilidad de montar “Otelo”. Disponía del elenco apropiado y capacitado para hacerlo, y no lo dudé mucho. Era una oportunidad única de representar a uno de los grandes personajes del teatro y además con una versión magnífica de Yolanda Pallín. No se podía pedir más.
El trabajo se dividió en dos partes. Una primera durante el verano, donde investigamos sobre el texto, los personajes, sus relaciones y donde bocetamos una primera idea de espectáculo y otra segunda, en otoño, donde se le dio forma a todo ese boceto y se erigió la estructura de espectáculo que se puede ver actualmente. En esta parte se integraron los elementos de vestuario, Lorenzo Caprile, escenografía, Carolina González e iluminación, Miguel Ángel Camacho.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?
En este último año he tenido la suerte de participar en “Ay, Carmela” con dirección de José Bornás y con Elisa Matilla como compañera de reparto y en “La Lengua en Pedazos” con dirección de Juan Mayorga y con Clara Sanchis, con la que actualmente seguimos de gira.
¿Qué proyectos tienes entre manos?
Pues de momento continuo con “Otelo” y “La Lengua en Pedazos” y próximamente iniciaremos los preparativos para ensayar en Diciembre “El Mercader de Venecia” con dirección de Eduardo Vasco en Noviembre Teatro.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Evidentemente se está haciendo muy cuesta arriba poder desarrollar proyectos teatrales en estas condiciones. En ese concepto de compañía que te comentaba anteriormente es muy difícil asumir ciertos costes ya que hablamos de repartos extensos, diez u once actores, más técnicos en gira y unidad de producción. Pero aún así es una idea que tenemos y la llevaremos hasta las últimas consecuencias. Creemos en esta forma de hacer teatro. Sería necesario una reflexión por parte del Gobierno en cuanto a una rectificación del IVA cultural. El 21% de cero es cero. Y podría pasar.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?.
Me sorprendió y me encanto “Los 4 de Düsseldorf” de José Padilla y dirigido por él mismo en la tristemente cerrada (hablando de los estragos del IVA cultural) sala “El Sol de York”. Un espectáculo diferente, fresco, brillantemente interpretado y dirigido y con un mensaje clarificador el “sincerismo”. Que pasaría si todos decimos lo que pensamos de verdad. Me encantó.
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?.
Paciencia hermano que de todo se sale. Seguir apostando por espectáculos que queremos contar y enamorar al público con ello. Sin público, esto del Teatro, no sería nada.
Ay! Carmela en el Teatro Galileo
Ay! Carmela de José Sanchís Sinisterra ya es un clásico. Recuerdo el primer estreno en el Figaro interpretado por José Luis Gómez y Verónica Forqué…¿Quién nos iba a decir que estábamos asistiendo a la que, seguramente, es la obra más representativa y representada de la transición española?. Desde aquella noche he visto múltiples versiones de la obra, aquí y fuera de España. Es incombustible, sigue sobreviviendo a montajes acertados o no…Al traslado al musical, al cine…Tiene algo en su estructura que no permite locuras al llevarla a escena. En esta ocasión, Pepe Bornás es fiel al texto, añadiendo tal vez, un toque de expresionismo en los personajes que les da un carácter sugerente. La instala en un escenario sin lugar reconocible, podría ser la realidad o la imaginación. Y Jacobo Dicenta y Elisa Matilla recrean de nuevo, con acierto, esos viejos amigos que son Paulino y Carmela. La memoria es frágil y como los seres del más allá, se va desfigurando poco a poco, es importante que este texto siga transitando por los escenarios, para que no se olvide que la historia es un bucle que vuelve a su lugar de origen.
Adolfo Simón
ELISA MATILLA nos habla de su pasión por la interpretación
¿Qué es el teatro para ti?… El intercambio de energía entre público y actor.
¿Por qué haces teatro?…Es el medio en el que me siento más cómoda y en el que tenido oportunidad de interpretar los personajes más interesantes.
¿Qué balance haces de tu trayectoria como actriz?…He tocado cine teatro tv , conedia y drama . Actriz multiusos.
Háblanos de tus últimos trabajo…
En tierra de lobos la prostituta borracha y descarada, y ahora La Carmela. Creo que es el personaje más bonito que me ha llegado. Su fuerza y fragilidad conviven en un corazón grandísimo.
¿Cómo surge el proyecto de Ay! Carmela?…
Fui yo la que me ofreci, me enteré que Pepe Bornas tenia el proyecto para montarla y le dije a mi amigo Javi Mora, amigo del director también, que le dijera que yo era su Carmela.
Háblanos de tu personaje…
Realmente hemos apostado por dos Carmelas diferentes, Carmela viva y Carmela muerta. La viva es madre, con carácter, espontánea y descarada. La Carmela muerta es hija, débil, borrosa, dulce e inocente. Es maravilloso poder hacer dos registros en un mismo personaje.
¿Hubo ocasión durante el proceso para que los actores aportaseis ideas en la puesta en escena?.
Pepe Bornas es un director que escucha mucho al actor…Muchísimo. Te deja probar todo y si le convence te lo compra.
¿Cómo ha sido el proceso creativo?…
Muy minucioso, hemos dado mil vueltas al texto. En los ensayos descubierto una dependencia entre Paulino y Carmela que aprovechamos para enfocar la historia de amor de esta pareja.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear tu personaje?…
La verdad…las tripas y la honestidad es mi referente.
¿Cómo preparas los personajes?…Como un niño con un juguete nuevo, no lo suelto durante el día y duermo con el. Luego lo desmontó para ver que tiene dentro y lo vuelvo a montar.
¿Cuál es tu método?. La verdad…es el único método que conozco.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?… Todas…entretener, divertir, enseñar, reivindicar, que el público escoja lo que quiere sentir cuando mira la cartelera y que tenga la oportunidad de poder verlo.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?… Puñalada, andamos heridos. Las producciones han dejado de ser rentables y es casi imposible vivir de esto, que es nuestra profesión.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?… Respetar los convenios y los derechos por los que mucha gente lleva luchando mucho tiempo. Esto no es una afición es una profesión de la que vivimos.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?… La vida resuelta, cuenta problemas actuales que llegan al público a golpe de carcajadas
¿Proyectos?… Continuar disfrutando de este regalo que es la Carmela y que pase por todos los teatros posibles .
JACOBO DICENTA nos habla de su pasión por la interpretación
¿Qué es el teatro para ti?…
VIDA, así, con mayúsculas. Es mi manera de entender la vida y compartirla, de tocar un poco la vida de los demás, de vivir múltiples vidas que de otra manera no sería posible y en definitiva, que también es importante, es mi forma de ganarme la vida.
¿Por qué haces teatro?…
Si te soy sincero porque desde que lo probé no quiero hacer otra cosa y además creo que no sabría hacer otra cosa o por lo menos no me apetece intentar otra cosa. Todo lo que gire en torno al mundo de la interpretación en todas sus vertientes y medios es lo que deseo que me sumerja en su torbellino. Que eso es también esto, un torbellino fascinante del que , afortunadamente, llevo viviendo ya 21 años.
¿Qué balance haces de tu trayectoria como actor?…
Que no va mal la cosa, pero me queda tanto…
Háblanos de tus últimos trabajos…
Mi anterior trabajo fue una pequeña y deliciosa joya musical llamada “Forever Young”. Allí nos interpretábamos a nosotros mismos, ya de viejecitos, en una residencia para artistas retirados. El espectáculo lo produjo y dirigió Tricicle y estuvimos dos años con él. La respuesta del público fue brutal.
Antes había interpretado a una especie de don Juan trasnochado y venido a menos en la maravillosa “Angelina, o el honor de un brigadier” de don Enrique Jardiel Poncela.
También he tenido la inmensa suerte de interpretar al Tenorio en Alcalá de Henares en dos veladas inolvidables ante 25000 personas cada día.
Y tantas cosas…
¿Por qué no has hecho más cine o televisión?…
Jajajajajaja. Pregunta que me hacen familiares y amigos. “¿Es que no quieres hacer cine y televisión?” Y yo siempre respondo: “Es el cine y la televisión los que no quieren…” Ahora en serio, no lo sé. Son dos medios que me encantan, pero por lo que sea me llaman más para teatro. Es cierto que alguna vez andaba con teatro y ha sido difícil compaginarlo. Desde aquí hago un llamamiento: si tienen a bien, me encantaría hacer más cine y televisión. Ahí lo dejo.
¿Cómo surge el proyecto de El buscón?…
Daniel Pérez, director del Teatro Principal de Zamora, dramaturgo y versionador, adaptó este Buscón para monólogo pensando en mi. Cuando alguien te hace un regalo así… te lanzas de inmediato sin preguntar. Las respuestas ya se encuentran en el camino y, de momento, todas son, pues eso, un regalo.
Háblanos de tu personaje…
Para mi, más que la esencia del pícaro español, que también, es la historia de un superviviente. Un hombre que ha de enfrentarse a lo que el destino le ha deparado con las únicas armas a su alcance, es decir, su ingenio para salir adelante en cualquier situación, su humor afrontando el día a día, a veces cruel, su picaresca inofensiva, sólo se vuelve destructiva contra él mismo cuando las cosas le salen mal, su humanidad y su bondad. ¿Es un pecado querer prosperar? Creo que no, siempre y cuando se haga con honestidad y creo que este pícaro es siempre honesto. Es un ser, en el mejor sentido de la palabra, bueno. Pero no lo dejan. Lo pisotean, lo hunden en el fango y él siempre intenta salir a flote de nuevo. Seguro que todo esto, lamentablemente, nos suena de algo.
¿Cómo ha sido el proceso creativo?…
Primero comencé por releerme la novela de Quevedo, o si te soy sincero de leerla por primera vez, porque aquello que hice en la escuela, obligado, creo que no sirvió de mucho, o por lo menos yo no lo recuerdo. Me fascinó. Rescatamos algún episodio que no estaba en la versión de Daniel, eliminamos otro, quizá demasiado literario, que no hacía avanzar la historia de cara a una puesta en escena… Estudio y a ensayar. Un espacio vacío, un director, un actor y la PALABRA. No se necesitaba más. Con el tiempo introdujimos el laud renacentista y la guitarra barroca que me acompaña en escena maravillosamente interpretada por Dulcinea Juárez, actriz, músico y cantante. Y se creó la magia.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear el personaje?…
No especialmente. Más bien partí del hecho concreto con que se inicia esta aventura. Un ser magullado, con la voz dolorida que lleva ocho días pidiendo a la puerta de una iglesia y que para que caigan los dineros rodando va a relatar su historia. Lo demás está en Quevedo y en la libertad que te deja para imaginar e interpretar su mundo.
¿Cómo preparas los personajes?…¿Cuál es tu método?…
Si te soy sincero no tengo un método concreto. Estudié el Método en la Escuela de Arte Dramático de Madrid. Mi maestro, Juan Pastor, siempre nos decía: “esto es la base, después tendréis que crear el vuestro propio”. Y así fue. Cada personaje, con ese método de base y mucha intuición, me lleva a prepararlo, cómo te diría, como él lo pide. Me dejo llevar. Investigo, si hay que investigar y luego sobre el propio texto voy jugando, inventando, siempre de acuerdo con lo que previamente haya pactado con el director o directora.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Hoy, más que nunca, de denuncia, de apoyo al que lucha por sus derechos, de reclamo de una situación, sino ya mejor, mínimamente decente para el ser humano que la transita, la sufre, la vive. Perdón, mínimamente no, máximamente. ¿O quizás eso es demasiado pedir?
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?…
Pues nos está hundiendo, o ¿es que no se ve? Con esta subida cada vez se ven más salas vacías y que tienen que cerrar. Pero hay otra realidad. Lógicamente, con o sin subida, si la gente no tiene trabajo ni perspectivas de tenerlo, si la gente no puede pagar su hipoteca o su alquiler y tiene que tirar de la familia o amigos que a veces están tan ahogados como ellos, si no puede comer, ¿cómo van a ir al teatro o al cine? Dan una vuelta, ven escaparates y sueñan con que algún día todo esto cambie. Mientras los que están en la Poltrona, bien instalados, se ríen de nosotros. Lo que me extraña es que la situación no estalle de alguna manera. Demasiado poco está ocurriendo. Y francamente, como vi hace en poco en Facebook, menos alarmarse por ver un contenedor quemado y más por ver gente rebuscando en ellos algo que llevarse a la boca.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
No rendirse. No nos queda otra.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
“El cojo de Inishmaan”. Un fascinante trabajo de todo el reparto. Dulce y amarga, divertida, tierna, doliente. Se desarrolla en la misma Irlanda de los años 30 que curiosamente estoy leyendo en “Las cenizas de Ángela”. No sabes la cantidad de “Buscones” que salen en sus páginas y en la función. No hemos mejorado mucho.
¿Proyectos?…
Alterno este “Buscón” con “Ay, Carmela”, la espléndida función de Sanchís Sinesterra que tengo el placer de interpretar con Elisa Matilla, una actriz de altura.
También estoy participando en la tercera temporada de la serie de TVE “ISABEL”, ¡coño, mira, tele! y en Abril comienzo a ensayar un Marivaux.
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